Episodio 75 – La Batalla de Drépano

El sitio de Lilibeo fallado. El desastre frente a Drépano. Y el regreso de Marco Atilio Régulo a Roma. Y por supuesto — las gallinas sagradas de Roma.


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Transcripción Parcial

El Cuento de Roma, Episodio 75 – La Batalla de Drépano.

Según el erudito llamado Elliot Schroeder, de la Universidad de California, en San Diego, la Primera Guerra Púnica era un caso insólito, de un choque entre ambiciones económicas y militares, entre dos potencias de casi igual fuerza.

Schroeder ha escrito la siguiente oración, en su documento científico, publicado en el año 1995.

Cuando un estado se siente amenazado por un mayor poder — ese estado no dudará en sacrificar ganancia económica, a corto plazo — para obtener seguridad militar, a largo plazo.

Eso, en mi opinión, fue el mayor factor, y la mejor explicación, de por qué los romanos seguían construyendo flotas, reclutando soldados, y entrenando remadores de barcos de guerra.

Bueno.

Según el plan que habíamos trazado en el comienzo de esta guerra, hoy vamos a ver los dos encuentros que los romanos tuvieron en las ciudades de Lilibeo y Drépano, y el envío de Marco Atilio Régulo a Roma.

O sea, que son tres temas grandes — en general — más — el tema de las gallinas sagradas, por razones que ya verán.

Entonces…

Lilibeo.

Drépano.

Régulo, como prisionero en Roma.

Más — las gallinas sagradas, que van a ir primero.

Bueno.

En cuanto a Régulo, recordemos que éste fue enviado a Roma, después de la derrota de Drépano, para que — según algunos historiadores — se encargara del asunto, del intercambio de prisioneros de guerra.

O bien — según otros historiadores — para hacer un tratado de paz, entre Cartago y Roma.

Así que hoy vamos a empezar con Lilibeo, luego Drépano, y luego, lo de Régulo.

Pero como una de estas dos batallas — para ser mas exactos, la Batalla de Drépano, tuvo un incidente muy famoso, con unas gallinas sagradas, vamos a tener que hablar de gallinas sagradas primero.

Así que, empecemos así.

Yo sí sé — de gallinas.

No sabré de las gallinas sagradas de la Roma antigua, pero sí sé, de gallinas comunes.

Cuando tuve 12 años de edad, mis padres decidieron emigrar de Alemania — y terminamos yendo a Argentina, donde mis padres compraron una pequeña granja, de unas 10 hectáreas de tamaño.

Sandías. Duraznos. Nogales. Vacas. Frutillas y tomates.

Y bueno — también tuvimos gallinas.

Así es.

Un montón de gallinas.

De hecho — en un momento dado, tuvimos entre dos, y tres mil gallinas.

Gallinas ponedoras, como las llaman allá.

Ponen huevos.

Bueno.

Y yo siempre me acuerdo, cómo esas gallinas se trataban entre sí.

Y no estoy hablando de gallinas — y como se trataban entre sí, a la hora de comer.

De eso — de como las gallinas comen, vamos a hablar un poquito mas tarde en este Episodio, porque, bueno — los romanos interpretaban la voluntad de los dioses, de esa manera.

Pero — aquí — yo estoy hablando de gallinas — y como se trataban entre sí, a la hora de poner huevos.

Y aquí va una pequeña advertencia, mis queridos oyentes.

Para aquellos que no tienen buen estómago, por favor — o bien — adelanten este episodio unos 15 segundos para saltear lo que estoy por contar — o bien — pónganse a hacer algo que los vaya a distraer por ese tiempo.

Bueno.

Miren lo que pasó.

Mientras una gallina hacía ese típico esfuerzo que gallinas hacen, para poner un huevo, otra gallina se le aproximaba desde atrás, y — siempre mirando con un solo ojo — esperaba, a que el huevo empezara a salir.

Y para desmayo mío — apenas el huevo estaba a la vista, esa gallina se ponía a picotear a la otra pobrecita.

Pero — esperen! — no picoteaba el huevo!

Esa gallina picoteaba al lado del huevo, hasta que finalmente conseguía pinchar con su pico, las entrañas de la otra gallina.

Y apenas tenía un pedacito del — no sé — intestino, o como quiera que se llame esodentro de su pico, esa maldita gallina se echaba a correr, como si tuviese que esconder el grano de maíz mas sabroso del mundo.

