Episodio 71 – La Batalla del Cabo Ecnomo

La batalla naval más grande de la historia del mundo. 680 naves. 290 mil guerreros. Un encuentro pivotal entre Roma y Cartago.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 71 – La Batalla del Cabo Ecnomo.

Año 258 AC.

Los Cónsules son Aulo Atilio Calatino y Cayo Sulpicio Patérculo.

Bueno.

Durante nuestro anuncio de esta Temporada DOS — el que grabamos durante la noche, entre el 2018 y el 2019, creo que no logré explicar con suficiente claridad que — en el futuro, mini-episodios, tales como ese anuncio mismo — no formarían parte del podcast en sí, y por lo tanto no irían a formar parte de la cadena de episodios, en algunos de los lugares, donde publicamos estos episodios.

Un ejemplo de eso es — iVoox.

Así es.

Esos mini episodios — creo que los voy a llamar algo así como — actas diurnas, o las Fastis del Cuento de Roma — todavía no me he decidido — esos episodios sí van a aparecer en algunos lados, tal como YouTube y en el sitio Web, pero no van a aparecer en otros lados, tales como Podomatic, y — bueno… IVOOX — a no ser que yo los suba manualmente.

Entonces, para aquellos que no oyeron nuestro mini Episodio del Año Nuevo, les recomiendo oírlo, y ponerse al día, para entender algunos de los cambios que empezamos teniendo hoy.

No son muchos cambios, en realidad. Pero bueno…

Las diferencias más grandes son dos.

UNO — Esos mini-episodios no llevan un numero, como episodios propiamente dichos.

Y DOS — No forman parte de la cadena — o sea — el hilo, del cuento.

No hay Palabra en Latin.

No hay nada de la Saga Familiar, y en general, tratan de temas que — apoyan el Cuento, pero no son parte del Cuento.

Entonces…

Con un retraso de unos dos meses y medio, por circunstancias ya explicadas en nuestro mini-Episodio del Año Nuevo, aquí lanzamos — oficialmente — TEMPORADA DOS.

Dicen que nada es por siempre.

El sol no dará calor a la tierra por siempre, y si pudiésemos vivir cuatro mil veces, un millón de años, podríamos ver como las galaxias de Andromeda y nuestra Vía Láctea se enlazan en una ultima danza — un choque mortal, el cual en sí mismo durará unos 20 millones de años.

Por supuesto que nada de lo que vemos hoy — con nuestros ojos físicos, existirá en cuarto mil millones de años, y dudo mucho que nosotros — como humanos — seamos capaces de no destruirnos a nosotros mismos, en el proximo milenio o dos.

Como humanos, nos destacamos en nuestra capacidad y nuestro talento para arruinar la naturaleza alrededor nuestro, el balance natural de las cosas, y todo lo demás que nos rodea — así que no voy a apostar mucho por la supervivencia de nuestra especie.

Y el balance de la naturaleza en Roma misma — no era una excepción.

Así es — no crean — ni por un minuto — mis queridos oyentes — que vivir en Roma en aquellos tiempos era algo genial…

La gente ya no aguantaba el olor del Río Tiber, el olor de los lotes vacíos al sur del Foro Boario — y que llegaba — casi hasta la Suburra, y el olor de las calles, donde la gente tiraba los desechos de la noche.

A balde!

Y si se acuerdan de nuestro Episodio pasado, las cosas no andaban bien en otros lados, también — no solamente en Roma.

Es mas — era como si todo el mundo venía preparándose — de una manera subconsciente — que… algo grandealgo grave — se venía acercando.

Todo el mundo en Roma se venía preguntando a dónde iba Roma, con todas esas preparaciones de guerra en contra de los Cartaginenses.

Todo el mundo en Capua se venía preguntando si el paso de tantos soldados hacia el sur — hacia Sicilia, no era como un mal presagio — del fin del mundo.

Y todo el mundo en Cartago se venía preguntando por qué — de repente — Roma venía amasando sus fuerzas hacia ese mismo sur. Acaso toda Italia no les daba abasto?

Cuándo iban a dejar de ser unos lobos hambrientos, esos Senadores en Roma?

En nuestro Episodio pasado vimos la situación de Himilcar, y como logró huir de Italia.

Vimos la situación de Aemilia, y sus sufrimientos, como esclava en la ciudad de Capua.

Y vimos la situación de Mamerco Publio, en Roma.

Hoy tenemos noticias de los tres.

