Episodio 67 – La Captura de Brundisium

La caída de la última ciudad en el sur de Italia. Toda Roma, ahora, se prepara para el paso siguiente: Sicilia.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 67 — La Captura de Brundisium.

A veces nos toca que un Episodio de El Estado de la Unión viene seguido por un Episodio de Biografías, y eso hace, que el hilo de nuestro cuento viene un tanto interrumpido — no por un Episodio, sino por dos.

Este fue el caso de nuestros episodios 65 y 66, pero — las buenas noticias de eso, es que ahora tenemos, por lo menos, 11 episodios seguidos, de nuestro Cuento — El Cuento de Roma, antes de que nos toque otro Estado de la Unión.

Así que — sin demoras, vamos al 23 de Enero del año 266 AC.

En Roma — una marcha triunfal.

Esa marcha de debía a la captura de Brundisium, el año anterior.

Con eso, la conquista de Calabria y de Mesapia, estaban completas.

Esta marcha triunfal era en honor a DOS HOMBRES que — pues, hicieron esa captura.

Eran los Cónsules de Roma, del año anterior.

Estoy hablando de Marco Atilio Régulo, y Lucio Julio Libón.

Vamos a tener una palabrita de ellos — Marco Atilio Régulo y Lucio Julio Libón, en unos minutos, pero en este momento, hay algo más importante, y se trata de la marcha misma.

Explico.

A diferencia de otras marchas triunfales, esta marcha fue considerablemente más pequeña, más tenue, y traía muy pocos esclavos en remolque — comparado con otros triunfos romanos.

Y eso se debía a tres factores.

UNOMarco Atilio Régulo se aseguró que su campaña — y su victoria, fuesen bien organizadas, y bien ordenadas, desde el principio hasta el fin.

— hubo derrame de sangre en la ciudad, pero no existió esa avalancha de soldados, sueltos libres como lobos hambrientos, después de la lucha — y, a que hagan lo que quieran por la ciudad.

Atilio Régulo no permitió eso.

DOS — Régulo trajo consigo un enorme cantidad de objetos desde el sur.

Objetos de arte.

Objetos de oro y de plata.

Objetos de fosfato de cobre, hidratado — que hoy es mejor conocido, como turquesa.

Objetos hechos de bronze, piedra calcárea, y hasta esculpidos, de las corazas, de caracoles de mar.

Vasijas — ánforas — para llevar vino y aceite de oliva, con decoraciones de plantas en formas geométricas.

Esas ánforas eran llamadas trozellas. Las dos manijas se extendían muy alto — mucho más alto que el pico de las mismas, algo que los romanos no hacían en su tiempo.

Resulta que Brundisium era famosa por su arte, y Brundisium era un rival natural de la otra gran ciudad de la zona. Tarento.

Bueno — Y TRES — Durante el proceso de esta marcha triunfal, y desde la misma entrada por la puerta del Triunfo, la primera persona, entre los prisioneros, era una mujer.

Así es — marchando en cadenas, y con la cabeza en alto, esa mujer estaba rodeada por 12 soldados Salentinos tambien encadenados — y detrás de ellos, venían 12 lictores romanos, llevando las ya conocidas fasces.

Después, unos mil prisioneros de guerra más, y luego — por supuesto, el fabuloso botín de guerra.

Cuando toda esa procesión entró al Pomerio — siempre entraban desde el oeste, del Campo de Marte, la cola de la procesión misma todavía estaba amontonada fuera de la ciudad, esperando su turno para entrar.

Pero — no es que habíamos dicho que esta marcha era considerablemente pequeña?

Así es — y en realidad, esa fue una de las marchas más pequeñas en historia reciente.

Más tarde veremos, que marchas triunfales, a veces — sabían durar hasta cuatro días, desde una punta a la otra, y no era solamente porque caminaban bien lento.

Si — andaban a paso de los cantos de los sacerdotes, y de las Vírgenes Vestales, pero igual — una procesión así, podía tener más de 20 mil personas.

Siempre entraban desde el Campo de Marte, donde se hacían todos los arreglos de ultimo momento, y mucho antes de que saliera el sol.

