Episodio 66 – Dion Casio y Quinto Fabio Píctor

Un análisis de dos historiadores muy diferentes, separados por cinco siglos de historia: Dión Casio y Quinto Fabio Píctor.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 66 – Dion Casio y Quinto Fabio Píctor.

— “Melía!”

Sentado en su enorme silla cubierta con una piel de cordero, el viejo Dion Casio llamó a su esclava.

Los cuatro pies de la silla, llevaban adornos de insectos fosilizados, atrapados en gruesas gotas de ámbar solidificado, cuidadosamente unidos a la madera de la silla misma. Color de miel.

Al momento, Melía apareció por el marco de la puerta, y una sonrisa se dibujó en la cara del historiador.

— “Tráeme agua, Melía! Mis pies me están matando, otra vez!”

Un minuto mas tarde, el viejo esclavo Politorio y Melía traían una gran fuente de agua caliente, a los pies de Dión Casio.

Al lado del viejo, el libro 66 estaba abierto. Vespasiano. La muchacha alejó el libro suavemente, fuera del alcance del agua.

Luego — de rodillas, Melía comenzó su usual tarea de aliviar el dolor de pies que ya agobiaba a su amo, por mas de los años que ella lo conocía.

Politorio, muy convenientemente, se alejó de la habitación.

— “Melía. Dime otra vez. Eres Cristiana o no?”

La esclava subió su mirada, y sin una sonrisa, le dió un “no” con la cabeza.

— “Mi amo,” dijo suavemente, “para qué andaría buscando motivos, para enfadar a mi amo?”

Dión Casio no respondía.

La belleza de la esclava le traía recuerdos de su propia esposa.

— “Tengo 16 años,” continuó Melía. “Y a veces soy muy estúpida. Pero sé muy bien, que llevar una cruz, no sería una cruz, para mí solamente.”

— “Yo no le haría daño a tu familia,” quiso decir el viejo. Sus pies — remojados en el agua, y masajeados por la muchacha, le devolvían energía.

— “Lo sé, amo,” respondió la muchacha. “Pero igual, no veo la parte práctica de ser una Cristiana. Los guardias que han llegado a la ciudad causarían problemas, y para qué?”

Eso era cierto. Miembros de la Guardia Pretoriana andaban por la ciudad.

Una pausa larga.

— “Siempre siendo práctica. Verdad, Melía?”

Otra pausa larga.

La esclava entendió a lo que su amo se refería, y lentamente apagó la vela, se acercó a su amo, y dejó que el vestido de algodón que llevaba, se deslizara de sus hombros.

El esclavo Politorio, del otro lado de la puerta, se encargaría de que ninguno de sus hijos o nietos, fuese a ver a su amo en el medio de la noche.

(música)

Aquí debemos rebobinar nuestro relato, porque no entenderíamos nada.

Estamos en el año 988 desde la fundación de la ciudad.

Según nuestro mode de contar — es el año 235 después de Cristo.

Ah! Eso quiere decir que no estamos rebobinado el año, sino que estamos yendo para adelante!

Así es!

Estamos en el 235 de nuestra era, y este año, mis queridos oyentes, es importante por dos razones.

UNO — La gran mayoría de historiadores y eruditos confirman que ese año marca el comienzo de la Gran Crisis del Siglo III.

Y DOS — Fue el año que uno de los historiadores mas grandes de Roma — estoy hablando de Dión Casio, falleció.

Y estamos en el norte de Bitinia.

En una ciudad llamada Nicea, a menos de un día a caballo del estrecho de los Dardanelos, en la actual Turquía.

Estamos en la residencia de Dion Casio, justo en las afueras de la ciudad misma, desde donde podía observar las derechas calles y avenidas que cortaban la ciudad.

Y como tantas veces, Dión Casio, bendecía en su mente, a Plinio el Joven, por el meticuloso trabajo que había hecho, con el trazado de la ciudad.

Explico.

Plinio el Joven, se había dado a sí mismo, la misión de su vida, de reconstruir la ciudad de Nicea, después del terrible temblor del año 123.

Ese año, hasta el mismo emperador Adriano se fue a Nicea, después del temblor, a ver a la gente.

Y en su mente, Casio sabía que debe haber sido horrible.

[…]

 

Episodio 64 – Los Mamertinos

Un análisis de los Mamertinos, la rendición de Tarento y los años entre las Guerras Pírricas y las Guerras Púnicas.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 64 — Los Mamertinos.

Estamos en el año 272 AC, y en este Episodio vamos a recorrer nada menos que cuatro años de historia, y de lo que pasó en Roma, y alrededor de Roma.