[…]

 

Episodio 70 – Atilio Régulo y Lutacio Cátulo

Los primeros encuentros navales entre las dos potencias del Mediterráneo Occidental: Cartago y Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 70 – Atilio Régulo y Lutacio Cátulo.

260 AC — año de los Cónsules Cneo Cornelio Escipión Asina, y Cayo Duilio.

Ciudad de Siracusa, sureste de Sicilia.

El crujido de la puerta indicaba dos cosas.

Que la puerta misma era pesadísima, y que, lo que sea que estaba del otro lado de esa puerta, no era una sala amplia.

Mas bien un pasillo — largo, húmedo, y oscuro.

— “Por aquí,” exclamó el guardia. Su rostro — de rasgos claramente numidios, lucía en la luz de la antorcha.

El muchacho miró a su tío, y después de dudar un segundo, ambos comenzaron a seguir al hombre, a través de un laberinto de pasillos. La antorcha del guardia, empapada en azufre y cal, era la única luz, hasta que llegaron a otra puerta.

De ahí, salieron a una callejuela que daba al muelle de granos, de la ciudad. Por un momento — luz inundó a los tres.

Frente a los ojos del muchacho, y a menos de diez pasos, el vientre de un barco estaba pegado al muelle, hamacándose con las olas.

— “Suban,” les dijo el guardia. “El barco zarpa apenas el viento de vuelta.”

Ambos subieron, y un hombre les indicó donde sentarse, y permanecer quietos, hasta que el barco salga del puerto fortificado.

Y así — por primera vez, desde que se escaparon del barco de Manio Máximo Valerio Corvino, el muchacho se sintió relajado. Su tío lo abrazó.

— “Dos días más, Himilcar! Dos días mas,” le dijo, calmándolo.

Sus vidas en Tusculum, la huida de Italia, y el abordaje a las naves de invasion romana — todo estaba en el pasado ahora.

Volverían a Cartago, donde gente no se distinguía en clases sociales, como en Roma, y la vida tendría sentido otra vez. Ya nadie se les reiría en la cara por ser mitad romanos, mitad púnicos, y nadie les negaría empleo por el hecho de que no adoraban a los dioses de Roma.

Sus antepasados, hijos y nietos de Himilco y Marcia — aquellos que se habían quedado en Africa, los recibirían con brazos abiertos, y pronto — muy pronto, se olvidarían de las miserias en Tusculum.

En cuanto al barco donde se escondieron, ese barco — llamado “El Ganso de Mercurio” — aunque se veía como una nave de carga de trigo, era un barco que — secretamente, se dedicaba a trasladar gente de Italia hacia Cartago.

Así es — “El Ganso de Mercurio” era una nave espía.

Zarparía al anochecer, aparentando seguir las rutas tradicionales hacia la peninsula italiana.

Luego, en el medio de la noche, la nave daría una vuelta en alta mar.

Rumbo a Cartago.

Bueno. Ahora empezamos con nuestro episodio propiamente dicho. Las vidas de Atilio Régulo y Lutacio Cátulo.

Pero…

Primero la fe de erratas, y una pequeña promesa que hice durante nuestro Episodio pasado.

Entonces. Tengo aquí, dos errores que he cometido en nuestros últimos dos episodios, 68 y 69.

UNO — En nuestro Episodio 68 — La Batalla de Mesina, yo dije que cuando un tal Manio Otacilio Craso se paró en el medio del Senado de Roma para hablar, él no tenía ni manera de saber que 221 años mas tarde, Julio César sería asesinado en ese mismo lugar.

Bueno — el error de esta oración es que Julio Cesar, si bien fue asesinado en el Senado, el edificio del Senado no era ese mismo edificio.

Y eso es algo que Antonio — por medio de iVoox, me dió a saber.

Leo sus palabras literalmente.

Realmente, Julio César no fue asesinado en la sede tradicional del senado, o sea la Curia Hostilia, pues se hallaba en reconstrucción, por orden del mismo César, después de haber ardido, en los incidentes ocurridos durante el funeral de Publio Clodio, un aliado de César.

Más tarde, esa nueva sede sería conocida como Curia Julia. Julio César fue asesinado en la Curia de Pompeyo, un edificio adyacente al teatro del mismo nombre, y que estaba siendo utilizada como sede del senado, de manera provisional, mientras duraran la obras en la sede original.

Entonces. Ya oísteis.

César fue asesinado en la Curia Pompeya, no, en la Curia Hostilia.

