Episodio 84 – La Lex Flaminia

Roma en bancarrota. Tres cónsules malos, y por qué Flaminio fue pintado como un villano.


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Transcripción Parcial

Año 233 AC.

Roma. Foro romano.

En el medio de la noche — Lucio Cecilio Metelo — el pontífice máximo de la ciudad, parado en su oficina, no necesitaba de una lámpara para ver las cosas claramente.

En su afán de terminar de construir el Templo de la Concordia, el cual fue consagrado por nadie menos que aquel Marco Furio Camilo, de nuestro Episodio 24, Metelo se había hecho de un larga lista de enemigos.

En realidad, Lucio Cecilio Metelo tenía dos listas.

Una de sus enemigos, y una de la gente que él pensaba, que lo querían ver muerto.

Eso — por supuesto — sin contar gente, afuera de Roma.

Ambas listas eran casi iguales de largo, y el día anterior las volvió a leer — a solas.

Era su décimo aniversario como pontífice máximo de Roma.

Así es, Metelo había tomado el cargo de pontífice maximo, allá en el año 243, cuando la guerra contra Cartago aún rugía en el sur.

Por supuesto — hoy — nosotros la llamamos la Primera Guerra Púnica.

Pero en aquel entonces, nadie pudo saber que esa era una primera guerra de una serie de tres.

Verdad?

A ver, a ver —

O será cierto eso?

Será que algunos — como Metelo, ya sabían que el tema de la competencia entre Roma y Cartago no había llegado a su fin?

O será, quizás, que TODO EL MUNDO sabía que otra guerra iba a estallar?

Bueno. Volvamos.

Esa noche, Metelo, parado en su oficina, esperaba a uno de sus enviados con noticias.

Y cuando — al cabo de una buena hora de esperar — alguien tocó la puerta, Metelo le dió una señal a su esclavo a que abriera la puerta.

Un hombre entró, y les dió una señal de aprobación con la cabeza.

—”El evento es mañana. Después de las carreras,” dijo el hombre.

—”Entiendo,” respondió el pontifice. “Algo más?”

—”Una cosa más. Quién ganará en las carreras, mañana?”

Tras una breve pausa, el pontífice respondió.

—”Subura.”

Sin más, el mensajero se dió vuelta, se puso la capucha sobre la cabeza, y salió de la oficina.

Con pasos de plomo, Metelo se encaminó hacia la ventana.

—”Mañana, entonces,” se dijo.

Bueno.

Interrumpimos aquí por un minuto, para ver que más tenemos por delante, aparte de lo que un sujeto misterioso le acaba de decir al pontífice máximo de Roma.

Y, lo primero que les debo hacer saber es que en este episodio tenemos que abarcar varios años.

[…]

 

Episodio 45 – Fabio Ruliano y Papirio Cursor

Un vistazo a los dos héroes de las guerras samnitas, y un encuentro un tanto cómico entre ellos, frente al senado de Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 45 — Fabio Ruliano y Papirio Cursor.

La Selva Ciminia era el bosque primitivo — creado en tiempos de antes de dioses y humanos, que separaba Roma antigua de Etruria.

No existían caminos a través de esa selva, y hasta en los bordes de la misma, la imagen que la misma daba, causaban pavor entre la población de Roma.

Nadie se atrevió a entrar en la selva, hasta el siglo cuatro antes de Cristo.

Es mas — cuando en el año 310 AC el Senado de Roma le dió ordenes al entonces Cónsul Fabio Máximo Ruliano de NO entrar a esa selva, y cuando este sí entró a perseguir a los etruscos, y cuando salió de la selva sin perder su vida o la de sus soldados, los romanos sintieron miedo y pánico, pues creían que demonios de la selva misma, se habían poseído de las almas de estos legionarios.

Así, por lo menos, lo cuenta nuestro querido Tito Livio.

