Episodio 75 – La Batalla de Drépano

El sitio de Lilibeo fallado. El desastre frente a Drépano. Y el regreso de Marco Atilio Régulo a Roma. Y por supuesto — las gallinas sagradas de Roma.


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Transcripción Parcial

El Cuento de Roma, Episodio 75 – La Batalla de Drépano.

Según el erudito llamado Elliot Schroeder, de la Universidad de California, en San Diego, la Primera Guerra Púnica era un caso insólito, de un choque entre ambiciones económicas y militares, entre dos potencias de casi igual fuerza.

Schroeder ha escrito la siguiente oración, en su documento científico, publicado en el año 1995.

Cuando un estado se siente amenazado por un mayor poder — ese estado no dudará en sacrificar ganancia económica, a corto plazo — para obtener seguridad militar, a largo plazo.

Eso, en mi opinión, fue el mayor factor, y la mejor explicación, de por qué los romanos seguían construyendo flotas, reclutando soldados, y entrenando remadores de barcos de guerra.

Bueno.

Según el plan que habíamos trazado en el comienzo de esta guerra, hoy vamos a ver los dos encuentros que los romanos tuvieron en las ciudades de Lilibeo y Drépano, y el envío de Marco Atilio Régulo a Roma.

O sea, que son tres temas grandes — en general — más — el tema de las gallinas sagradas, por razones que ya verán.

Entonces…

Lilibeo.

Drépano.

Régulo, como prisionero en Roma.

Más — las gallinas sagradas, que van a ir primero.

Bueno.

En cuanto a Régulo, recordemos que éste fue enviado a Roma, después de la derrota de Drépano, para que — según algunos historiadores — se encargara del asunto, del intercambio de prisioneros de guerra.

O bien — según otros historiadores — para hacer un tratado de paz, entre Cartago y Roma.

Así que hoy vamos a empezar con Lilibeo, luego Drépano, y luego, lo de Régulo.

Pero como una de estas dos batallas — para ser mas exactos, la Batalla de Drépano, tuvo un incidente muy famoso, con unas gallinas sagradas, vamos a tener que hablar de gallinas sagradas primero.

Así que, empecemos así.

Yo sí sé — de gallinas.

No sabré de las gallinas sagradas de la Roma antigua, pero sí sé, de gallinas comunes.

Cuando tuve 12 años de edad, mis padres decidieron emigrar de Alemania — y terminamos yendo a Argentina, donde mis padres compraron una pequeña granja, de unas 10 hectáreas de tamaño.

Sandías. Duraznos. Nogales. Vacas. Frutillas y tomates.

Y bueno — también tuvimos gallinas.

Así es.

Un montón de gallinas.

De hecho — en un momento dado, tuvimos entre dos, y tres mil gallinas.

Gallinas ponedoras, como las llaman allá.

Ponen huevos.

Bueno.

Y yo siempre me acuerdo, cómo esas gallinas se trataban entre sí.

Y no estoy hablando de gallinas — y como se trataban entre sí, a la hora de comer.

De eso — de como las gallinas comen, vamos a hablar un poquito mas tarde en este Episodio, porque, bueno — los romanos interpretaban la voluntad de los dioses, de esa manera.

Pero — aquí — yo estoy hablando de gallinas — y como se trataban entre sí, a la hora de poner huevos.

Y aquí va una pequeña advertencia, mis queridos oyentes.

Para aquellos que no tienen buen estómago, por favor — o bien — adelanten este episodio unos 15 segundos para saltear lo que estoy por contar — o bien — pónganse a hacer algo que los vaya a distraer por ese tiempo.

Bueno.

Miren lo que pasó.

Mientras una gallina hacía ese típico esfuerzo que gallinas hacen, para poner un huevo, otra gallina se le aproximaba desde atrás, y — siempre mirando con un solo ojo — esperaba, a que el huevo empezara a salir.

Y para desmayo mío — apenas el huevo estaba a la vista, esa gallina se ponía a picotear a la otra pobrecita.