Hablaremos más de eso en nuestro futuro Episodio 184 — Vida y Muerte de Julio César.

Gracias, Antonio, por su aporte. Esto fue un error de mi parte, por el hecho de que no sabía del incendio ocurrido durante los incidentes de ese funeral.

BUENO, Y AHORA — ERROR NUMERO DOS — En nuestro ultimo Episodio yo leí una larga lista de gente a la cual quería agradecer, y leí uno de esos nombres mal.

Mas que leer mal el nombre en sí, confundí la localidad de nuestro oyente Pedro Márquez, quien nos escucha de Venezuela, con su apellido.

Así es — yo había dicho “Pedro Márquez San Antonio,” desde la localidad de “Los Altos, en Venezuela.”

En realidad, es “Pedro Márquez,” de “San Antonio de los Altos,” que queda a unos — según Pedro mismo, 20 minutos de Caracas.

Bueno — errores corregidos, y una vez mas — gracias, Pedro Márquez, y gracias, Antonio!

Fe de erratas cerrada!

Ahora, a nuestra pequeña promesa, que quedó en el aire, por falta de tiempo.

La lista de batallas de la Primera Guerra Púnica, en orden cronológico.

UNO — La Batalla de Mesina — nuestro Episodio 68.

DOS — La Batalla — y asedio — y saqueo, de la ciudad de Agrigento. Eso lo vimos en nuestro Episodio pasado.

TRES — El primer sitio de la ciudad — en realidad, un pueblo, más que una ciudad — de Mitístrato. 261 AC.

Como una nota de al lado, muchas fuentes bibliográficas ignoran este sitio, pero nosotros no vamos a hacer eso. Mitístrato era una localidad dentro de la esfera cartaginense, en las montañas centrales de la isla. Ese asedio teníamos que haberlo dado en nuestro Episodio pasado, pero no hicimos eso — otra vez, por falta de tiempo.

Lo hacemos hoy, dentro de unos 15 o 20 minutos.

CUATRO — La Batalla de las Islas Lípari. 160 AC. Eso lo vemos hoy!

CINCO — La Batalla de Milas. 160 AC. Tambien — hoy!

SEIS — El encuentro campal de Termini, en la costa norte de Sicilia. 259 AC. Tambien vemos eso hoy, y con eso vamos a cerrar nuestro cuento de hoy .

SIETE — El segundo asedio de Mitístrato. 258 AC. A pesar de que hay muy poca información de ese evento, sabemos que la gente de ese pueblo — todos — terminaron siendo vendidos como esclavos.

OCHO — La Batalla de Sulci. 258 AC.  Nuestro Episodio siguiente.

NUEVE — La Batalla de Tíndaris. 257 AC. Para nuestro próximo Episodio.

DIEZ — La super-famosa Batalla del Cabo Ecnomo. 256 AC. Tema principal del Episodio que viene.

ONCE — El asedio de Aspis. 256 AC. Primer encuentro en suelo africano. Hablamos de eso un poquito hoy, pero solo por el hecho de que Atilio Régulo estaba al mando de las tropas romanas en ese encuentro.

DOCE — La Batalla de Adís. Tambien 256 AC. Y tambien tiene que ver con el tema de Atilio Régulo.

TRECE — La Batalla de Bagradas, tambien conocida como la Batalla de Túnez. 255 AC. Una lección para los romanos. Eso lo veremos en detalle en nuestro Episodio 72 — El Imperio Contraataca.

CATORCE — La Batalla de Palermo. 251 AC. Eso lo veremos en nuestro Episodio 73 — Sicilia, Córcega, y Cerdeña.

QUINCE — El sitio de Lilibea. 250 AC. Eso lo veremos en nuestro Episodio 74 — El Primer Pontífice Plebeyo. Durante esa etapa, interés popular de lo que sucedía en Sicilia, cayó a un nivel bajo récord.

DIECISEIS — La Batalla de Drépano. 249 AC. Obviamente, tenemos un Episodio especialmente para eso.

DIECISIETE — El sitio de Drépano, que duró entre los años 249 y 241 AC. Eso lo vamos a cubrir entre nuestros episodios 76 y 77, mientras prestamos atención a otros dos eventos mundiales. El nacimiento del Imperio parto, y la asunción al trono de su reino, de la persona que más tarde, se convertirá en el Primer Emperador de China.