De ahí, iban por la Vía Triumfalis, hasta el Senado, o sea que pasaban cerca del Mercado y el Foro, y a lo largo del futuro Circo Flaminio.

Cuando llegaban al Senado, los Senadores se unían a la procesión, y eso era otra demora de una hora — por lo menos.

De ahí, iban hacia el sur, hasta el Circo Máximo, y daban una vuelta ahí.

Luego — dependiendo del estado de las calles, y dependiendo si había zonas en construcción, daban media vuelta, hacia el norte, hacia donde — en el futuro, tendremos el Coliseo.

Ahí es, donde la gran mayoría de los miembros de nuestra Saga Familiar, observaban la lenta marcha de toda esa gente. Hoy existía una razón muy especial, por la que estaban presenciando esa marcha, y vamos a explicar eso, en un minuto más.

Y por ultimo — la procesión daba otra media vuelta.

De ahí, subían por las escalinatas del Monte Capitolino, hasta el templo de Jupiter — el corazón de Roma.

Así que — como ven, eso era, no menos de unos 4 kilómetros y medio, pero a ese paso, duraba por lo menos un día.

Además, si había esclavos que iban a ser decapitados al cabo de la marcha, esos condenados no tenían el derecho de subir al Monte Capitolino.

En lugar de eso, se los dejaba en una plaza situada entre el Capitolino, y la prisión Mamertina, donde la gente se podía dar el gusto, de ver a esos prisioneros, bien de cerquita.

Ahí podían tirarles frutas podridas, pan mimado con vinagre — o peor aun, calabazas llenas de orina.

Y como un dato de futuro — cuando lleguemos a la época del emperador Augusto, verán que el botín de guerra, y la cantidad de esclavos, traídos desde Egipto, provocaron una caída en las tasas de interés, una caída en los precios de esclavos, y un enorme aumento de los precios de la tierra, por casi cinco años.

Y antes de dejar el tema de las marchas triunfales quisiera añadir estos detalles:

La persona, o personas en cuyo honor, esa marcha se hacía, llevaban una toga de color púrpura, con franjas doradas, y botas de color rojo. Esa toga se denominaba la “toga picta.”

Y contrario a la creencia popular, esa persona o personas, no iban adelante, sino atrás de todo el mundo.

Detrás de él, o ellos, solo iban su familia, y algunos soldados especialmente elegidos por él — por supuesto, por algún buen desempeño, durante la batalla.

Y después de esa gente, venían dos bueyes, totalmente blancos, adornados con flores y cintas, de color rojo-sangre.

Esos bueyes, iban a ser sacrificados al final de la procesión, frente al templo de Júpiter mismo.

Y por quién?

Pues, por los sacerdotes de Roma, con la ayuda de los dos Cónsules actuales, si es que andaban por la ciudad, y por un elegido de honor, de Marco Atilio Régulo, y un elegido de honor, de Lucio Julio Libón.

Así es — un elegido de honor, de cada uno de los — tal llamados, hombres de triunfo.

Y todo eso, bajo el estricto control, del Pontífice Máximo de Roma, quien los esperaba sentado en su gran silla, frente al templo de Júpiter Capitolino.

Ah — y dicho sea de paso, nuestros Cónsules de este año son Décimo Junio Pera, y Numerio Fabio Píctor.

Así es — otro Píctor!

Este hombre — Numerio Fabio Píctor, es hijo del artista Cayo Fabio Píctor, y por ende — tío de nuestro invitado especial de nuestro Episodio pasado.

Qué chiquito que es el mundo de Roma,

cuando uno comienza a conocer a la gente,

por nombre y apellido!

Y van a ver, lo que este Numerio Fabio Píctor va a hacer en nuestro proximo Episodio, durante un debate en el Senado, y en contra de otro senador, uno de los Claudios!

Bueno — ahí tenemos una marcha triunfal.

[…]

Episodio 56 – Pirro llega a Italia

El desembarque de Pirro en Italia. Los riesgos logísticos. Los planes para el futuro. Las memorias del pasado de Pirro de Epiro.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 56 — Pirro llega a Italia.

La tormenta duró toda la noche.