Pero — esperen! — no picoteaba el huevo!

Esa gallina picoteaba al lado del huevo, hasta que finalmente conseguía pinchar con su pico, las entrañas de la otra gallina.

Y apenas tenía un pedacito del — no sé — intestino, o como quiera que se llame esodentro de su pico, esa maldita gallina se echaba a correr, como si tuviese que esconder el grano de maíz mas sabroso del mundo.

Y — chicos — no hace falta que les diga — cómo reaccionaba esa otra gallina, llena de dolor, y aun sin poder moverse — porque todavía estaba empujando el huevo!

Era una tortura, en vivo!

Y para colmo de males — como a los días de eso, las gallinas comenzaron a aprender a hacer eso — una, de la otra.

Cada mañana, cuando nos levantábamos, había entre 10 y 20 gallinas muertas — o muriéndose — con todas las entrañas colgando afuera, casi como un metro de largo.

Y las otras gallinas, como unos monstruos de caníbales, saltando alrededor de esas víctimas — y — meta! — picoteando y jalando, esas entrañas!

Por supuesto que, apenas mis padres se dieron cuenta, que esto no iba a ser un caso aislado — inmediatamente fueron a la ciudad, y bueno — compramos jaulas para gallinas.

Un montón de jaulas!

Y bueno — terminamos poniendo a nuestras gallinas, en nuestras jaulas.

Nuestro sueño — y nuestra idea idílica, de una granja con vacas, gallinas, uno o dos caballos — algo al mejor estilo de La Familia Ingalls, se fue al Mercurio, y bueno — lo demás es historia.

Y por supuesto…

Recuerden, por favor, que — en aquel entonces — yo recién venía de Alemania, donde gallinas — solo las había visto en ilustraciones.

Enfin.

Nunca me olvidaré de esas gallinas.

Y por eso dije…

Yo verdaderamente sé de gallinas.

Inyectarlas cada tres meses, para que no se mueran del virus mas nuevo.

Limpiar las jaulas.

Darles de comer, y de tomar.

Apagar las luces a la tarde, porque sino — seguían comiendo, hasta que reventaban del empache.

Soltarlas en el patio — de a grupos, para que no estén en esas jaulas, las 24 horas del día.

Eso — por supuesto — debido — y gracias — a las fuertes convicciones religiosas de mis padres. Mis viejos solían decir que “eso, era tener conciencia.”

Pero entonces, cuando estaban sueltas — alrededor de la casa — yo y mi hermano, las teníamos que cuidar!

Y hasta tenía que hacer que dejaran de mirar al cielo — como hipnotizadas — cada vez que llovía.

Porque — sino — se ahogaban a muerte, con el pico abierto, mirando al cielo, hasta que gotas de la lluvia — entrando por el pico — las terminaban ahogando!

En serio — nunca en mi vida, pensé que un animal — digo — un animal vertebrado — se podía morir de esa manera, pero ahí está.

No por nada existe el dicho que dice “anda corriendo como una gallina sin cabeza.”

Y no por nada, sabemos que gallinas cruzan la calle cuando ven un coche, siendo que si se quedaban del lado donde estaban inicialmente, pues — estaban perfectamente a salvo!

Y — como una nota final, en cuanto o mi propia experiencia con esos animales — no quiero ni comenzar a hablar de las pulgas, vinchucas, y otros parásitos, que viven en un gallinero, o entre las plumas de una gallina.

BUENO — cerramos el tema de mis gallinas, y abrimos el tema de las gallinas sagradas de Roma.

[…]

Episodio 65 – Estado de la Unión – 268 AC

El mundo alrededor de Roma, años antes de la llegada del imperio parto, el primer emperador de China, y de las inminentes guerras púnicas.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 65 — Estado de la Unión – 268 AC.

Estamos en nuestro quinto Episodio de El Estado de la Unión, y estamos a punto de zambullirnos en las aguas de las Guerras Púnicas.

Eso significa que esta vez vamos a ver mucho mas del tema de Cartago, la gente que vivía allí, la gente que gobernaba con Cartago, y cuales eran las mayores diferencias entre Cartago y Roma.