Pero para comenzar con estos cuatro años — del 272 al 269 AC, tenemos que dar un salto hacia atrás primero.

Un salto — en tiempo, y en espacio.

Así que, vayamos muy rápidamente, al año 317 AC, y a la isla de Sicilia.

O sea, que vamos 45 años hacia atrás — en tiempo, y cientos de millas al sur de Roma — en espacio.

Para mas exactitud, vamos a la ciudad de Siracusa, el día del nacimiento de un hombre llamado Agatocles.

Agatocles nació cerca de la ciudad de Siracusa, y era hijo de un alfarero, o ceramista.

Y para mas detalles, el padre de Agatocles era un especialista en cerámica, sobre todo, en vasijas y cántaros con una sola asa grande de un lado, y una salida bien larga y chiquita del otro lado, para servir cantidades muy pequeñas de liquido — como por ejemplo… aceite.

Si bien Agatocles aprendió el oficio de su padre, el joven prontamente se unió al ejército, junto a su hermano Antander.

Dos veces fue expulsado de la ciudad de Siracusa, por haber tratado de crear una sublevación en contra del gobierno de oligarcas de la ciudad, y ambas veces, esa derrota solo le terminó dando mas fuerza.

Agatocles terminó tomando por esposa a la viuda de su propio patrón, lo cual le dió una gran ventaja, financieramente hablando.

Bueno.

Para hacer esta historia mas breve, lo que tenemos que saber, es — que este Agatocles fue el hombre que trajo — o mejor dicho, atrajo, gente de la region italiana llamada Campania, unos tal llamados Mamertinos.

Esos Mamertinos, guerreros jóvenes, provenientes de la región de Neapolis, se convirtieron en su guardia personal, su brazo derecho, y su brazo largo a la hora de impartir justicia en Siracusa.

Algunos de esos Mamertinos eran de origen Samnita, y otros de pueblos tales como los Brucios, pero la gran mayoría provenían de Campania.

Se llamaban así porque se consideraban los hijos de Marte.

Resulta que en la lengua de los Oscos, mamertini significa “los descendientes de Marte,” así que los romanos, una vez que se familiarizaron con ese nombre, pues — los llamaban así.

Bueno, ahora sí — podemos ir — de otro salto, al año 289 AC, que fue el año cuando nuestro Agatocles murió en Siracusa.

Habiéndoles pagado a los Mamertinos, el gobierno de Siracusa les dijo que — bueno — que se fueran a casa, y que la ciudad de Siracusa ya no necesitaba de sus servicios.

Y nosotros muy bien sabemos como nos encanta cuando nos dicen eso — que ya no nos necesitan, y que — bueno, que vayamos a buscar otro trabajo.

Y si bien, en el primer mundo — es decir, en el mundo desarrollado, ese problema ya se ha resuelto con empleo fijo, o empleo a través de contratistas, y sobre todo, empleo garantizado por el estado, muchísima gente hoy en día, sobre todo en Latinoamérica, oye estas palabras muy a menudo.

— “Muchísimas gracias por sus servicios prestados, y aquí tiene su salario! Por favor, firme aquí.”

Y en los EEUU, eso generalmente viene acompañado por un papelito color rosado — llamado “PINK SLIP” para que con ese papelito podamos ir a la Bolsa de Trabajo, a ver como resolvemos el tema del pan y el techo, para el mes que viene.

Por supuesto que en otros países — ni eso le dan a uno.

Y, volviendo al tema de los Mamertinos que acababan se recibir su ultimo salario — sin papelito color rosado, la mayoría de ellos sí se fueron de regreso a Campania, y la mayoría de ellos sí reanudaron sus vidas normales, al cabo de años de servicio prestados, en Sicilia.

Pero lógicamente, cuando digo “LA MAYORÍA,” no digo todos.

Así es.

Un grupo de estos Mamertinos decidió que lo que el gobierno de Siracusa hizo, no era justo, y — ni dos por tres, decidieron quedarse en Sicilia.

Como ya no tenían donde vivir, primero pasaron un invierno en las cavernas de Sicilia, y según la leyenda, pasaron tiempo en una caverna llamada “la oreja de Dionisio.”

Esa caverna tenía la característica de que acústicamente hablando, uno podía percibir sonidos desde muy lejos, y dicen que el tirano — precisamente llamado Dionisio (no nuestro Dionisio de Halicarnaso), — él solía escuchar conversaciones de gente en esas cavernas, porque el eco era de primera calidad.

Y hablando de cavernas, quisiera mencionar aquí en una breve oración, que me encuentro muy feliz del modo como el tema de los doce chicos y su entrenador de futbol, se resolvió, allá en el norte de Tailandia.