DIECIOCHO — El fin de la Primera Guerra Púnica, con los siguientes cuatro eventos. La Batalla del Monte Ercte, las dos Batallas del Monte Eryx, y finalmente — la Batalla de las Islas Égadas. Eso ocurre en el año 241 AC, y lo vamos a ver en nuestro Episodio 79 — Roma 1 – Cartago 0.

[…]

Episodio 68 – La Batalla de Mesina

El primer enfrentamiento directo entre Cartago y Roma. El primer movimiento militar de Roma, fuera de Italia propiamente dicha. El primer sabor de sangre, para demasiados jóvenes romanos.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Sanya, en el Sur de China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 68 – La Batalla de Mesina.

Estamos en el año 265 antes de Cristo.

Aquí comienzan las Guerras Púnicas.

Y nuestro cuento — hoy, va a comenzar entre dos lugares, muy cercanos entre sí, y muy peligrosos para todos aquellos navegantes, que se aproximaban al estrecho entre Italia y Sicilia.

De un lado se encontraba el monstruo llamado Escilla — deletreo eso rapidito — E — S — C — I latina — L — L — A, y del otro lado se encontraba la hermosa (pero malvada) ninfa de Caribdis, quien según la mitología griega, tragaba por lo menos 30 olas por día, y luego las vomitaba a la costa, creando un remolino imposible de cruzar.

Deletreo eso rapidito, tambien. C — A — R — I latina — B — D — I latina otra vez — S. Caribdis.

Y esa noche, un bote se deslizaba por las aguas — entre Caribdis y Escilla.

Los seis hombres a bordo — (tres de ellos griegos, y los otros tres de Mesina misma), trataban de mantenerse justo en el medio entre los dos monstruos, porque el estrecho realmente no era ancho.

Un tiro de flecha podía alcanzar de una orilla a la otra, y cualquier bote que se acercaba demasiado a uno de los lados, era tragado sin merced alguna, o por la hermosa Caribdis, o por la feísima Escilla.

Caribdis era hija del dios Poseidón mismo, y fue creada cuando Poseidón — un día, decidió tener una aventura amorosa con la diosa Gea, diosa de la tierra misma.

Caribdis fue transformada en una ninfa malvada por el dios Zeus, quien la colocó del lado opuesto de Escilla, por haber creado una inundación de proporciones catastróficas.

Desde entonces, Caribdis — prisionera en ese lugar, se dedicaba a tragar olas, y a vomitarlas a la costa de Mesina, junto con todo aquello que se encontraba en esas olas.

Por su lado, Escilla tambien fue una hermosa ninfa con cola de pez, cuando era joven. Y según la Odisea de Homero, un pescador llamado Glauco se enamoró de Escilla, el día que la vió.

Se enamoró tan fuerte, que la siguió por todos lados, tratando de conquistarla. Y en sus desventuras, un día una poción mágica le fue dada a ese pescador, con la promesa que si Escilla se bañaba en agua conteniendo esa poción, los deseos carnales de Glauco se convertirían en realidad.

Ni dos por tres — Glauco vertió la poción donde Escilla se bañaba habitualmente, pero — en vez de enamorarse de Glauco, Escilla se convirtió en un monstruo con seis cabezas de perro.

Bueno, para hacer esta historia mas breve, a la mañana siguiente, el bote de los seis marineros fue encontrado totalmente destruido, en la costa de Sicilia, a metros de Mesina.

De los seis hombres, nadie jamas los volvió a ver, y por muchos meses, los habitantes de Mesina miraban hacia la costa al anochecer.

Quizás, en una de sus típicas vomitadas, Caribdis devolvería los restos de alguno de esos desdichados.

Lo que nadie sabía, era que los seis hombres fueron enviados secretamente, para reconocer el terreno entre la piedra de Caribdis, y la llanura frente a Mesina misma.

Fueron enviados por un Senador romano, llamado Manio Otacilio Craso.

De este Manio Otacilio Craso, mucho mas en unos minutos.

Pero por ahora, quiero que sepan que él era la mano derecha de Apio Claudio Cáudex, quien a su vez, era el hombre mas importante — en este momento, de la poderosa familia de los Claudios.

Bueno.

Una breve pausa, aquí, para explicar un poco, un par de cositas, al margen del tema.

Si bien la publicación de este Episodio se verá al aire cuando mis vacaciones ya hayan terminado — y ya va a ser Septiembre, he escrito los primeros cuatro episodios de la Primera Guerra Púnica, lejos de Pekín, y lejos de la contaminación de la capital china.