Y primero que nada, una pregunta — por qué esas guerras se llaman Púnicas?

Por qué no se llaman las guerras de Cartago, o las guerras cartaginenses?

No sería más lógico?

Al final y al cabo, hemos tenido las Guerras Samnitas, las Guerras Pírricas, y las Guerras Latinas.

Y obviamente, las Guerras Samnitas eran contra los Samnitas.

Las Guerras Pírricas eran contra Pirro, y en un futuro — las Guerras Macedónicas serán contra Macedonia, y las Guerras Celtíberas serán contra los Celtas de Iberia.

Miren que lógico está eso!

Entonces, de dónde proviene la palabra Púnico o Púnica?

La respuesta a eso, y mucho más, entonces, cuando nuestra águila llegue a Cartago.

Y esta vez, en nuestro vuelo alrededor del mundo de Roma, tambien tenemos que ver con mucha más amplitud dos regiones, a saber.

Partia y China.

Partia porque estamos muy cerca de presenciar el nacimiento del Imperio Parto, y China porque estamos muy cerca de presenciar la llegada al trono, del tal conocido Primer Emperador de China.

Ambos eventos son tan importantes en sí mismos, que nuestro futuro Episodio 76 se llamará “Nace el Imperio Parto,” y nuestro futuro Episodio 77 se llamará “El Primer Emperador de China.”

Obviamente, esos dos episodios no serán dedicados exclusivamente a eso, sino que tendrán ese tema incluido en el resto de todos los acontecimientos del año en cuestión.

Al fin y al cabo, nosotros vamos a estar metidos en el medio de la Primera Guerra Púnica, y vamos a estar super ocupados dando vueltas a la isla de Sicilia, como si fuera una calesita.

Ya.

Entonces — estamos en el año 268 AC, y nuestra águila irá desde Roma misma, primero hacia el norte (hasta los Alpes), y luego dará una enorme vuelta al Mar Mediterráneo, en el sentido del reloj.

Después de eso, vamos a escuchar — muy rápidamente, la lista de futuros episodios, desde este Episodio 65, hasta el Episodio 250, que nos va a encontrar en el año 68 después de Cristo.

Así es — al final de este Episodio veremos la lista entera del plan del podcast, Episodio por Episodio, con el nombre del Episodio, y una palabrita o dos, acerca de ese Episodio, si es que hace falta.

Y como esta vez no tenemos el segmento de la Palabra en Latin, podemos comenzar ya!

Qué les parece?

Roma

Roma, como ya era de costumbre, se estaba recuperando de otra peste.

Dos años más tarde, es decir, en el 266, Roma verá otra peste, una peste mucho más aguda, y otra vez, será por el tema del agua, los desagües, y — por supuesto, el plomo.

Los romanos, como buenos ingenieros, y como gente muy práctica, sabían que Roma no podía sobrevivir con el agua del Acueducto Appio solamente, y cuatro años antes, se pusieron a construir un Acueducto mas grande.

En este año — el 268, ese acueducto por fin estaba listo, y los romanos tuvieron una cantidad de cosas por primera vez.

Por primera vez, agua entraba a la ciudad de Roma, montada encima de columnas y arcos, porque esa agua tenía un nivel más alto que el Acueducto Apio.

Por primera vez, las partes más altas de la ciudad, se vieron abastecidas con agua corriente.

Por primera vez, el agua provenía de montañas — no de las afueras o cercanías de Roma, sino de una distancia de nada menos que 64 kilómetros.

Así es — el segundo acueducto romano traía agua desde los montes mas allá del Lacio, de una distancia que antes, la gente no se podía ni imaginar.

Y por primera vez, el Senado no tuvo que ni discutir el tema del financiamiento de esa obra, porque lo que los romanos obtuvieron después de vencer a Pirro, era más que suficiente para la construcción de esa obra tremenda.

Y digo tremenda, porque ese acueducto traía mas que el doble del Acueducto Apio, y con una fuerza de tracción siete veces mayor.