Y — chicos — no hace falta que les diga — cómo reaccionaba esa otra gallina, llena de dolor, y aun sin poder moverse — porque todavía estaba empujando el huevo!

Era una tortura, en vivo!

Y para colmo de males — como a los días de eso, las gallinas comenzaron a aprender a hacer eso — una, de la otra.

Cada mañana, cuando nos levantábamos, había entre 10 y 20 gallinas muertas — o muriéndose — con todas las entrañas colgando afuera, casi como un metro de largo.

Y las otras gallinas, como unos monstruos de caníbales, saltando alrededor de esas víctimas — y — meta! — picoteando y jalando, esas entrañas!

Por supuesto que, apenas mis padres se dieron cuenta, que esto no iba a ser un caso aislado — inmediatamente fueron a la ciudad, y bueno — compramos jaulas para gallinas.

Un montón de jaulas!

Y bueno — terminamos poniendo a nuestras gallinas, en nuestras jaulas.

Nuestro sueño — y nuestra idea idílica, de una granja con vacas, gallinas, uno o dos caballos — algo al mejor estilo de La Familia Ingalls, se fue al Mercurio, y bueno — lo demás es historia.

Y por supuesto…

Recuerden, por favor, que — en aquel entonces — yo recién venía de Alemania, donde gallinas — solo las había visto en ilustraciones.

Enfin.

Nunca me olvidaré de esas gallinas.

Y por eso dije…

Yo verdaderamente sé de gallinas.

Inyectarlas cada tres meses, para que no se mueran del virus mas nuevo.

Limpiar las jaulas.

Darles de comer, y de tomar.

Apagar las luces a la tarde, porque sino — seguían comiendo, hasta que reventaban del empache.

Soltarlas en el patio — de a grupos, para que no estén en esas jaulas, las 24 horas del día.

Eso — por supuesto — debido — y gracias — a las fuertes convicciones religiosas de mis padres. Mis viejos solían decir que “eso, era tener conciencia.”

Pero entonces, cuando estaban sueltas — alrededor de la casa — yo y mi hermano, las teníamos que cuidar!

Y hasta tenía que hacer que dejaran de mirar al cielo — como hipnotizadas — cada vez que llovía.

Porque — sino — se ahogaban a muerte, con el pico abierto, mirando al cielo, hasta que gotas de la lluvia — entrando por el pico — las terminaban ahogando!

En serio — nunca en mi vida, pensé que un animal — digo — un animal vertebrado — se podía morir de esa manera, pero ahí está.

No por nada existe el dicho que dice “anda corriendo como una gallina sin cabeza.”

Y no por nada, sabemos que gallinas cruzan la calle cuando ven un coche, siendo que si se quedaban del lado donde estaban inicialmente, pues — estaban perfectamente a salvo!

Y — como una nota final, en cuanto o mi propia experiencia con esos animales — no quiero ni comenzar a hablar de las pulgas, vinchucas, y otros parásitos, que viven en un gallinero, o entre las plumas de una gallina.

BUENO — cerramos el tema de mis gallinas, y abrimos el tema de las gallinas sagradas de Roma.

[…]

Episodio 73 – Sicilia, Córcega, y Cerdeña

La situación entre Roma y Cartago, después de la captura de Régulo, y antes del sitio de Lilibea.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 73 – Sicilia, Córcega, y Cerdeña.

Lo que sucedió en Capua la primera noche de las Neptunalias, estremeció a la ciudad entera.

Si bien Capua — como cuidad — no le daba tanta atención al dios Neptuno como por ejemplo — Heraclea, aquí tenemos que mantener en cuenta, que Capua ya era una ciudad grande, y muy cosmopolita.

De hecho — para cuando la Segunda Guerra Púnica comience, Capua será capaz de alistar mas de 30 mil unidades de infantería, y 4 mil unidades de caballería.

Y como para resaltar la importancia de Capua un poco mas, en este momento — recordemos — estamos en el 254 AC — Capua es solo un poco mas pequeña que Roma y Siracusa, y un poco mas grande que Cartago.

Así que cuando el relato de un crimen — o cualquier otro chisme — comenzaba a andar por las calles de Capua — bueno — eso significaba, que no eran pocas, las personas que hablaban de ese tema.

Y en este caso tenemos un crimen que lo tenía todo.

Vicio.