Sin micrófono a mano, y con semanas de pasarme descansando, y nadando, y tomando sol, con mi familia, lo único que realmente podía hacer, era relajarme, y escribir.

Y comer piñas.

Por ejemplo — ensalada de frutas con piñas.

Pan de piñas por las mañanas, untado con manteca de piñas, o con mermelada de piñas.

Almuerzo, era algo así como carne asada con piñas, puré de piñas, jamón o mortadella con trocitos de piñas, arroz y pollo con piñas super picantes, seguidos por helado de piña, o una sopa caliente de piñas, que adentro tenían — bueno — cubitos de … piñas!

Enfin.

Todo lo demás tendría que esperar — incluyendo mi conexión con Facebook y Twitter.

Así que cuando escuchen eso, sepan que ya estoy de regreso en Pekín, después de pasarla bien en la isla de Hainan, en una ciudad llamada SanYa.

La ciudad de las piñas!

[…]

 

Episodio 67 – La Captura de Brundisium

La caída de la última ciudad en el sur de Italia. Toda Roma, ahora, se prepara para el paso siguiente: Sicilia.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 67 — La Captura de Brundisium.

A veces nos toca que un Episodio de El Estado de la Unión viene seguido por un Episodio de Biografías, y eso hace, que el hilo de nuestro cuento viene un tanto interrumpido — no por un Episodio, sino por dos.

Este fue el caso de nuestros episodios 65 y 66, pero — las buenas noticias de eso, es que ahora tenemos, por lo menos, 11 episodios seguidos, de nuestro Cuento — El Cuento de Roma, antes de que nos toque otro Estado de la Unión.

Así que — sin demoras, vamos al 23 de Enero del año 266 AC.

En Roma — una marcha triunfal.

Esa marcha de debía a la captura de Brundisium, el año anterior.

Con eso, la conquista de Calabria y de Mesapia, estaban completas.

Esta marcha triunfal era en honor a DOS HOMBRES que — pues, hicieron esa captura.

Eran los Cónsules de Roma, del año anterior.

Estoy hablando de Marco Atilio Régulo, y Lucio Julio Libón.

Vamos a tener una palabrita de ellos — Marco Atilio Régulo y Lucio Julio Libón, en unos minutos, pero en este momento, hay algo más importante, y se trata de la marcha misma.

Explico.

A diferencia de otras marchas triunfales, esta marcha fue considerablemente más pequeña, más tenue, y traía muy pocos esclavos en remolque — comparado con otros triunfos romanos.

Y eso se debía a tres factores.

UNOMarco Atilio Régulo se aseguró que su campaña — y su victoria, fuesen bien organizadas, y bien ordenadas, desde el principio hasta el fin.

— hubo derrame de sangre en la ciudad, pero no existió esa avalancha de soldados, sueltos libres como lobos hambrientos, después de la lucha — y, a que hagan lo que quieran por la ciudad.

Atilio Régulo no permitió eso.

DOS — Régulo trajo consigo un enorme cantidad de objetos desde el sur.

Objetos de arte.

Objetos de oro y de plata.

Objetos de fosfato de cobre, hidratado — que hoy es mejor conocido, como turquesa.

Objetos hechos de bronze, piedra calcárea, y hasta esculpidos, de las corazas, de caracoles de mar.

Vasijas — ánforas — para llevar vino y aceite de oliva, con decoraciones de plantas en formas geométricas.

Esas ánforas eran llamadas trozellas. Las dos manijas se extendían muy alto — mucho más alto que el pico de las mismas, algo que los romanos no hacían en su tiempo.

Resulta que Brundisium era famosa por su arte, y Brundisium era un rival natural de la otra gran ciudad de la zona. Tarento.

Bueno — Y TRES — Durante el proceso de esta marcha triunfal, y desde la misma entrada por la puerta del Triunfo, la primera persona, entre los prisioneros, era una mujer.

Así es — marchando en cadenas, y con la cabeza en alto, esa mujer estaba rodeada por 12 soldados Salentinos tambien encadenados — y detrás de ellos, venían 12 lictores romanos, llevando las ya conocidas fasces.

Después, unos mil prisioneros de guerra más, y luego — por supuesto, el fabuloso botín de guerra.

Cuando toda esa procesión entró al Pomerio — siempre entraban desde el oeste, del Campo de Marte, la cola de la procesión misma todavía estaba amontonada fuera de la ciudad, esperando su turno para entrar.