Eso se debía a la altitud de la fuente misma, ubicada a 850 metros sobre el nivel del mar. La fuente en sí, era un lago, llamado el Lago del valle del Anio.

Habrá otro acueducto mas, en el futuro, que traerá agua de ese mismo lago, pero 250 años van a pasar antes de que eso suceda.

Hoy por hoy, los romanos lo llamaban el Acueducto del Anio.

Más tarde — en unos dos siglos y medio, lo llamarán, el Acueducto del Anio Viejo, para distinguirlo del Acueducto del Anio Nuevo.

Y van a pasar otros setenta años hasta que Roma obtenga su tercer acueducto, así que este evento era uno de los mayores eventos de este año.

Y como para compararlo al acueducto Apio, veamos un par de datos.

Largo del Acueducto Apio — 16 kilómetros.

Largo del Anio — 64 kilómetros.

Inclinación del Acueducto Apio — 0,06%

Inclinación del Anio — 0,36%

Eso significa, que por cada kilómetro, el agua caía unos 36 centímetros.

Altura en la fuente del Acueducto Apio — 30 metros… Casi nada!

Altura en la fuente del Anio — 850 metros.

Metros cúbicos por día del Acueducto Apio — 73 mil.

Metros cúbicos por día del Anio — 176 mil.

Bueno.

Y con todo eso, todavía tuvieron, un brote de peste, dos años más tarde.

[…]

Episodio 63 – A dónde fueres, haz lo que vieres

Roma. Amo y señor de casi toda Italia. Los Juegos Capitolinos. La muerte de Pirro en Argos.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 63 — A donde fueres, haz lo que vieres.

Después de la lucha, el joven Publio Lucio — el mayor de todos los nietos de Publio Emilio Eugenio, volvió a casa tarde.

Los huesos le dolían como si él hubiese estado en la lucha, y Publio abrió el portón con cuidado, tratando de no despertar a su padre.

Pasó por el patio central de la casa, y se fue derechito a la habitación de su abuelo.

Abuelo Publio estaba recostado en la cama, pero despierto. Su silla de ruedas estaba al lado de la cama, y una pequeña lampara de aceite iluminaba la habitación.

— “Abuelo,” exclamó el joven.

El viejo sonreía, y le señaló al joven de no hacer ruido, con un dedo cruzando los labios.

— “No despiertes a tu padre!”

Publio Lucio sonrió tambien. Entre abuelo y nieto, eran como cómplices en las desventuras del joven. Y como patriarca de la familia, el viejo muchas veces apoyaba y defendía las travesuras de su nieto.

— “Cómo te fue con los juegos?” preguntó el viejo.

— “Bien,” respondió el joven, en voz baja. “Un espectáculo! Tal como lo dijo, abuelo. Por Júpiter! El mamertino le ganó al sabino. Le rompió huesos, como si fuesen ramas secas.”

Y mientras el nieto le contaba los eventos del día a su abuelo que ya no podía caminar, el padre del joven apareció por el marco dela puerta.

— “Otra vez tarde? Y otra vez, despertando a tu abuelo?”

El joven, que estaba sentado en la cama, al lado del viejo, se dió vuelta en un susto. Estaba a punto de pararse de un salto, pero el viejo lo agarró de una muñeca.

— “Publio,” gritó el viejo. “Tu hijo no me despertó! Estábamos hablando de la final!”

— “Pero padre! Eso no es excusa de volver a casa, a esta hora,” respondió Publio — el padre, indicando la lámpara de aceite.

El padre estaba furioso. Cada que que el viejo lo defendía — frente al nieto mismo, el padre perdía autoridad sobre su propio hijo.

Pero, la verdad era que los romanos vivían en una sociedad patriarcal, y mientras el viejo estuviese vivo, las leyes las dictaba él, y no el padre.

— “Ah… Por Mercurio! Tranquilízate, hijo,” dijo el viejo, tratando de calmar la situación. “Mañana es la final! Y — si hubiese podido, yo tambien hubiese ido a ver esa pelea!”