Sexo.

Un juramento de venganza.

Un juez corrupto.

Una esclava acusada de algo que ella no cometió.

Guerra y patriotismo.

Religión y sacrificio.

Y para hacerlo mas interesante aún, la mitad de Capua odiaba a la víctima de ese crimen, mientras que la otra mitad lo defendía a muerte.

Se trataba de un hombre llamado Tacio. Un viejo de origen Sabino que vivió en Capua desde los tiempos de la Gran Guerra.

Pero jueces, magistrados, y muchas otras personas de alto nivel en la ciudad, tenían muchos intereses en asegurarse que nadie se vaya a olvidar de lo que sucedió, esa noche, la noche del primer día de las Neptunalias.

Fue un crimen tan macabro, tan violento, y sobre todo — tan atrevido — que ciudadanos de Capua hablaron del tema, por un largo, largo tiempo.

La víctima?

Un hombre de alta sociedad, conectado con miembros de la familia de Apio Claudio, pero a su vez, un hombre muy vicioso y perverso.

El criminal, o los criminales?

Entraron a la casa de Tacio mientras la ciudad festejaba y celebraba al dios Neptuno.

Primero forzaron a que el viejo les dijera donde se encontraba Aemilia, o el cuerpo de ella. Al final encontraron el cuerpo de la muchacha, lejos — bien lejos, al fondo del terreno de la propiedad.

Estaba parcialmente enterrado, y parcialmente quemado, y pudriéndose — mitad al aire libre.

Probablemente llevaba tres o cuatro semanas, de estar ahí.

Y ahí fue que la furia — de tanto Bruto, como Mamerco Publio — se desató.

Mientras Domicio no participó en lo que viene a continuación, los dos muchachos realmente se pasaron, en la crueldad del acto.

Al final de ese acto, el cuerpo de Tacio fue encontrado, atado cabeza para abajo, junto a tres cerdos.

Tanto los cerdos como el anciano — mas un esclavo que vivía con el viejo — todos estaban parcialmente carbonizados — el olor nauseabundo, de carne humana quemada, perforando el aire.

Y era obvio que Tacio fue torturado, y maniatado mientras aún estaba vivo. Partes de su cuerpo faltaban, y no eran las piernas.

Una nota fue hallada en una vasija, y esa nota simplemente decía “Némesis.”

El nombre de la diosa griega de la venganza.

Némesis fue luego adoptada por los romanos, y formó parte de la mitología romana.

Pero — la noche que todo eso sucedió — nadie se dió cuenta, de nada.

Para cuando vecinos notaron las llamas, la casa entera estaba siendo devorada por el fuego. El olor a brea líquida, por todos lados — era la primera pista, de que esto era un crimen premeditado.

Bueno — de ese crimen, y de las consecuencias del ese crimen — vamos a hablar al final de este Episodio.

Por supuesto — nosotros sabemos, que los asesinos eran nadie mas y nadie menos que Domicio, Mamerco Publio, y Bruto, de nuestra Saga Familiar.

Y que lo que hicieron en Capua, fue en venganza por Aemilia, y por todo lo que ella sufrió en los últimos años.

Bueno. Ahora — vamos a la parte de historia.

Pero como este es el Episodio mas largo del podcast, hasta aquí, quiero brevemente darles a saber el orden de las cosas, en el cuento de hoy.

Primero, un análisis de lo que pasó durante nuestro Episodio pasado, y una lista de grandes perdidas de marineros y tropas en general, como para poner todo esto en perspectiva.

Luego, un breve paréntesis para hablar de clientes y patrones en antigua Roma.

Como tercero, lo que sucedió a continuación en Sicilia, seguido por la Palabra en Latin.

Después de eso, la caída de Agrigento en manos de Cartago, seguido por la reacción de los romanos a ese evento, incluyendo el intento de sitiar a Lilibea.

En quinto lugar, el relato de la segunda pérdida de una flota romana.

Después de eso, la conquista romana de Palermo y los eventos del año 252 AC.

En séptimo lugar, el Cónsul Lucio Cecilio Metelo logra defender Palermo.

Luego, y un breve vistazo de Córcega y Cerdeña, desde el punto de vista de miembros de nuestra Saga Familiar.

Y por último, anuncios, música de salida, y saludos personales.

Listo! Empecemos!