Hace tres días, terminaron de extraer al ultimo de los chicos de la caverna, y al entrenador del grupo.

Y una verdadera saga de audiencia mundial, llegó a ver un final muy, muy feliz.

Fue increible, como gente de todo el mundo, de pronto, siguió ese evento por los medios sociales — eso es algo que realmente habla del espíritu humano.

Y claro está, que no podría mencionar el tema de Tailandia, sin también mencionar el tema de Chile, allá en el 2010, cuando 33 mineros quedaron atrapados en la mina de San José, en Copiapó.

Atrapados por mas de 60 días, al final lograron sacarlos, uno por uno. Yo me acuerdo que en esos días yo andaba pendiente de cada noticia, de ese tema.

Bueno.

Volviendo a nuestros Mamertinos, ellos decidieron tomar por asalto la ciudad de Mesana.

Y esto fue mas o menos así.

La entonces pequeña banda de renegados dieron con el asentamiento amurallado griego de Mesana (hoy en día Mesina).

Mesana era un punto estratégico, ya que estaba en el extremo noroeste de Sicilia, y justo frente al continente, donde se hallaba la ciudad romana de Regio.

La gente de Mesana, siendo un pueblo pacífico, primero les permitieron a los mercenarios entrar a sus casas.

Pero — tras un tiempo, las cosas se venían poniendo — digamos, feas.

Una noche, los Mamertinos traicionaron a sus anfitriones, y mataron por sorpresa a la mayoría de la población, reclamando de esta forma la ciudad para sí.

Los que sobrevivieron fueron desterrados, vendidos como esclavos, y las propiedades y las mujeres fueron repartidas entre los Mamertinos.

Así que…

Los Mamertinos se quedaron en Mesana, y nadie en los alrededores, los podía sacar de ahí.

Asechaban a viajeros por tierra y por mar. Abusaban de poblados en las cercanías, y muy pronto fueron declarados como la peste de Sicilia.

Pero bueno.

Así pasaron casi 15 años, hasta que — un tal Hierón II de Siracusa comenzó a formar un ejército para sacarse de encima esa peste.

Hierón los atacó en las cercanías de Siracusa misma, y — tal como lo habíamos oído unos episodios atrás, primero envió a sus propios mercenarios, a que peleasen en contra de esos Mamertinos.

Por supuesto, los Mamertinos acribillaron a esos mercenarios con toda la facilidad del mundo, pero cuando al otro día, Hierón los atacó con sus verdaderos soldados, los Mamertinos perdieron, como — bueno — perdieron como en la guerra.

Se fueron corriendo de vuelta a Mesana, y ahora no ya no podían darse el lujo de andar paseando por toda Sicilia.

Eso significaba menos comida, menos dinero, y menos libertad de movimiento.

Por supuesto que los Mamertinos inmediatamente fueron a llamar ayuda, y se pueden imaginar a quién le fueron a pedir ayuda.

No — no a los romanos, sino a los cartaginenses!

[…]

 

Episodio 58 – Otra Victoria Pírrica

La segunda batalla entre Roma y Pirro de Epiro. Al final, en Ásculo, Pirro ganó. Pero fue una victoria tan costosa, que fue ahí que la famosa frase “una victoria pírrica” fue creada.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 58 — Otra Victoria Pírrica.

Estamos en el año 279 AC, y los Cónsules electos para ese año eran Publio Sulpicio Saverrión, y Publio Decio Mus.

Si — ese mismo Publio Decio Mus, que era el hijo de Publio Decio Mus, y tambien el nieto de Publio Decio Mus.

Y si — tanto su padre como su abuelo, perdieron la vida, en el ya conocido DEVOTIO — (sacrificio en Latín), en el medio de una batalla, y ambas veces, los romanos vencieron en esas batallas, después de esos sacrificios.

En cuanto a Publio Sulpicio Saverrión, sabemos que ya era un hombre de edad, y que sirvió como Cónsul en el año 304 AC, y que tambien fue nombrado Censor, en el año 300 AC, es decir — 21 años atrás.

Y por supuesto que tambien sabemos, que pertenecía a la gens de los Sulpicios, de los cuales tendremos varios descendientes en el futuro, especialmente en España.

Así es, varios de los descendientes — no directos, pero — pertenecientes a esa familia bastante amplia, serán mártires y santos, y hasta habrá uno con el don de curar gente, en el nombre de Jesus, y el Espíritu Santo.

No veo la hora de llegar a esa parte de nuestro cuento, pero — ahora estamos en Heraclea.

Y acabamos de perder en Heraclea.

La Batalla de Heraclea fue importante por dos razones.

Esta era la primera vez en la historia de la antigüedad, que una Falange de tipo griego, se enfrentaba a una legión romana.

