Episodio 68 – La Batalla de Mesina

El primer enfrentamiento directo entre Cartago y Roma. El primer movimiento militar de Roma, fuera de Italia propiamente dicha. El primer sabor de sangre, para demasiados jóvenes romanos.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Sanya, en el Sur de China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 68 – La Batalla de Mesina.

Estamos en el año 265 antes de Cristo.

Aquí comienzan las Guerras Púnicas.

Y nuestro cuento — hoy, va a comenzar entre dos lugares, muy cercanos entre sí, y muy peligrosos para todos aquellos navegantes, que se aproximaban al estrecho entre Italia y Sicilia.

De un lado se encontraba el monstruo llamado Escilla — deletreo eso rapidito — E — S — C — I latina — L — L — A, y del otro lado se encontraba la hermosa (pero malvada) ninfa de Caribdis, quien según la mitología griega, tragaba por lo menos 30 olas por día, y luego las vomitaba a la costa, creando un remolino imposible de cruzar.

Deletreo eso rapidito, tambien. C — A — R — I latina — B — D — I latina otra vez — S. Caribdis.

Y esa noche, un bote se deslizaba por las aguas — entre Caribdis y Escilla.

Los seis hombres a bordo — (tres de ellos griegos, y los otros tres de Mesina misma), trataban de mantenerse justo en el medio entre los dos monstruos, porque el estrecho realmente no era ancho.

Un tiro de flecha podía alcanzar de una orilla a la otra, y cualquier bote que se acercaba demasiado a uno de los lados, era tragado sin merced alguna, o por la hermosa Caribdis, o por la feísima Escilla.

Caribdis era hija del dios Poseidón mismo, y fue creada cuando Poseidón — un día, decidió tener una aventura amorosa con la diosa Gea, diosa de la tierra misma.

Caribdis fue transformada en una ninfa malvada por el dios Zeus, quien la colocó del lado opuesto de Escilla, por haber creado una inundación de proporciones catastróficas.

Desde entonces, Caribdis — prisionera en ese lugar, se dedicaba a tragar olas, y a vomitarlas a la costa de Mesina, junto con todo aquello que se encontraba en esas olas.

Por su lado, Escilla tambien fue una hermosa ninfa con cola de pez, cuando era joven. Y según la Odisea de Homero, un pescador llamado Glauco se enamoró de Escilla, el día que la vió.

Se enamoró tan fuerte, que la siguió por todos lados, tratando de conquistarla. Y en sus desventuras, un día una poción mágica le fue dada a ese pescador, con la promesa que si Escilla se bañaba en agua conteniendo esa poción, los deseos carnales de Glauco se convertirían en realidad.

Ni dos por tres — Glauco vertió la poción donde Escilla se bañaba habitualmente, pero — en vez de enamorarse de Glauco, Escilla se convirtió en un monstruo con seis cabezas de perro.

Bueno, para hacer esta historia mas breve, a la mañana siguiente, el bote de los seis marineros fue encontrado totalmente destruido, en la costa de Sicilia, a metros de Mesina.

De los seis hombres, nadie jamas los volvió a ver, y por muchos meses, los habitantes de Mesina miraban hacia la costa al anochecer.

Quizás, en una de sus típicas vomitadas, Caribdis devolvería los restos de alguno de esos desdichados.

Lo que nadie sabía, era que los seis hombres fueron enviados secretamente, para reconocer el terreno entre la piedra de Caribdis, y la llanura frente a Mesina misma.

Fueron enviados por un Senador romano, llamado Manio Otacilio Craso.

De este Manio Otacilio Craso, mucho mas en unos minutos.

Pero por ahora, quiero que sepan que él era la mano derecha de Apio Claudio Cáudex, quien a su vez, era el hombre mas importante — en este momento, de la poderosa familia de los Claudios.

Bueno.

Una breve pausa, aquí, para explicar un poco, un par de cositas, al margen del tema.

Si bien la publicación de este Episodio se verá al aire cuando mis vacaciones ya hayan terminado — y ya va a ser Septiembre, he escrito los primeros cuatro episodios de la Primera Guerra Púnica, lejos de Pekín, y lejos de la contaminación de la capital china.