Durante nuestro Episodio pasado, vimos la batalla en la cual Marco Atilio Régulo fue tomado prisionero de guerra.

Y si creyeron que en este Episodio — es decir, un Episodio mas tarde, lo dejaríamos en libertad, pues — se equivocaron, mis queridos oyentes.

Régulo vivió en cautiverio — dentro de los muros de Cartago, por cinco años enteros, y eso significa que no lo vamos a ver, volver a Roma, hasta nuestro Episodio 75 — La Batalla de Drépano.

Ahora, entonces, empecemos con nuestro Episodio en sí.

[…]

 

Episodio 70 – Atilio Régulo y Lutacio Cátulo

Los primeros encuentros navales entre las dos potencias del Mediterráneo Occidental: Cartago y Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 70 – Atilio Régulo y Lutacio Cátulo.

260 AC — año de los Cónsules Cneo Cornelio Escipión Asina, y Cayo Duilio.

Ciudad de Siracusa, sureste de Sicilia.

El crujido de la puerta indicaba dos cosas.

Que la puerta misma era pesadísima, y que, lo que sea que estaba del otro lado de esa puerta, no era una sala amplia.

Mas bien un pasillo — largo, húmedo, y oscuro.

— “Por aquí,” exclamó el guardia. Su rostro — de rasgos claramente numidios, lucía en la luz de la antorcha.

El muchacho miró a su tío, y después de dudar un segundo, ambos comenzaron a seguir al hombre, a través de un laberinto de pasillos. La antorcha del guardia, empapada en azufre y cal, era la única luz, hasta que llegaron a otra puerta.

De ahí, salieron a una callejuela que daba al muelle de granos, de la ciudad. Por un momento — luz inundó a los tres.

Frente a los ojos del muchacho, y a menos de diez pasos, el vientre de un barco estaba pegado al muelle, hamacándose con las olas.

— “Suban,” les dijo el guardia. “El barco zarpa apenas el viento de vuelta.”

Ambos subieron, y un hombre les indicó donde sentarse, y permanecer quietos, hasta que el barco salga del puerto fortificado.

Y así — por primera vez, desde que se escaparon del barco de Manio Máximo Valerio Corvino, el muchacho se sintió relajado. Su tío lo abrazó.

— “Dos días más, Himilcar! Dos días mas,” le dijo, calmándolo.

Sus vidas en Tusculum, la huida de Italia, y el abordaje a las naves de invasion romana — todo estaba en el pasado ahora.

Volverían a Cartago, donde gente no se distinguía en clases sociales, como en Roma, y la vida tendría sentido otra vez. Ya nadie se les reiría en la cara por ser mitad romanos, mitad púnicos, y nadie les negaría empleo por el hecho de que no adoraban a los dioses de Roma.

Sus antepasados, hijos y nietos de Himilco y Marcia — aquellos que se habían quedado en Africa, los recibirían con brazos abiertos, y pronto — muy pronto, se olvidarían de las miserias en Tusculum.

En cuanto al barco donde se escondieron, ese barco — llamado “El Ganso de Mercurio” — aunque se veía como una nave de carga de trigo, era un barco que — secretamente, se dedicaba a trasladar gente de Italia hacia Cartago.

Así es — “El Ganso de Mercurio” era una nave espía.

Zarparía al anochecer, aparentando seguir las rutas tradicionales hacia la peninsula italiana.

Luego, en el medio de la noche, la nave daría una vuelta en alta mar.

Rumbo a Cartago.

Bueno. Ahora empezamos con nuestro episodio propiamente dicho. Las vidas de Atilio Régulo y Lutacio Cátulo.

Pero…

Primero la fe de erratas, y una pequeña promesa que hice durante nuestro Episodio pasado.

Entonces. Tengo aquí, dos errores que he cometido en nuestros últimos dos episodios, 68 y 69.

UNO — En nuestro Episodio 68 — La Batalla de Mesina, yo dije que cuando un tal Manio Otacilio Craso se paró en el medio del Senado de Roma para hablar, él no tenía ni manera de saber que 221 años mas tarde, Julio César sería asesinado en ese mismo lugar.

Bueno — el error de esta oración es que Julio Cesar, si bien fue asesinado en el Senado, el edificio del Senado no era ese mismo edificio.

Y eso es algo que Antonio — por medio de iVoox, me dió a saber.

Leo sus palabras literalmente.