La otra razón era que, por primera vez, los romanos se las tuvieron que ver con elefantes.

Ahora, volviendo al tema de la batalla misma, Levino — quien muchas veces tambien es llamado como Lavinio en fuentes históricas, no fue castigado por el Senado de Roma, por haber perdido en Heraclea.

Pero para no hacer un lío en este Episodio, y a través del podcast, yo voy a llamarlo Levino — en vez de Lavinio.

Entonces, Publio Valerio Levino, y ya.

Y en cuanto a la derrota que Publio Valerio Levino sufrió en el sur de Italia, Plutarco escribió que Fabricio Luscino — uno de los Cónsules romanos del año 282 AC, dijo que, en realidad, no fueron los griegos que le vencieron a los romanos, sino mas bien, fue Pirro, quien le venció a Levino.

Y si no se acuerdan bien de este Fabricio Luscino, no se preocupen, que en unos minutos mas, vamos a hablar mas de él.

Y aquí quiero notar que en este año, el año 279 AC, muchos de los participantes de los eventos mas importantes se equivocaron, en varias cosas.

Y cuando digo “equivocación,” estoy hablando de malentendidos, o mal juicio.

Veamos.

Voy a listar tres cosas, por ahora, y veremos si aparecen otras situaciones así — mas tarde, en este Episodio.

UNO — Cuando los romanos se fueron corriendo del campo de batalla, después de haber estado varias veces, muy cerca de vencerles a los griegos, y después de que los elefantes inclinaron la balanza en favor de Pirro, estos romanos estaban seguros que Pirro, y sus tropas, los iban a perseguir, hasta las puertas del inframundo mismo.

Así que los romanos corrían — a toda velocidad.

Pero no! Los romanos se equivocaron.

Nadie siguió a los romanos. Si bien los romanos perdieron muchos soldados — ya vimos las cifras durante nuestro episodio pasado, nadie mas murió, cuando se fueron corriendo hacia Apulia.

Y la razón de este error fue que, dos de los elefantes de Pirro, al ver a los romanos salir corriendo, se dieron vuelta, y comenzaron a hacer destrozos en las hileras de los guerreros griegos.

Vaya!

Y hasta que esos elefantes fueron calmados, ya era muy tarde, para empezar a perseguir a las tropas de Levino.

DOS — Pirro tenía esperanzas de que mas pueblos de Italia se le irían a unir, cuando él atacó Roma.

Por lógica, pueblos que estaban firmemente bajo el yugo de la república, tendrían que haberse rebelado en contra de Roma. Y se tendrían que haber unido a Pirro, en menos de lo que canta un gallo, como dicen en el campo.

Pero no! Pirro se equivocó.

[…]

Episodio 55 – Las Naves hundidas de Tarento

El preludio de las guerras Pírricas. Una ciudad pide ayuda. Roma acude. Tarento se ofende, y hunde naves romanas. Roma declara la guerra. Un verdadero ping-pong de eventos.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 55 — Las Naves hundidas de Tarento.

Si bien en este Episodio tratamos de problemas que ocurren en el sur de Italia, nuestra historia comienza en el norte.

Al norte de Roma.

Así es — a unos dos días a caballo desde Roma, se situaba una ciudad etrusca fortificada, llamada Populonia.

Bueno, hoy en día se llama así, pero en aquellos tiempos no era así.

Porque esa ciudad — Populonia, era parte del mundo Etrusco, hasta que toda Etruria cayó — de a poco, bajo el poder de los romanos.

En ese entonces, Populonia se llamaba Pupluna, o Fufluna, pero siendo que ese era el nombre que los etruscos le daban a la ciudad, y siendo que los romanos, ya en ese entonces, la llamaban, pues — Populonia, bueno — nosotros tambien la vamos a llamar…

Populonia.

Pegada a la costa del Mar Mediterráneo, y a muy poca distancia de la isla Elba, esa ciudad formó parte de las 12 ciudades que conocemos como la Confederación Etrusca.

Y de esas 12 ciudades, solo Populonia y otra ciudad mas, tenían acceso directo al mar.

Ah — y ademas de eso, Populonia tenía riquezas minerales casi ilimitadas de hierro y de cobre.

Y finalmente, como una nota de al lado muy interesante, Virgilio afirma que ciudadanos de Populonia mandaron soldados, y hierro crudo en grandes cantidades, para darle una ayuda a los romanos, cuando Eneas había desembarcado en Italia, allá por el año 1150 AC, y mucho, mucho antes de que Populonia formara parte de los Etruscos, y claro — mucho antes de que Roma existiera.

Muy interesante, eso!

Y por qué estamos diciendo todo esto?