Sin micrófono a mano, y con semanas de pasarme descansando, y nadando, y tomando sol, con mi familia, lo único que realmente podía hacer, era relajarme, y escribir.

Y comer piñas.

Por ejemplo — ensalada de frutas con piñas.

Pan de piñas por las mañanas, untado con manteca de piñas, o con mermelada de piñas.

Almuerzo, era algo así como carne asada con piñas, puré de piñas, jamón o mortadella con trocitos de piñas, arroz y pollo con piñas super picantes, seguidos por helado de piña, o una sopa caliente de piñas, que adentro tenían — bueno — cubitos de … piñas!

Enfin.

Todo lo demás tendría que esperar — incluyendo mi conexión con Facebook y Twitter.

Así que cuando escuchen eso, sepan que ya estoy de regreso en Pekín, después de pasarla bien en la isla de Hainan, en una ciudad llamada SanYa.

La ciudad de las piñas!

[…]

 

Episodio 63 – A dónde fueres, haz lo que vieres

Roma. Amo y señor de casi toda Italia. Los Juegos Capitolinos. La muerte de Pirro en Argos.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 63 — A donde fueres, haz lo que vieres.

Después de la lucha, el joven Publio Lucio — el mayor de todos los nietos de Publio Emilio Eugenio, volvió a casa tarde.

Los huesos le dolían como si él hubiese estado en la lucha, y Publio abrió el portón con cuidado, tratando de no despertar a su padre.

Pasó por el patio central de la casa, y se fue derechito a la habitación de su abuelo.

Abuelo Publio estaba recostado en la cama, pero despierto. Su silla de ruedas estaba al lado de la cama, y una pequeña lampara de aceite iluminaba la habitación.

— “Abuelo,” exclamó el joven.

El viejo sonreía, y le señaló al joven de no hacer ruido, con un dedo cruzando los labios.

— “No despiertes a tu padre!”

Publio Lucio sonrió tambien. Entre abuelo y nieto, eran como cómplices en las desventuras del joven. Y como patriarca de la familia, el viejo muchas veces apoyaba y defendía las travesuras de su nieto.

— “Cómo te fue con los juegos?” preguntó el viejo.

— “Bien,” respondió el joven, en voz baja. “Un espectáculo! Tal como lo dijo, abuelo. Por Júpiter! El mamertino le ganó al sabino. Le rompió huesos, como si fuesen ramas secas.”

Y mientras el nieto le contaba los eventos del día a su abuelo que ya no podía caminar, el padre del joven apareció por el marco dela puerta.

— “Otra vez tarde? Y otra vez, despertando a tu abuelo?”

El joven, que estaba sentado en la cama, al lado del viejo, se dió vuelta en un susto. Estaba a punto de pararse de un salto, pero el viejo lo agarró de una muñeca.

— “Publio,” gritó el viejo. “Tu hijo no me despertó! Estábamos hablando de la final!”

— “Pero padre! Eso no es excusa de volver a casa, a esta hora,” respondió Publio — el padre, indicando la lámpara de aceite.

El padre estaba furioso. Cada que que el viejo lo defendía — frente al nieto mismo, el padre perdía autoridad sobre su propio hijo.

Pero, la verdad era que los romanos vivían en una sociedad patriarcal, y mientras el viejo estuviese vivo, las leyes las dictaba él, y no el padre.

— “Ah… Por Mercurio! Tranquilízate, hijo,” dijo el viejo, tratando de calmar la situación. “Mañana es la final! Y — si hubiese podido, yo tambien hubiese ido a ver esa pelea!”

Publio — el padre, suspiró.

Resignado.

Y dentro suyo, Publio — el nieto — tambien suspiró con alivio. Su padre no le podía hacer nada, mientras abuelo estuviese ahí.

Y además… 

Eran los Juegos Capitolinos.

Publio — abuelo, padre, e hijo — mandaron a un esclavo, a traer mas vino. Mañana era la final del Pancracio, y la producción de 13,000 escudos no se iban a retrasar, por un día o dos.

Luego, tambien mandaron buscar a tres esclavas, traer uvas, jamón, y a tocar el arpa, mientras los tres debatían quien iba a ganar mañana.