Realmente, Julio César no fue asesinado en la sede tradicional del senado, o sea la Curia Hostilia, pues se hallaba en reconstrucción, por orden del mismo César, después de haber ardido, en los incidentes ocurridos durante el funeral de Publio Clodio, un aliado de César.

Más tarde, esa nueva sede sería conocida como Curia Julia. Julio César fue asesinado en la Curia de Pompeyo, un edificio adyacente al teatro del mismo nombre, y que estaba siendo utilizada como sede del senado, de manera provisional, mientras duraran la obras en la sede original.

Entonces. Ya oísteis.

César fue asesinado en la Curia Pompeya, no, en la Curia Hostilia.

Hablaremos más de eso en nuestro futuro Episodio 184 — Vida y Muerte de Julio César.

Gracias, Antonio, por su aporte. Esto fue un error de mi parte, por el hecho de que no sabía del incendio ocurrido durante los incidentes de ese funeral.

BUENO, Y AHORA — ERROR NUMERO DOS — En nuestro ultimo Episodio yo leí una larga lista de gente a la cual quería agradecer, y leí uno de esos nombres mal.

Mas que leer mal el nombre en sí, confundí la localidad de nuestro oyente Pedro Márquez, quien nos escucha de Venezuela, con su apellido.

Así es — yo había dicho “Pedro Márquez San Antonio,” desde la localidad de “Los Altos, en Venezuela.”

En realidad, es “Pedro Márquez,” de “San Antonio de los Altos,” que queda a unos — según Pedro mismo, 20 minutos de Caracas.

Bueno — errores corregidos, y una vez mas — gracias, Pedro Márquez, y gracias, Antonio!

Fe de erratas cerrada!

Ahora, a nuestra pequeña promesa, que quedó en el aire, por falta de tiempo.

La lista de batallas de la Primera Guerra Púnica, en orden cronológico.

UNO — La Batalla de Mesina — nuestro Episodio 68.

DOS — La Batalla — y asedio — y saqueo, de la ciudad de Agrigento. Eso lo vimos en nuestro Episodio pasado.

TRES — El primer sitio de la ciudad — en realidad, un pueblo, más que una ciudad — de Mitístrato. 261 AC.

Como una nota de al lado, muchas fuentes bibliográficas ignoran este sitio, pero nosotros no vamos a hacer eso. Mitístrato era una localidad dentro de la esfera cartaginense, en las montañas centrales de la isla. Ese asedio teníamos que haberlo dado en nuestro Episodio pasado, pero no hicimos eso — otra vez, por falta de tiempo.

Lo hacemos hoy, dentro de unos 15 o 20 minutos.

CUATRO — La Batalla de las Islas Lípari. 160 AC. Eso lo vemos hoy!

CINCO — La Batalla de Milas. 160 AC. Tambien — hoy!

SEIS — El encuentro campal de Termini, en la costa norte de Sicilia. 259 AC. Tambien vemos eso hoy, y con eso vamos a cerrar nuestro cuento de hoy .

SIETE — El segundo asedio de Mitístrato. 258 AC. A pesar de que hay muy poca información de ese evento, sabemos que la gente de ese pueblo — todos — terminaron siendo vendidos como esclavos.

OCHO — La Batalla de Sulci. 258 AC.  Nuestro Episodio siguiente.

NUEVE — La Batalla de Tíndaris. 257 AC. Para nuestro próximo Episodio.

DIEZ — La super-famosa Batalla del Cabo Ecnomo. 256 AC. Tema principal del Episodio que viene.

ONCE — El asedio de Aspis. 256 AC. Primer encuentro en suelo africano. Hablamos de eso un poquito hoy, pero solo por el hecho de que Atilio Régulo estaba al mando de las tropas romanas en ese encuentro.

DOCE — La Batalla de Adís. Tambien 256 AC. Y tambien tiene que ver con el tema de Atilio Régulo.

TRECE — La Batalla de Bagradas, tambien conocida como la Batalla de Túnez. 255 AC. Una lección para los romanos. Eso lo veremos en detalle en nuestro Episodio 72 — El Imperio Contraataca.

CATORCE — La Batalla de Palermo. 251 AC. Eso lo veremos en nuestro Episodio 73 — Sicilia, Córcega, y Cerdeña.