Porque en nuestro año, el año 282 AC, Populonia fue el lugar de la verdaderamente última, última batalla, de la larga lucha entre romanos y etruscos.

Así es — me escuchó bien.

No hace ni dos años, que Roma acababa de darle una paliza a los galos y etruscos en la Batalla del Lago Vadimo, pero — ahí lo tenemos…

El Senado, otra vez tiene que mandar a uno de sus Cónsules, a volver a darles otra paliza.

Ah! Estos chicos, que no aprenden la lección!

Entonces vamos a ver esa batalla — la Batalla de Populonia, en unos minutos mas, pero ahora tenemos que prestarle atención al sur de Italia.

Grecia Magna.

Y aquí hay que mantener en mente una cosa muy, muy en claro.

Las ciudades que los griegos sembraron por toda la costa del sur de Italia, no funcionaban como un grupo homogéneo.

En realidad — la gran mayoría de esas ciudades se odiaban entre ellas, y cada una de ellas consideraba que era la mejor, la mas hermosa, la mas rica, la mas destacada en su cultura e historia, y — sobre todo, la mas importante en los ojos de TODA GRECIA.

Repito — TODA GRECIA.

Dorios, Jonios, y Corintios.

Y si no han visto un mapa de como esas colonias estaban repartidas, por toda la costa de la bota de Italia, bueno — se están perdiendo un buen momento de risa.

Mas que un conglomerado, o un bloque, de digamos, ciudades fundadas por los Jonios aquí, por los Dorios allá, y por los Corintios mas allá, la distribución de las ciudades me recuerda de un mapa de Roma misma.

Pero — por supuesto, sabemos que Roma era un desastre, urbanísticamente hablando, por el tema del saqueo, que vimos en nuestros episodios 25, 26 y 27.

Pero aquí, no existió un motivo así.

Si bien, en las ultimas décadas, no les iba muy bien a estas ciudades, por las incursiones de los Lucanos, y los Brutios, o Brucios — en general, las colonias griegas vivieron en relativa estabilidad, ya por muchos siglos.

Y como para darles una perspectiva de como esa distribución de ciudades de diferentes orígenes realmente se veía, les quiero decir esto:

Si uno tomaba un caballo en la ciudad de Tarento, que se sitúa en la parte mas profunda de la bahía del mismo nombre, y si uno empieza a cabalgar hacia el oeste bordeando la costa, uno va a pasar por unos diez diferentes pueblos, en menos de un día.

Pero, ni siquiera dos de esas ciudades tenían vecinos de los mismos colores.

[…]

 

Episodio 44 – Plutarco y Dionisio de Halicarnaso

La segunda entrega de nuestros episodios de biografías. En esta ocasión le damos el honor a Plutarco y a Dionisio de Halicarnaso.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 44 — Plutarco y Dionisio de Halicarnaso.

Plutarco y Dionisio de Halicarnaso, dos nombres que hemos oido una y otra vez durante este podcast, y esto significa que — como estudiantes de la historia de Roma, dependemos de ambos personajes, al igual como dependemos de lo que Virgilio y Tito Livio escribieron, lo cual he relatado en el episodio 22.

Dependemos de Plutarco por sus relatos de los comienzos de Roma, aquellos primeros amaneceres de la ciudad de las siete colinas. Y tambien por otra de sus obras, la tal llamada “Vidas Paralelas” — una obra que vamos a analizar en unos minutos aquí.

Y dependemos de Dionisio de Halicarnaso por su estilo de pensar, de escribir, y de dar a conocer la historia, y por su sobriedad a la hora de escribir.

Hace 22 episodios hemos hablado de Tito Livio y de Virgilio, y aquí van las dos mayores diferencias entre aquellos dos personajes — ambos verdaderas estrellas de su época, y estos dos personajes, nada menos conocidos, apreciados, y leídos.

UNO — Mientras Tito Livio y Virgilio se embarcaban en sus viajes mentales a medida que iban atravesando el océano de sus imaginaciones — sin importar donde echarían anclas al final de cada capitulo, libro, o cada oración en el caso de Virgilio, Plutarco y Dionisio de Halicarnaso obtenían todos los mapas pertinentes, todos los detalles de puertos a visitar, y hasta sabían las profundidades del mar en cada uno de los puntos claves de sus piezas, a la hora de imaginar esa obra, una vez terminada.

En otras palabras, Tito Livio y Virgilio — si bien este ultimo raramente se sintió contento con sus propias obras, ambos eran lo que hoy en día se llama “pantsers” en el mundo de escritores, es decir que escribían primero, y analizaban luego.