El terrible viento cambiaba de dirección entre noreste y norte con cada ráfaga, y los barcos de Pirro de Epiro se acercaban peligrosamente entre ellas, con cada ola.

El dios de los mares estaba obviamente de muy mal humor, y a Pirro, eso, no le gustaba nada.

Nada.

Ni la forma como los mástiles crujían bajo el asedio del viento — y eso, a pesar de que todas las velas estaban completamente izadas, ni la forma en que los agujeros de los remos tragaban agua de mar.

Con cada hora que pasaba, el barco parecía más pesado, a pesar de que cuero había sido puesto cuidadosamente en los 34 orificios de los TALAMITAS, que era la hilera de remos mas baja.

En realidad, taparon todos los agujeros de las tres hileras de remos.

Los remos de los pobres talamitas estaban a solo 45 centímetros por encima del agua, y los agujeros de los ZIGITAS,  deletreo eso — Z — I — G — I — T — A — S, estaban a un metro y pico.

Y medio metro más arriba, los huecos para los remos de los TRANITAS, tambien estaban cerrados, con cuero de cabra, y resina negra de pinos, de las montañas de Epiro.

Así es — una trirreme, tenía tres hileras de remadores, y los hombres más fuertes se sentaban en la hilera de más arriba.

Esos eran los tranitas.

Y cada remada de esos muchachos, traía el doble de empuje de los demás, por simple geometría, de como esos remos entraban al agua.

Debajo de los tranitas, se sentaban los zigitas.

Esos eran hombres de mayor edad, pero aun vigorosos.

Los bancos más bajos, los bancos de los talamitas, eran los peores.

Entraba agua salada, y era difícil remar, porque los remos había que sostenerlos casi horizontalmente, al mismo tiempo de remar.

En Grecia, hasta las guerras del Peloponeso, remadores eran hombres libres.

Pero en Roma, todo eso iba a cambiar muy rápido.

En el futuro, pocos esclavos sobrevivían dos años, trabajando como talamitas, y ese trabajo solo era comparable a trabajar en una mina de plata, o de estaño.

Para esa gente, ese puesto dentro del vientre de la nave al cual estaban encadenados — ese taburete desde el cual remaban, representaban el comedor, el dormitorio, el baño, y la sala de estar — de por vida.

Y lamentablemente veremos a un miembro de nuestra saga familiar — en un futuro lejano, llegar a ser un esclavo condenado a vivir de esa manera, por la mas injusta de las razones.

Defender el nombre de Jesus, durante el gobierno del peor emperador de Roma.

Quiere adivinar de qué emperador estoy hablando?

Enfin.

Entonces, para repasar — tranitas arriba, zigitas en el medio, y los pobres talamitas, en la hilera más baja.

Ya.

A medida que el agua se acumulaba en la bodega del barco, esa agua se iba convirtiendo en barro, mezclado con grasa, resina de madera, y una espesa capa de brea y aceite.

Y esa capa iba de un lado a otro, con cada golpe del mar, como un ebrio que no se decide, de qué lado de la calle quiere caminar.

Mientras Pirro maldecía al oráculo de Delfos en su mente, su educación le decía que — como comandante de la expedición, la flota entera dependía de su ejemplo.

Así es — tres semanas antes, Pirro había acudido al oráculo de Delfos, pidiendo una señal acerca de sus futuros planes.

Y ese oráculo — al parecer, lo había engañado de punta a punta.

— “El sol, y su talento militar resplandecerán los cielos, entre Grecia e Italia,” había dicho el oráculo.

Pirro hasta se acordaba que el oráculo un gesto como diciendo — “Wow, qué afortunado es Usted, Señor!

Pero, el día del traslado de tropas, el sol decidió esconderse.

[…]

 

Episodio 30 – Las Montañas Samnitas

Roma se enfrenta a los Samnitas cuando estos atacan a la ciudad de Capua. Introducimos a Marco Valerio Corvo, Aulo Cornelio Coso, y a Publio Decio Mus. También, Marcia visita Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 30 — Las Montañas Samnitas.

El famoso poeta romano Virgilio a veces escribía tres oraciones en un día entero, y luego las borraba, no contento con su trabajo. Esto fue lo que un día escribió en su obra llamada La Eneida.