Publio — el padre, suspiró.

Resignado.

Y dentro suyo, Publio — el nieto — tambien suspiró con alivio. Su padre no le podía hacer nada, mientras abuelo estuviese ahí.

Y además… 

Eran los Juegos Capitolinos.

Publio — abuelo, padre, e hijo — mandaron a un esclavo, a traer mas vino. Mañana era la final del Pancracio, y la producción de 13,000 escudos no se iban a retrasar, por un día o dos.

Luego, tambien mandaron buscar a tres esclavas, traer uvas, jamón, y a tocar el arpa, mientras los tres debatían quien iba a ganar mañana.

En realidad, todo el mundo en Roma, se volvía un poco loco, durante los Juegos Capitolinos.

Y este año era un tanto especial, porque una camada de atletas nuevos en las varias disciplinas de los juegos, prometían espectáculos, drama, tensión, y la venta de mucho vino, por toda Roma.

Así que — de los Juegos Capitolinos vamos a hablar un poco mas — en unos minutos.

Ahora, a nuestro tema principal de hoy.

Estamos en el año 273 AC.

Los Cónsules electos el este año, son dos Cayos, de dos familias opuestas.

Cayo Fabio Dorsón Luscino, y Cayo Claudio Canina.

Mientras uno de los Cayos era de los Fabios, el otro era de los Claudios.

Así es.

Con solo escuchar los nombres, ya pueden saber a qué familia pertenecían, y por ende — a qué tribus representaban.

A medida que el tiempo avance, vamos a hablar mas de eso, porque esa parte de la política en Roma nos da un entendimiento mucho mejor, en un tiempo cuando todo el mundo piensa — WOW! Qué lío! Cónsules cambiaban cada año! Como uno puede aprenderse la historia de la república romana?

Pero van a ver, que si lo miran desde el punto de vista de las tribus romanas, todo se hace mas fácil.

Y ademas, la historia de Roma se convierte en un verdadero Cuento de Roma.

Mas interesante.

Mas lógico.

Mas Cuento.

Bueno.

Durante nuestro Episodio pasado, vimos la primera parte del resto de la vida de Pirro de Epiro.

Hoy veremos el resto.

Luego veremos el tema de los Juegos Capitolinos, con mas detalle, y después de eso, vamos a hablar de los eventos del año 273 AC, que en realidad no fueron pocos, a pesar de que no hubo guerras declaradas.

Esos eventos los dividí en tres partes, a saber:

UNO — La visita de otra embajada de Egipto. Y — por supuesto, el año proximo tendremos la visita recíproca de Roma a Alejandría, tal como sucedió antes.

DOS — La muerte del viejo Apio Claudio, el Ciego.

Y TRES — Pirro de Epiro llama a su hijo, al cual había dejado en Tarento con una pequeña guarnición militar, a que vuelva a Grecia, y que le ayude en sus campañas militares.

Obviamente, eso nos va a llevar a la próxima muerte de Pirro.

Bueno.

[…]

 

Episodio 53 – La Torre de Alejandría

Nuestro homenaje a la Torre de Alejandría. Tambien vemos preparaciones entre Roma, Cartago, y otros eventos que se avecinan. Es la calma antes de la tormenta.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 53 — La Torre de Alejandría.

Saltemos por unos tres minutos al año 956 del Señor.

No el 956 antes de Cristo, sino después de Cristo.

En ese año, un tal llamado Sancho I de León fue proclamado rey de la región del mismo nombre — León.

Pero como Sancho era tan, tan gordo, la nobleza de León y Castilla decidió destronarlo dos años mas tarde, bajo el comando de un conde, llamado Fernán Gonzalez.

Lo que sucedió con Sancho después de eso, ya es parte de otra historia, y posiblemente de otro podcast, pero sí quiero añadir que Sancho buscaba ayuda de todo tipo por el tema de su gordura.