En realidad, todo el mundo en Roma, se volvía un poco loco, durante los Juegos Capitolinos.

Y este año era un tanto especial, porque una camada de atletas nuevos en las varias disciplinas de los juegos, prometían espectáculos, drama, tensión, y la venta de mucho vino, por toda Roma.

Así que — de los Juegos Capitolinos vamos a hablar un poco mas — en unos minutos.

Ahora, a nuestro tema principal de hoy.

Estamos en el año 273 AC.

Los Cónsules electos el este año, son dos Cayos, de dos familias opuestas.

Cayo Fabio Dorsón Luscino, y Cayo Claudio Canina.

Mientras uno de los Cayos era de los Fabios, el otro era de los Claudios.

Así es.

Con solo escuchar los nombres, ya pueden saber a qué familia pertenecían, y por ende — a qué tribus representaban.

A medida que el tiempo avance, vamos a hablar mas de eso, porque esa parte de la política en Roma nos da un entendimiento mucho mejor, en un tiempo cuando todo el mundo piensa — WOW! Qué lío! Cónsules cambiaban cada año! Como uno puede aprenderse la historia de la república romana?

Pero van a ver, que si lo miran desde el punto de vista de las tribus romanas, todo se hace mas fácil.

Y ademas, la historia de Roma se convierte en un verdadero Cuento de Roma.

Mas interesante.

Mas lógico.

Mas Cuento.

Bueno.

Durante nuestro Episodio pasado, vimos la primera parte del resto de la vida de Pirro de Epiro.

Hoy veremos el resto.

Luego veremos el tema de los Juegos Capitolinos, con mas detalle, y después de eso, vamos a hablar de los eventos del año 273 AC, que en realidad no fueron pocos, a pesar de que no hubo guerras declaradas.

Esos eventos los dividí en tres partes, a saber:

UNO — La visita de otra embajada de Egipto. Y — por supuesto, el año proximo tendremos la visita recíproca de Roma a Alejandría, tal como sucedió antes.

DOS — La muerte del viejo Apio Claudio, el Ciego.

Y TRES — Pirro de Epiro llama a su hijo, al cual había dejado en Tarento con una pequeña guarnición militar, a que vuelva a Grecia, y que le ayude en sus campañas militares.

Obviamente, eso nos va a llevar a la próxima muerte de Pirro.

Bueno.

[…]

 

Episodio 61 – La Batalla de Beneventum

No es el fin de Pirro, pero sí es el fin de las guerras pírricas, en cuanto a Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 61 — La Batalla de Beneventum.

Primeramente, quiero contarles que mi ausencia de cinco semanas no se debió a una sola razón, sino a la combinación de tres razones principales.

Estoy hablando de tres eventos que, si hubiesen estado aislados, no hubieran causado ningún tipo de interrupción en nuestro podcast, pero al unirse — pues, crearon lo que algunos llaman la tormenta perfecta.

Pero — para no desperdiciar tiempo con estos eventos de índole personal, simplemente les quiero dar a saber que en el sitio de patreon podrán leer lo que nos está sucediendo aquí, en China, y el por qué de toda esa demora.

Repito esa dirección: www.patreon.com/elcuentoderoma y ahí simplemente busquen el capitulo llamado

“LA TORMENTA PERFECTA”

Ahora…

Lo que sí quisiera mencionar aquí, son cinco cositas que sucedieron durante estas cinco semanas (que estuve alejado del micrófono), y que sí considero importantes como un análisis, de la historia de Roma.

Entonces.

UNO — En España, un nuevo gobierno. Un nuevo Primer Ministro. Mariano Rajoy ya no está, y ahora, un hombre llamado Pedro Sanchez está a cargo de los quehaceres en el Palacio de Moncloa. Y por supuesto que no voy a entrar en detalles de eso, cada uno de vosotros sabéis de qué lado estáis, y no hace falta que yo le vaya metiendo mas leña al asado de política global.

Ya bien “asado” está el asado global, me parece.

En punto de lo que quiero decir es que cambios vienen apareciendo en el horizonte por todos lados. Grandes cambios. Para bien o para mal, eso lo veremos, mas pronto de lo que queremos verlo. Alemania. El Reino Unido. China. Russia. Francia. Todo el mundo.