Recuerda, Romano, que es para ti gobernar a las naciones. Esta será tu tarea, imponer los caminos de la paz, perdonar a los vencidos, y domar a los orgullosos de la guerra.

Estoy casi seguro que el día que escribió esto, no se sentía mal por lo que logró.

En los próximos cien años veremos como Roma se convertirá, de un centro regional, al poder indiscutido de la península Itálica.

Hace menos de 40 años, todo el mundo se unió a darle patadas a Roma, pensando que los Senones de Breno la dejaron moribunda.

Pero pronto, ninguna tribu el Italia le causará amenazas a los Romanos, y cuando lo vuelvan a hacer en unos 150 años, no será para desafiar el poder de Roma, si no para ser incluidos como ciudadanos de Roma.

Pero, por supuesto, aún no estamos allí, así que vamos paso a paso.

En esta época, Roma estaba preocupada con galos.

Y no estoy hablando de los galos Senones, si no de galos en general.

En la consciencia común de los Romanos, la idea de los galos se había metido muy profundamente, y cada vez que noticias surgían de galos andando perdidos por los Apeninos o por las llanuras de Italia Central, Roma nombraba a un dictador.

La preocupación por los galos fue tan importante en Roma que el Senado decidió enviar mensajeros especiales hacia las montañas al este de Roma, y ponerse en contacto con una de las tribus que vivía en esa zona.

Los Samnitas.

Episodio 8 – Tarquinio el Viejo

Hijo de un refugiado. Conocedor de las matemáticas y de filosofía. Educado en Grecia. Despilfarrador y gran urbanista. Guerrero y diplomático. Tarquinio “el Viejo” fue de todo. Y hasta fue el primer rey de la dinastía Tarquinia de Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast. El Cuento de Roma, Episodio 8 — Tarquinio el Viejo.

La semana pasada vimos la vida de Anco Marcio, y la expansión de Roma hasta las orillas del Mar Mediterráneo.

Esta semana, veremos la vida del Tarquinio, prontamente apodado “el viejo” después de haber enviado a los hijos de Anco Marcio fuera de Roma, y después de haber sido elegido rey por el senado romano.

Podemos decir que los siete reyes de Roma se pueden dividir en dos secciones generales.

La primera parte consistió de Rómulo, Numa Pompilio, Tulo Hostilio y Anco Marcio.

Primero un luchador, luego un pacifista, luego otro luchador, y finalmente otro pacifista que se vió forzado a ir a la guerra.

Entonces, hoy empezamos con la segunda parte de la monarquía romana, ya que los tres reyes que nos faltan, pertenecían a una misma familia. Los Tarquinos.

Primero Lucio Tarquinio Prisco, el primero de ellos.

Luego su hijo adoptado Servio Tulio, y finalmente su hijo verdadero, Tarquinio el Soberbio, quien usurpó el trono, y quien fue un rey tan malo, que los romanos decidieron echarlo de la ciudad, y nunca más tener reyes.

Pero primero vamos a La Palabra de la Semana. La semana pasada tuvimos la palabra galea.

Galea significa yelmo en Latin, y era lo que los soldados romanos usaban para la protección de la cabeza.

A medida que los siglos pasaron, la forma de la galea romana cambió varias veces, pero sabemos que en los tiempos de la monarquía de Roma, los romanos copiaron el diseño de la galea de los etruscos y de los griegos, al sur de la península italiana.

Siglos después, la galea adoptaría la forma de los yelmos de origen galo, y la característica más importante de la galea romana era que siempre tenía algún tipo de decoración en la cresta.

A veces era un simple casco con una punta o esfera en la parte superior del casco mismo.

Otras veces una galea llevaba plumas u otras decoraciones de animales—eso era el caso de los centuriones y generales del ejército romano, y los gladiadores, muy a menudo tenían galeas con crestas de un pez de bronce sobre sus yelmos.

Y ahora vamos a La Palabra de la Semana de esta semana.  La Palabra de la Semana de esta Semana es oblitus sum. Así es, esta vez tenemos dos palabras:

O – B – L – I – T – U – S – espacio – S – U – M

[…]