Pero — no es que habíamos dicho que esta marcha era considerablemente pequeña?

Así es — y en realidad, esa fue una de las marchas más pequeñas en historia reciente.

Más tarde veremos, que marchas triunfales, a veces — sabían durar hasta cuatro días, desde una punta a la otra, y no era solamente porque caminaban bien lento.

Si — andaban a paso de los cantos de los sacerdotes, y de las Vírgenes Vestales, pero igual — una procesión así, podía tener más de 20 mil personas.

Siempre entraban desde el Campo de Marte, donde se hacían todos los arreglos de ultimo momento, y mucho antes de que saliera el sol.

De ahí, iban por la Vía Triumfalis, hasta el Senado, o sea que pasaban cerca del Mercado y el Foro, y a lo largo del futuro Circo Flaminio.

Cuando llegaban al Senado, los Senadores se unían a la procesión, y eso era otra demora de una hora — por lo menos.

De ahí, iban hacia el sur, hasta el Circo Máximo, y daban una vuelta ahí.

Luego — dependiendo del estado de las calles, y dependiendo si había zonas en construcción, daban media vuelta, hacia el norte, hacia donde — en el futuro, tendremos el Coliseo.

Ahí es, donde la gran mayoría de los miembros de nuestra Saga Familiar, observaban la lenta marcha de toda esa gente. Hoy existía una razón muy especial, por la que estaban presenciando esa marcha, y vamos a explicar eso, en un minuto más.

Y por ultimo — la procesión daba otra media vuelta.

De ahí, subían por las escalinatas del Monte Capitolino, hasta el templo de Jupiter — el corazón de Roma.

Así que — como ven, eso era, no menos de unos 4 kilómetros y medio, pero a ese paso, duraba por lo menos un día.

Además, si había esclavos que iban a ser decapitados al cabo de la marcha, esos condenados no tenían el derecho de subir al Monte Capitolino.

En lugar de eso, se los dejaba en una plaza situada entre el Capitolino, y la prisión Mamertina, donde la gente se podía dar el gusto, de ver a esos prisioneros, bien de cerquita.

Ahí podían tirarles frutas podridas, pan mimado con vinagre — o peor aun, calabazas llenas de orina.

Y como un dato de futuro — cuando lleguemos a la época del emperador Augusto, verán que el botín de guerra, y la cantidad de esclavos, traídos desde Egipto, provocaron una caída en las tasas de interés, una caída en los precios de esclavos, y un enorme aumento de los precios de la tierra, por casi cinco años.

Y antes de dejar el tema de las marchas triunfales quisiera añadir estos detalles:

La persona, o personas en cuyo honor, esa marcha se hacía, llevaban una toga de color púrpura, con franjas doradas, y botas de color rojo. Esa toga se denominaba la “toga picta.”

Y contrario a la creencia popular, esa persona o personas, no iban adelante, sino atrás de todo el mundo.

Detrás de él, o ellos, solo iban su familia, y algunos soldados especialmente elegidos por él — por supuesto, por algún buen desempeño, durante la batalla.

Y después de esa gente, venían dos bueyes, totalmente blancos, adornados con flores y cintas, de color rojo-sangre.

Esos bueyes, iban a ser sacrificados al final de la procesión, frente al templo de Júpiter mismo.

Y por quién?

Pues, por los sacerdotes de Roma, con la ayuda de los dos Cónsules actuales, si es que andaban por la ciudad, y por un elegido de honor, de Marco Atilio Régulo, y un elegido de honor, de Lucio Julio Libón.

Así es — un elegido de honor, de cada uno de los — tal llamados, hombres de triunfo.

Y todo eso, bajo el estricto control, del Pontífice Máximo de Roma, quien los esperaba sentado en su gran silla, frente al templo de Júpiter Capitolino.

Ah — y dicho sea de paso, nuestros Cónsules de este año son Décimo Junio Pera, y Numerio Fabio Píctor.

Así es — otro Píctor!

Este hombre — Numerio Fabio Píctor, es hijo del artista Cayo Fabio Píctor, y por ende — tío de nuestro invitado especial de nuestro Episodio pasado.

Qué chiquito que es el mundo de Roma,

cuando uno comienza a conocer a la gente,

por nombre y apellido!

Y van a ver, lo que este Numerio Fabio Píctor va a hacer en nuestro proximo Episodio, durante un debate en el Senado, y en contra de otro senador, uno de los Claudios!

Bueno — ahí tenemos una marcha triunfal.

[…]