Y, por supuesto, España no es la excepción. Es como si las placas tectónicas del mundo entero, se hubiesen tragado píldoras de esteroides, y ahora, andamos a mil por hora.

Como otro ejemplo, esta ultima semana, un barco llamado Aquarius, con unos 800 refugiados de Africa ancló en Valencia, después de que el gobierno de Italia — otro gobierno nuevo, les prohibió tocar la costa italiana.

Me pregunto si los romanos hubiesen podio hacer eso con los buques de Pirro…

DOS — En Guatemala, muchísima gente sufrió a causa de la naturaleza, que decidió mostrar su fuerza en la forma de fuego.

Así es, el volcán — aptamente llamado, el Volcán del Fuego, tuvo otra erupción durante estas ultimas cinco semanas, y muchas almas perdieron sus cuerpos.

Ubicado a solo 18 kilómetros de Antigua, este volcán supo tener numerosas erupciones durante los tiempos de la conquista de America.

Este ultimo 3 de Junio, al menos 100 personas fallecieron, y unas 2,000 personas, todavía no sabemos dónde están.

Por su lado, Roma tambien tendrá su propio desastre volcánico, y solo estamos a un poco más de tres siglos de eso.

TRES — El presidente de los EEUU y el dictados de Korea del Norte decidieron verse las caras, en lo que ahora es la famosa Cumbre de Singapur.

Y aquí hay que no olvidarse que ese mismo Presidente de los EEUU, al mismo tiempo, decidió iniciar una guerra de tarifas económicas, hasta con las naciones que — históricamente hablando, son aliados y amigos.

A modo de comparación, eso sería algo así como si Caligula, o Nerón, o el emperador Cómodo, hubiesen decidido ir a ver al emperador o rey de algún reino bien pequeño, en una ciudad un tanto neutral, para mantener una cumbre.

Y — por supuesto, la gran noticia no sería el hecho, de que ese reino (bien chiquito) representaba algún peligro directo para Roma, sino que ese reino, estaba perfectamente alineado con las agendas políticas de enemigos de Roma, digamos — el Imperio de los Partos.

Obviamente, la Cumbre de Singapur provocó olas de repercusiones por todo el mundo, pero eso no sería nada si no fuese por el punto siguiente.

CUATRO — Mientras toda esa farsa sigue capturando nuestra atención diaria, otras cosas más importantes se nos escapan de la mente.

La crisis de Venezuela — sigo sin entender como eso pudo haber pasado. Yo estuve tantas veces en Caracas y en La Guaira en los ’90, y Venezuela era como una superpotencia en materias primas, recursos naturales, y hasta en libertades civiles y derechos humanos.

Luego, tenemos la aparente e inminente caída económica de Argentina, que ya muchos analistas vienen anunciando como algo imposible de evitar en un futuro muy cercano.

[…]

 

Episodio 57 – Los Elefantes de Pirro

La derrota de los romanos en Heraclea, en una batalla que será el precursor de la frase mas famosa de Pirro de Epiro, en toda su vida.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 57 — Los Elefantes de Pirro.

Esta semana tuvimos otro 21 de Abril.

Y el 21 de Abril, es el cumpleaños de Roma.

Y tambien es el cumpleaños de “El Cuento de Roma,” es decir — el 21 de Abril del año pasado lanzamos este podcast en iTunes.

Claro que comencé a escribir y grabar, y diseñar, y sobre todo — planear todo eso, mucho antes, eso ya lo saben si escucharon nuestro Episodio 50 — Feliz Cumpleaños.

Pero, hoy hace un añito que este podcast anda por iTunes, iVoox, y otros lugares. Y esto hace sentido, porque bueno — un año tiene 52 semanas, y ahora estamos a 57 episodios.

Y eso tiene sentido, porque a la hora de lanzar el podcast, publiqué 5 episodios juntos.

Entonces, 52 + 5 = 57.

Ya. Feliz Cumpleaños Roma, y feliz cumpleaños, El Cuento ode Roma.

Pero, en Roma misma, y en el año 280 AC, nadie se pasaba mucho tiempo pensando en el cumpleaños de Roma.