La palabra “pantsers” dicho sea de paso, es una palabra en ingles, que proviene de la frase inglesa “writing by the seat of your pants” que, traducido al castellano literalmente significa algo así como “escribir agarrándose de la silla con el borde de los pantalones”, pero que en realidad significa algo así como “escribir hasta que a uno se le quemen los dedos, y sin importar a donde esa historia vaya.”

Mientras tanto, tanto Plutarco como Dionisio de Halicarnaso, escribían de una forma mucho, mucho mas coordinada, y ambos sabían a donde llegarían antes de siquiera haber empezado a escribir.

En ingles, eso se llama “outliner” — algunos escritores son puramente outliners, y otros son puramente pantsers.

Como un ejemplo clásico, Ernest Hemingway era un perfecto ejemplo de un outliner.

Si bien él no usaba diagramas o bosquejos, para sus capítulos y escenas, él sabía perfectamente, cómo y dónde su obra terminaría, aun antes de haber empezado a escribir su pagina numero uno.

DOS — Mientras Tito Livio y Virgilio se aislaban de las penurias por las que ciudadanos comunes, legionarios, esclavos, y hasta emperadores pasaban en sus vidas privadas, Plutarco y Dionisio sabían como ponerse en los pies de otras personas.

Bueno, esas fueron las dos diferencias mas importantes, literariamente hablando, y ahora quiero mencionar la tracalada de diferencias que estos dos personajes mostraban en todos los otros ámbitos de la vida, incluyendo apariencia física, lugar de origen, educación, y — últimamente, el por qué escribían lo que escribían.

Porque — al final y al cabo, cuando uno se encuentra frente a un escritor, la primera pregunta que uno se pregunta, o que se tendría que preguntar, es por qué esa persona escribe lo que escribe, verdad?

Cervantes Saavedra, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato, Isabel Allende, Gabriel Garcia Marquez, José Eustacio Rivera, Manuel Argüello Mora, Alejo Carpentier, Flavio Herrera, César Atahualpa Rodriguez, Mario Vargas Llosa, Vicente Blasco Ibañez, Pedro Calderón de la Barca, Tomás de Iriarte, Manuel Machado, Francisco de Quevedo, y todos en esta larga lista — que dicho sea de paso, pudo haber sido tanto mas larga, repito — todos estos autores tenían sus propias, únicas — y diferentes razones para escribir.

Y Plutarco y Dionisio de Halicarnaso no eran la excepción a esta regla.

Entonces, vayamos a una breve lista de las diferencias físicas, históricas, educacionales, y demás ámbitos, entre estos dos autores, y los autores de nuestro Episodio 22.

Luego tendremos otra lista de diferencias entre Plutarco y Dionisio, sin cuidado.

UNO — La primera diferencia es obviamente la barba. Si bien, ambos vivían en mas o menos la misma época que Tito Livio y Virgilio, bueno — mas o menos, ambos estos autores tenían barba. Tito Livio y Virgilio, por cualquiera que sea la razón siempre fueron retratados sin barba. No voy a entrar en el por qué de todo eso, simplemente lo nombro.

DOS — Al contrario de Tito Livio y Virgilio, tanto Plutarco como Dionisio de Halicarnaso no nacieron en Italia, sino que eran hijos del mundo griego. Esto, como veremos mas tarde, será una buena pista para averiguar el por qué escribían lo que escribían, una vez que sepamos las condiciones entre Roma y Grecia en esos tiempos, con mas detalle.

TRES — Ambos — Plutarco y Dionisio de Halicarnaso tenían un buen conocimiento de las relaciones entre Roma y las partes del mundo que en el tiempo de sus vidas, estaban bajo el control de Roma. Y ambos — creo yo, apreciaban el nacimiento de la tal llamada Pax Romana, aun si todavía harían falta un par de décadas hasta que esa paz sea llamada así. Tito Livio y Virgilio, por el otro lado, no tenían mucha idea de lo que verdaderamente pasaba entre Roma y el resto del mundo, con la excepción de relatos tomados de lo que otros testigos les decían, como para poder crear sus historias.

Y por supuesto, Plutarco y Dionisio veían las cosas desde afuera de Roma.

Si uno quiere apreciar la belleza de la playa, uno tiene que pararse en la playa y mirar, y no estar metido en el agua del océano, hasta el cuello.

[…]

 

Episodio 42 – La Vía Apia

La calzada romana que convirtió a Roma en el amo de Italia. Tambien vemos la primera parte de la vida de Apio Claudio.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 42 — La Vía Apia.

Ninguna vía, camino, o ruta de comunicación ha cambiado la historia del mundo occidental tanto como la Vía Apia, hoy conocida como la Vía Apia Antigua.