Esa selva — en parte fosilizada, y en parte, tan densa que la luz del sol, incapaz de penetrar el follaje espeso, creaba zonas de permafrost donde animales se hundían y quedaban atrapados, se extendía desde el noroeste de Roma antigua hasta casi los Apeninos al este, y llegaba casi al río Tiber en el sur.

En una sola oración, esa selva era el perfecto borde natural entre los romanos y los etruscos por la mayor parte de cuatro siglos.

Pero no estamos aquí para hablar del cruce de esa selva de parte de Fabio Ruliano, aun si fue desobedeciendo al Senado mismo de Roma.

Porque — al final y al cabo, esa incursion a la selva Ciminia fue en el año 310 AC, y aun no estamos ahí.

O sea que todavía tenemos la tercera guerra Samnita por delante, y si no fuera que los Samnitas recibieron una paliza tan grande de parte de los romanos, en la batalla de Sutrium, capaz que Ruliano no los hubiera perseguido a través de la selva.

Eso se debía a que la ciudad de Sutrium estaba literalmente pegada a esa selva Ciminia, y cuando los etruscos empezaron a correr selva-adentro, los romanos — o tenían que seguirlos, o iban a perderlos.

Bueno.

Entonces…

Estamos aquí para hablar de otra de las desobediencias de ese mismo hombre, una desobediencia que Ruliano hizo frente a un dictador de Roma, y que en nuestro caso no era nadie menos que Lucio Papirio Cursor.

Y digo “nadie menos” porque ese Papirio Cursor, no solo era un dictador de gran estatura, pero tambien provenía de una de las familias mas conocidas de Roma antigua.

Los Papirios.

Entonces primero veamos una breve descripción de estos dos hombres, Fabio Máximo Ruliano, y Lucio Papirio Cursor, porque en este episodio estamos cerrando las historias y los cuentos de la gran guerra, y no podemos cerrar ese cuento si no hablamos de los dos indiscutibles héroes de la misma.

Pero antes de darles una breve biografía de estos dos hombres, vayamos a ver rápidamente lo que pasa en la casa de Lucio, el nieto de aquel Lucio y Aeliana, que sobrevivieron el saqueo de Roma, y luego vamos a nuestra Palabra de la Semana en Latin.

En la casa de nuestro nuevo Lucio todo iba bien, la familia crecía y el negocio de escudos no daba abasto.

Este Lucio era un hombre de buen carácter, y de un talento para negocios.

De hecho, y económicamente hablando, la familia prosperó de tal manera que algunos miembros de familias Patricias ya los empezaban a notar, y la familia recibió dos ofertas de adopción para así ser parte de una de las tal llamadas tribus de Roma, y para de esa manera convertirse en Patricios romanos.

En total, Roma tenia mas de treinta tribus ahora, y ser adoptado por una familia de Patricios traía tanto nuevos derechos y placeres, como nuevos riesgos y peligros.

En general, familias de origen puramente Patricio, adoptaban a un plebeyo que se destacaba militarmente o económicamente, y eso se podía deber a dos causas principales:

UNO — El pater familias de la casa de los Patricios no tenía ningún hijo varón, y entonces buscaba de esa manera, conseguir tener un miembro de familia varón que siguiese la linea hereditaria.

O DOS — La familia de origin Patricio estaba endeudada o empobrecida por un mal manejo de dinero, y entonces esperaban rellenar sus cofres familiares por medio de esa adopción. En ese caso, los Patricios generalmente buscaban a plebeyos que se habían enriquecido en granjas o talleres artesanales.

Existía un tercer método de convertirse en patricio, y eso era por medio de matrimonio directo con la hija de un patricio, pero en ese caso, solamente los hijos — es decir, la generación siguiente, sería considerada patricia.

Pero ese día, la más pequeña de la familia, una niña de apenas cuatro años llamada Julia, fue corriendo a su madre, al parecer muy enfadada.