Y eso era por culpa de un rey llamado Pirro, que había desembarcado en Italia, desde su propio reino, un lugar llamado Epiro.

Y después de haber desembarcado — con elefantes y todo, Pirro de dirigió a la ciudad de Tarento, porque la gente de esa ciudad lo llamó a que les ayudase.

Bueno. Hasta ahí llegamos en nuestro ultimo episodio, que fue hace como 14 días, por dos causas que quiero nombrar aquí — muy brevemente.

UNO — El podcast de “El Cuento de Roma” en chino. Así es, conseguimos lanzar este mismo podcast, en idioma chino. Así que, si saben de alguien en su barrio, o colegio, que habla chino, pues — a promover el podcast!

Y DOS — La página de Patreon, que estoy organizando en un sitio llamado Patreon.com.

En ese sitio voy a publicar cuatro cosas que no tengo ni manera de meter en el podcast propiamente dicho.

Esas cuatro cosas son:

UNO — Mapas. Mapas como me gustan a mí — mapas gigantes, de aquellos tiempos.

DOS — Arboles genealógicos de nuestra Saga Familiar, y de otras familias romanas.

TRES — Listas de nombres, personas, y demás, traducidas entre castellano e ingles.

CUATRO — Y esto es lo mas importante. Todo, lo que verdaderamente iba pasando entre los miembros de nuestra Saga Familiar.

Honestamente, ya estoy cansado de tener que solamente dar detalles, como por ejemplo, fulano se casó, o mengana tuvo mellizos, y quiero poder hablar de eso tambien. Pero si meto eso en el podcast bueno — estaríamos hablando de episodios de una hora, y no de veinte-y-pico de minutos.

Así que, bueno, si les interesa esa parte del podcast en sí, vayan a patreon.com/elcuentoderoma, y háganse mecenas de nuestro sitio allí. Por solo una moneda al mes, van a recibir mucho mas que una moneda en retorno, y Tito Livio y yo, les estaremos agradecidos.

Listo. Con eso considero la demora de una semana de este Episodio — explicada.

Ahora, al tema nuestro, y al peligro que se avecinaba de allá en el sur.

En Tarento.

Y — como ya es costumbre, primero veamos donde estamos, digo — en qué año estamos.

Estamos en el año 280 AC, y en ese año los dos Cónsules elegidos fueron un hombre llamado Tiberio Corunciano — un hombre que provenía de Tusculum, y otro hombre llamado Publio Valerio Levino. Este último provenía de Roma misma, y fue mencionado en los libros de Plutarco.

Esos libros llamados “Vidas Paralelas.”

De eso voy a decir mas, como al final de este Episodio.

Bueno, veamos un poco de estos dos hombres, porque ambos — si bien no pertenecen al club de héroes de Roma antigua, sí aportaron lo suyo, cada uno en su propio ámbito.

Porque una cosa está muy, muy en claro.

Tiberio Corunciano y Publio Valerio Levino no pudieron haber sido mas diferentes.

Corunciano, de origen plebeyo, estaba ocupado con operaciones militares de menor escala en Etruria cuando el Senado de Roma lo proclamó Cónsul.

El Senado, ya sabiendo de la llegada de Pirro en el sur, decidió llamar a Corunciano de regreso a Roma, y preparar una campaña en contra de Pirro, y esto es lo que veremos hoy.

Pero cuando Corunciano regresó a Roma, y cuando comenzó a organizar esa campaña, algunos de los Senadores cambiaron de idea, y decidieron que no será Corunciano, el que iba a enfrentarse a Pirro de Epiro, sino el otro de los dos Cónsules.

Es decir, Publio Valerio Levino.

Y antes de hablar un poco de ese Cónsul, quiero dar cuatro notas muy breves, de este Tiberio Corunciano.

Dos de esas notas son notas de pasado, y las otras dos, son notas de futuro, o eventos futuros, y obviamente vosotros, mis queridos oyentes, sabrán identificar cual es cual, porque voy a listar esas cuatro notas juntas, sin separarlas en pasado y futuro.

Basta que se acuerden que estamos en el 280 AC.

[…]

Episodio 42 – La Vía Apia

La calzada romana que convirtió a Roma en el amo de Italia. Tambien vemos la primera parte de la vida de Apio Claudio.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 42 — La Vía Apia.