QUINCE — El sitio de Lilibea. 250 AC. Eso lo veremos en nuestro Episodio 74 — El Primer Pontífice Plebeyo. Durante esa etapa, interés popular de lo que sucedía en Sicilia, cayó a un nivel bajo récord.

DIECISEIS — La Batalla de Drépano. 249 AC. Obviamente, tenemos un Episodio especialmente para eso.

DIECISIETE — El sitio de Drépano, que duró entre los años 249 y 241 AC. Eso lo vamos a cubrir entre nuestros episodios 76 y 77, mientras prestamos atención a otros dos eventos mundiales. El nacimiento del Imperio parto, y la asunción al trono de su reino, de la persona que más tarde, se convertirá en el Primer Emperador de China.

DIECIOCHO — El fin de la Primera Guerra Púnica, con los siguientes cuatro eventos. La Batalla del Monte Ercte, las dos Batallas del Monte Eryx, y finalmente — la Batalla de las Islas Égadas. Eso ocurre en el año 241 AC, y lo vamos a ver en nuestro Episodio 79 — Roma 1 – Cartago 0.

[…]

Episodio 69 – La Primera Guerra Púnica

El comienzo de la guerras que cambiaron la historia del mundo occidental. Cartago contra Roma — Roma contra Cartago.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Sanya, en el Sur de China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 69 – La Primera Guerra Púnica.

264 antes de Cristo.

Si bien la Primera Guerra Púnica ya comenzó durante nuestro Episodio pasado, en este Episodio vamos a hacer un gran cuadro — digamos, una especie de cuadro sinóptico, de esta guerra.

Al final de todo — si una guerra dura 23 años, y si el juego completo de esas guerras dura casi 120 años, sin duda — hay que hacer un cuadro, verdad?

Per antes que nada — lo esencial, y eso, sin siquiera tocar el tema de — de qué año tal cosa, a qué año tal otra cosa, porque personalmente, yo odio aprender historia de esa manera.

Repetir fechas, y aprenderse años de memoria, no sirve, para aprender de historia.

Eso le sirve a abogados y a fiscales, a la hora de dar detalles minuciosos durante un juicio, pero no le sirve para nada a un estudiante de historia.

Entonces, veamos los siguientes SIETE puntos, como a mí me gusta aprender historia.

UNO — Cuantas guerras Púnicas existieron?

Tres.

Si incluimos la Guerra de los Mercenarios — cuatro!

DOS — Y cuánto duraron?

La primera duró 23 años, la segunda duró 17, y la tercera — o ultima, 3 años.

Entonces — repito — 23 — 17 — y tres.

Si bien la primera era la más larga, la más famosa — por lejos, era la segunda.

Y la más brutal — tambien por lejos, era la tercera.

TRES  — Hubo otra guerra, o guerras, entre medio de todo eso?

Si, y a montones.

Y lo más importante que hay que considerar aquí, es la guerra llamada “La Guerra de los Mercenarios.” Esa guerra solo duró un año y medio, y comenzó apenas la Primera Guerra Púnica terminó.

Roma tuvo muy poco que ver en esa guerra — de forma directa, pero si tuvo que ver en los resultados de la misma, y pronto verán por qué.

Nuestro Episodio 80 se llama precisamente “La Guerra de los Mercenarios.”

Así que, por supuesto que hoy, no nos vamos a preocupar de eso, pero — sí necesitan saber, que muchos historiadores ponen la Guerra de los Mercenarios — en la misma bolsa, junto a las tres Guerras Púnicas, propiamente dichas.

Cabe notar, que Roma también tuvo otras guerras en otros lados — al mismo tiempo, pero esas guerras no son consideradas parte del lío entre Roma y Cartago.

Entonces — CUATRO — Resultados de esas guerras.

Primera Guerra Púnica — Victoria Romana. Apenitas, en mi opinión.

Guerra de los Mercenarios — Contundente Victoria Cartaginense.

Segunda Guerra Púnica — Victoria Romana.

Tercera Guerra Púnica — Contundente Victoria Romana, y la destrucción de Cartago.

CINCO — Teatros de operaciones.

Primera Guerra Púnica — Principalmente, Sicilia. Tambien, África del Norte, y Cerdeña.

Guerra de los Mercenarios — África del Norte, más que nada.

Segunda Guerra Púnica — Italia, Hispania, África del Norte, y las Galias Cisalpina y Transalpina. También un poco en Grecia y Cerdeña.