[…]

 

Episodio 28 – La Roca Tarpeya

El comienzo de Roma, versión dos – después de las cenizas. Marco Furio Camilo y Marco Manlio Capitolino son los indiscutidos héroes de Roma, pero uno acabará siendo un villano. También, el milagro de Aeliana, la esposa de Lucio.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 28 — La Roca Tarpeya.

La semana pasada vimos el fin de la trilogía del ataque, asedio, y saqueo de Roma.

Vimos como los galos de Senones finalmente se fueron de Roma, y como Camilo se convirtió en la persona que verdaderamente dirigía el destino de la ciudad.

Y aquí creo que un buen momento de decirles lo que Tito Livio escribió en la primera página de su sexto libro, esa obra gigantesca que hizo, llamada AB URBE CONDITA, o “DESDE la FUNDACIÓN de la CIUDAD” en castellano.

Leo esto de la primera página, libro 6:

Las transacciones de los romanos, desde la creación de la ciudad de Roma hasta la captura de la misma, primero bajo reyes, luego bajo cónsules y dictadores, decenviros y tribunos con poderes consulares, sus guerras en el extranjero, sus disensiones en casa, todo lo he expuesto en cinco libros.

Temas y eventos me fueron oscurecidos, tanto por su gran antigüedad, como si fueran objetos que desde su gran distancia apenas puedo percibir, así como porque en aquellos tiempos el uso de las letras, el único fiel guardián de la memoria de acontecimientos, era inconsiderable y raro.

Y, además, lo que se contenía en los comentarios de los Pontífices, y otros registros públicos y privados, todo se perdió durante los incendios que asecharon a la ciudad.

De aquí en adelante, desde este segundo origen de la ciudad, la cual nació de entre sus propias cenizas, esta vez más saludable y más vigorosa, los logros de Roma dentro de Roma y en el extranjero, serán narrados con más claridad y autenticidad.

Creo que hasta el mismo Tito Livio debe haber suspirado con alivio.

Personalmente creo que no existe un mejor lugar que este, para comenzar nuestro episodio de hoy, en El Cuento de Roma.

La niebla ya no está, y a partir de ahora tenemos un recuento de eventos que se asemejan mucho más a lo que verdaderamente sucedió en Roma.

Digo yo: Enhorabuena!

[…]

 

Episodio 9 – Asesinado por su propia Hija

Ni murallas, ni censos, ni cambios en el ejército romano pudieron salvar al sexto rey romano Servio Tulio. Al final, su hija Tulia lo mató, por la más común de las razones, y con el más incomún de los acómplices.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 9 — Asesinado por su propia hija.

La semana pasada vimos el fin de la vida del rey Tarquinio el Viejo, y como Servio Tulio se convirtió en el sexto de Roma.

Esta semana, veremos cómo esa historia continúa.

El resultado obvio de todo esto es que los últimos tres reyes eran el padre (Tarquinio el Viejo), seguido por el hijo adoptado (Servio Tulio), y finalmente seguido por el hijo verdadero de ese padre (Tarquinio el Soberbio).

Pero primero vamos a La Palabra de la Semana. La semana pasada tuvimos la palabra, mejor dicho la frase, oblitus sum.

Oblitus sum en Latin era una frase de uso cotidiano. Gramaticalmente hablando, es una oración, y simplemente significa “me olvidé.”

Como pueden ver, oraciones simples en Latin no contienen pronombres, que es una de las características de lenguas de origen latino. En castellano no sería incorrecto decir “yo me olvidé,” pero la palabra “yo” no es necesaria. En el mejor de los casos, suena raro. Suena extranjero. Mientras en lenguas de otros países europeos, como el inglés, el alemán, o el sueco, el pronombre es necesario en la oración, en castellano, la conjugación del verbo ya nos indica la persona.

Y ahora vamos a La Palabra de la Semana de esta semana.  La Palabra de la Semana de esta Semana es laetus.

L – A – E – T – U – S

[…]