Ninguna vía, camino, o ruta de comunicación ha cambiado la historia del mundo occidental tanto como la Vía Apia, hoy conocida como la Vía Apia Antigua.

Estrechos naturales terrestres — tales como la Ruta de la Seda o la Ruta del Ambar, y lineas marítimas — tales como el estrecho del Gibraltar — todos pueden argumentar que tuvieron su importancia, y que hicieron lo suyo para cambiar el curso de la historia.

Como otro ejemplo, la distancia entre Maratón y Atenas, que fue recorrida por un griego en tiempo record, para anunciar la derrota de los persas — por supuesto, que fue súper importante.

Pero ese recorrido no era una calzada propiamente dicha.

La Ruta de Seda tampoco era una vía marcada, mantenida, o creada por un poder estatal, ni siquiera por un grupo de estados o imperios.

Así que, si hablamos de rutas, o caminos, o — más específicamente, de calzadas romanas, esta fue la calzada romana que verdaderamente cambió la historia de Roma.

No solamente porque fue la primera, o porque es la mas famosa hoy en día, pero por muchas otras razones.

Y hoy vamos a dedicar nuestro episodio a esas razones, y al creador de esa calzada romana, un censor romano de origen Sabino, llamado Apio Claudio, luego conocido como Apio Claudio, el Ciego.

Y cuando mencionamos a Apio Claudio, por supuesto que tambien vamos a darle un espacio a otra de las obras maestras de ese mismo hombre, un acueducto subterráneo llamado Aqua Appia.

Pero antes de hablar de Apio Claudio, y de la Aqua Appia, o de la Vía Appia, quiero contarles de mi dilema de esta semana.

Cuando era la hora de elegir alguna frase que enmarcara lo que la Vía Apia verdaderamente significaba, tuve muchas opciones.

Demasiados estrategas, generales, escritores, y estadistas — pasados y presentes, tuvieron sus opiniones acerca de la Vía Apia, y no fue fácil elegir a uno.

Al final, he elegido lo que un cierto Publio Papinio Estacio dijo de la Vía Apia, allá por el año 69 después de Cristo.

Fue el año que este Estacio se mudó de Nápoles a Roma, y esto es lo que ese hombre dijo:

APPIA LONGARUM — TERITUR REGINA VIARUM

Esto, en castellano equivale a: La vía Apia es conocida comúnmente como la reina de las grandes calzadas romanas.

Publio Papinio Estacio fue un medianamente famoso poeta y maestro romano del primer siglo después de Cristo, nacido en Nápoles, alrededor del año 45 de nuestra era.

Sus antepasados eran de origen Patricio, y vivían en Roma misma, pero debido a generaciones de mala administración económica — y posiblemente tambien debido a algún delito criminal, su familia pasó de ser de rango ecuestre, a la capa más baja de las clases sociales del mundo romano.

Al igual que su padre, Publio Papinio Estacio era un maestro que enseñaba Latin y gramática de nivel básico, a estudiantes de clases medias, en espacios rentados, generalmente pegados a construcciones públicas, tales como anfiteatros o hipódromos.

Durante años, su tal llamada escuela estaba al lado de un prostíbulo de Neápolis, y más de una vez, clientes se equivocaban de puerta, y — por supuesto, salían a todo apuro de ahí, al ver que se metieron en una escuela, en vez de un lupanar.

Lupanar era como los romanos llamaban a esos lugares, y tambien solía ser el nombre que se le daba a zonas rojas de una ciudad, lo que en inglés se llama Red Light District.

Bueno.

Nuestras fuentes cuentan que, como maestro, Estacio era conocido por condenar a sus alumnos a castigos corporales, pero que más tarde en su vida, él parece haberse convertido al Cristianismo, durante el reino del emperador Domiciano, a cuya corte fue invitado a escribir poemas al estilo de Virgilio.

Enfin.

Personalmente, creo que Estacio tuvo que fingir ser pagano durante la última parte de su vida, y se sabe que durante sus últimas dos décadas, vivió una vida dividida entre Nápoles y Roma.

Y yo creo que, es por eso que llegó a apreciar la importancia de la Vía Apia.

[…]