Estrechos naturales terrestres — tales como la Ruta de la Seda o la Ruta del Ambar, y lineas marítimas — tales como el estrecho del Gibraltar — todos pueden argumentar que tuvieron su importancia, y que hicieron lo suyo para cambiar el curso de la historia.

Como otro ejemplo, la distancia entre Maratón y Atenas, que fue recorrida por un griego en tiempo record, para anunciar la derrota de los persas — por supuesto, que fue súper importante.

Pero ese recorrido no era una calzada propiamente dicha.

La Ruta de Seda tampoco era una vía marcada, mantenida, o creada por un poder estatal, ni siquiera por un grupo de estados o imperios.

Así que, si hablamos de rutas, o caminos, o — más específicamente, de calzadas romanas, esta fue la calzada romana que verdaderamente cambió la historia de Roma.

No solamente porque fue la primera, o porque es la mas famosa hoy en día, pero por muchas otras razones.

Y hoy vamos a dedicar nuestro episodio a esas razones, y al creador de esa calzada romana, un censor romano de origen Sabino, llamado Apio Claudio, luego conocido como Apio Claudio, el Ciego.

Y cuando mencionamos a Apio Claudio, por supuesto que tambien vamos a darle un espacio a otra de las obras maestras de ese mismo hombre, un acueducto subterráneo llamado Aqua Appia.

Pero antes de hablar de Apio Claudio, y de la Aqua Appia, o de la Vía Appia, quiero contarles de mi dilema de esta semana.

Cuando era la hora de elegir alguna frase que enmarcara lo que la Vía Apia verdaderamente significaba, tuve muchas opciones.

Demasiados estrategas, generales, escritores, y estadistas — pasados y presentes, tuvieron sus opiniones acerca de la Vía Apia, y no fue fácil elegir a uno.

Al final, he elegido lo que un cierto Publio Papinio Estacio dijo de la Vía Apia, allá por el año 69 después de Cristo.

Fue el año que este Estacio se mudó de Nápoles a Roma, y esto es lo que ese hombre dijo:

APPIA LONGARUM — TERITUR REGINA VIARUM

Esto, en castellano equivale a: La vía Apia es conocida comúnmente como la reina de las grandes calzadas romanas.

Publio Papinio Estacio fue un medianamente famoso poeta y maestro romano del primer siglo después de Cristo, nacido en Nápoles, alrededor del año 45 de nuestra era.

Sus antepasados eran de origen Patricio, y vivían en Roma misma, pero debido a generaciones de mala administración económica — y posiblemente tambien debido a algún delito criminal, su familia pasó de ser de rango ecuestre, a la capa más baja de las clases sociales del mundo romano.

Al igual que su padre, Publio Papinio Estacio era un maestro que enseñaba Latin y gramática de nivel básico, a estudiantes de clases medias, en espacios rentados, generalmente pegados a construcciones públicas, tales como anfiteatros o hipódromos.

Durante años, su tal llamada escuela estaba al lado de un prostíbulo de Neápolis, y más de una vez, clientes se equivocaban de puerta, y — por supuesto, salían a todo apuro de ahí, al ver que se metieron en una escuela, en vez de un lupanar.

Lupanar era como los romanos llamaban a esos lugares, y tambien solía ser el nombre que se le daba a zonas rojas de una ciudad, lo que en inglés se llama Red Light District.

Bueno.

Nuestras fuentes cuentan que, como maestro, Estacio era conocido por condenar a sus alumnos a castigos corporales, pero que más tarde en su vida, él parece haberse convertido al Cristianismo, durante el reino del emperador Domiciano, a cuya corte fue invitado a escribir poemas al estilo de Virgilio.

Enfin.

Personalmente, creo que Estacio tuvo que fingir ser pagano durante la última parte de su vida, y se sabe que durante sus últimas dos décadas, vivió una vida dividida entre Nápoles y Roma.

Y yo creo que, es por eso que llegó a apreciar la importancia de la Vía Apia.

[…]

Episodio 10 – El Tirano y la Sibila

El fin de los reyes en El Cuento de Roma. Una misteriosa profeta Sibila le ofreció nueve libros al rey Tarquinio. La república más famosa del mundo está a punto de llegar.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 10 — El Tirano y la Sibila.

La semana pasada vimos el final de la vida de Servio Tulio, y como su yerno se apoderó del trono. Antes de comenzar el capítulo de hoy quiero hacer una pequeña aclaración en cuanto al episodio de la semana pasada. Yo había dicho que un buen día, cuando Servio Tulio estaba afuera de la ciudad, Lucio Tarquinio entró al Senado y tomó el asiento reservado para el rey, y ordenó a todos los senadores de rodillas.