Tercera Guerra Púnica — Solamente en Tunisia.

SEIS — Resultados, geográficamente hablando.

Primera Guerra Púnica — Roma recibe Sicilia, menos Siracusa.

Guerra de los Mercenarios — Roma recibe Córcega y Cerdeña.

Segunda Guerra Púnica — Roma recibe la parte Cartaginense de Hispania. El Reino de Numidia es unificado.

Tercera Guerra Púnica — Cartago es borrada del mapa, y todo su territorio se convierte en la provincia romana de África.

Y FINALMENTE SIETE — Cuales fueron los eventos más importantes durante esas guerras, y que no eran parte de las guerras mismas?

Primera Guerra Púnica

Este es el año que durante un funeral en Roma — el funeral de un tal Junio Bruto Pera, tres pares de gladiadores fueron puestos a luchar frente a la gente que participó en el velorio y la procesión funeral.

Si bien, en el sur de Italia, gladiadores ya eran conocidos, en Roma misma, este es el año que empezamos a verlos con regularidad — con más y más regularidad, hasta un punto donde eso va a definir la cultura romana, hoy en día.

Tal como lo vimos en nuestro Episodio 38 — Los Primeros Gladiadores, se acuerdan?

Ah — y si piensan que oyeron hablar de ese Junio Bruto Pera, no estáis equivocados. En nuestro Episodio 67 — La Captura de Brundisium mencionamos a un tal Décimo Junio Pera.

No sabemos qué relación aquel Décimo tenía con este Junio Bruto Pera, pero si sabemos dónde tomaron lugar, esas peleas — ese día.

[…]

Episodio 60 – Alianza con Cartago

Roma y Cartago firman tratados. Pirro se pasea por Sicilia, y finalmente falla en la conquista de una ciudad llamada Lilibeo. Luego, regresa a Italia.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 60 — Alianza con Cartago.

Hoy vamos ver — mas en detalle, los tratados entre Roma y Cartago, en los tiempos de las guerras Pírricas.

Durante nuestro Episodio pasado vimos como Pirro termina conquistando las ciudades de Tauromenio, Catana, y muchos otros poblados entre esas localidades y Siracusa.

Y luego vemos como los cartaginenses, a pesar de tener superioridad numérica, deciden retirarse de Siracusa y abandonar el asedio a esa ciudad.

Pirro se había convertido en una máquina

que arrasaba con todo lo que se le enfrentaba,

y quizás,

eso fue la causa del error de juicio

mas grande que Pirro cometió,

en toda su vida.

Hoy, vamos a ver eso.

Tras ocupar Siracusa, Pirro se fue a Leontini.

Ocupó Leontini sin lucha alguna.

Después se dirigió a Agrigento, que en ese entonces se llamaba Akragas.

Ahí encontró con Sóstrato, nuevamente.

Sóstrato — en una ceremonia bastante elaborada, le regaló una treintena de villas y pueblos a Pirro, como territorio personal del nuevo rey de Sicilia.

Ahí, Pirro obtuvo 8,000 infantes más, y unas 800 unidades de caballería.

De ahí, salió para el oeste.

Y apenas salió, otra noticia buena…

Resulta que los ciudadanos de una localidad llamada Enna habían degollado a la totalidad de la guarnición cartaginesa, y esperaban a Pirro, para aliarse oficialmente con él.

Con los refuerzos conseguidos, el ejercito de Pirro ahora tenía mas de 30,000 soldados de infantería, 2,500 de caballería, y sus casi 30 elefantes. Dos elefantes, habían nacido en Sicilia misma, y eso era un evento que nadie en Sicilia, jamás había visto, antes.

Bueno.

Después, lugares como Selinus, Segesta, y otras ciudades seguían cayendo bajo el dominio de Pirro.

Los mercenarios de Cartago, ya sabiendo del desastre que los elefantes podían causar, seguían retirándose, a medida que Pirro avanzaba.

Pero a medida que venían retirándose, la gente local de los pueblos por los que pasaban, los venían persiguiendo y matando.

Las bajas púnicas eran numerosas, a pesar de que — por meses, no hubo batallas campales.

Bueno.

Antes de ver el error garrafal de Pirro de Epiro — algo que realmente pudo haber cambiado la historia de Roma entera, y quizás la historia del mundo, vayamos rápidamente a nuestro segmento de la Palabra de la Semana, en Latin.

[…]