Después dije que cuando el rey volvió a la ciudad, y se enteró de lo que andaba pasando, inmediatamente fue al Senado a demandar una explicación.

Pero, en la grabación, yo dije ” En ese momento, Lucio volvió a la ciudad, y habiendo oído del tumulto que andaba pasando, se fue a verlo…”

Por supuesto que no fue Lucio quien volvió a la ciudad, sino Servio Tulio. Pero la grabación ya está en el aire, y bueno, uso esta oportunidad para hacer la corrección.

Quiero darle las gracias a un oyente muy atento por esto: ¡Gracias, Martin, desde Quito, Ecuador!

Bueno, asunto arreglado. Esta semana, veremos los primeros años del gobierno del último rey de Roma, aptamente apodado “el Soberbio” y a quien describí un poco en la parte final del episodio de la semana pasada.

Hablando de la semana pasada, vamos ahora a La Palabra de la Semana. La semana pasada tuvimos la palabra LAETUS.

Laetus significa feliz o próspero, y se refiere a toda persona que disfruta de prosperidad en su vida. Obviamente, en este caso, la palabra está muy ligada al estado económico de dicha persona. Sabemos que los romanos le daban mucha importancia al bienestar económico como un parámetro con el cual medían sus vidas.

Pero, diferente de lo que sucede hoy en día, los romanos no medían ese bienestar con gente alrededor de ellos, sino que se comparaban a sus propios antepasados. Provenir de un cónsul, y no llegar a ser cónsul uno mismo, era algo malo.

A veces, gente hasta se sabía burlar discretamente de una persona, que perteneciendo a una familia noble, no tenían más que un pretor, o un cónsul entre todos sus antepasados, y ese pretor o ese cónsul era de hace unos dos siglos y medio. Esa persona vivía de la gloria de antepasados lejanos.

Laetus, por lo tanto, simplemente significa felicidad, en un sentido un tanto especifico.

Y ahora vamos a La Palabra de la Semana de esta semana.  La Palabra de la Semana de esta Semana es panis.

Me imagino que ya se están muriendo de la risa, de lo fácil que es esta palabra.

P – A – N – I – S

[…]

 

Episodio 6 – Por Culpa de una Vaca

Tulo Hostilio, el tercer rey de Roma abandona la actitud de aquella Roma de Numa. Con él, Roma vuelve a la guerra.  Los romanos destruyen Albalonga.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 6 — Por culpa de una vaca.

La semana pasada vimos cómo—después de cuarenta años de paz, Roma volvió a sus virtudes marciales. De la mano de Tulo Hostilio, Roma se hizo a la guerra, y no me parece raro que hoy la palabra “hostil” provenga de su apellido.

Antes de realmente comenzar con el resto de la vida de Tulo Hostilio, quiero añadir una pequeña anécdota aquí. Cuando los Sabinos atacaron a los romanos en el año 752 antes de Cristo por el tema de las mujeres secuestradas, Rómulo organizó un contraataque, el cual fue últimamente resuelto por las mujeres sabinas, como se acordará.

Aquel día—al lado de Rómulo peleó un guerrero llamado Hosto Hostilio, y según nuestras fuentes, Hosto, en un dado momento, se lanzó a correr hacia los sabinos, totalmente solo, y gritando a todo pulmón, revoloteando su espada por encima de la cabeza, hasta que sus compañeros se le unieron en el ataque.

Si bien eso no resultó en una victoria aquel día, la corrida de Hosto causó que los sabinos retrocedieran por un momento. Pero ese acto de coraje no cambio el resultado de la batalla, si bien Rómulo honró a Hosto en un discurso, días más tarde. Eso fue porque Hosto Hostilio fue uno de los pocos caídos en batalla, aquel día.

¿Por qué menciono esto?

Hosto Hostilio fue el abuelo de Tulo. Al parecer, la picazón para pelear andaba en los genes dentro de la familia Hostilio.

En cuanto al nombre y apellido del tercer rey de Roma, si bien el primer nombre Tulo era extremadamente raro en Roma, “Hostilio” no era tan raro como un apellido, y por muchos siglos, senadores romanos se reunían en un edificio llamado Curia Hostilia, cuya construcción le es atribuida al rey Tulo.

Ahora vamos a La Palabra de la Semana. La semana pasada tuvimos la palabra turpis.

Y esta vez lo vamos a hacer muy simple. Turpis significa asqueroso, o disgustaste, o turbio.

No voy a dar ningunas notas al lado, y sin más, y sin menos, voy a ir para adelante, porque tenemos mucho de qué hablar.

La Palabra de la Semana de esta semana es qúo.

Q – U – O

Han oído de la famosa película llamada Quo Vadis?

[…]