Y entre los que le ayudaban a Sancho, hasta tenemos al médico personal del califa de la ciudad de Córdoba, un médico llamado Ibn Saprut.

La razón por la que incluyo la asunción al trono de Sancho el I, es que ese mismo año — bueno, para ser más exacto, dos días mas tarde, un terremoto estremeció la cuenca entera del mar Mediterráneo.

Y si bien, ese temblor apenas se sintió en España, a unos 3500 kilómetros mas al este, ese mismo temblor le dió el primer golpe de gracia a una de la siete maravillas del mundo antiguo.

Así es — tres cuartos de la Torre de Alejandría, tambien llamada “el Faro de Alejandría” se derrumbaron sobre la isla en la que ese faro se encontraba por doce siglos.

Dos terremotos mas siguieron, y el terrible temblor del año 1323 fue cuando toda esperanza de reconstruir esa torre, fue abandonada.

Bien.

Hemos visto la muerte de una estructura física, antes de ver su nacimiento.

Ese es el poder de la historia.

Ahora, volvamos a nuestro año, el 285 AC.

Es un año de paz. Relativa paz.

Pero en realidad — es la calma antes de la tormenta.

Una delegación del reino Ptolomeo de Egipto acababa de obtener su audiencia con el Senado de Roma, y los resultados eran de lo mas positivos, para ambos lados — Romanos, y Ptolomeos.

Y no digo Egipcios, porque los egipcios — es decir, la gente oriunda que vivía en esa parte del mundo, no le era de verdadera importancia al reino de los Ptolomeos, mas allá de las cosechas, impuestos, y el mantenimiento anual de las inundaciones del Nilo.

Aparte de eso, los gobernantes helenísticos del Egipto no se andaban preguntando mucho de lo que realmente andaba pasando en Egipto.

Y tampoco tenían el tiempo de preocuparse de eso, porque en Alejandría, había mucho que hacer. La torre — la cual describiremos en detalles en unos minutos mas, estaba lista, y la librería de la misma ciudad ya estaba en los planes de la nobleza de esa ciudad.

A menos de cien años de ser fundada, por ya sabemos muy bien quien, Alejandría se va convertir en la ciudad mas grande del mundo, y mantendrá ese estatus hasta que Roma la pase, allá cuando lleguemos a los últimos años de la vida de Julio César.

Y sabemos muy bien, que no es fácil hacer que una ciudad se convierta en lo que bien podría llamarse CAPUT MUNDIcapital del mundo, si bien personalmente considero que Alejandría nunca llegó a ser una verdadera CAPUT MUNDI.

Así es — ese honor, personalmente solo le doy a Roma, y mas tarde, a Paris, Londres, y Nueva York.

Ni siquiera ciudades como Ur, o Babilonia, Menfis, Atenas, Pekín, Tokio, Moscú, Berlín, o hasta Washington, la capital de los EEUU, se merecen ese titulo.

Bueno, volvamos a la Torre de Alejandría.

Y antes de ver las características físicas de la torre misma, quiero decir muy brevemente que sí existen versiones que dicen que esa torre fue construida entre los años 285 y 247 AC, pero eso — mis queridos oyentes, se lo dejo a cada uno de vosotros.

Lo que verdaderamente importa aquí, es que la Torre existió — y aquí van sus características en una lista de 20 puntos:

1 — La Torre de Alejandría fue construida en una isla frente a la misma, donde cientos de barcos chocaban — y naufragaban, contra las rocas de la isla. La construcción de la torre medía entre 103 y 135 metros de altura.

2 — La Torre fue, por muchos siglos una de las estructuras hechas por humanos mas altas del mundo. Tambien fue — y sigue siendo, el arquetipo de todos los faros del mundo. Así es — ese faro es el plano principal de todos los faros del mundo.

3 — La base de la torre era un cuadrado de 30 metros de cada lado, sobre una isla de unos 100 metros de largo por unos 200 metros de ancho. Cuando la construcción se inició, solo unos náufragos vivían en la isla.

[…]

Episodio 52 – Estado de la Unión – 286 AC

Un gigantesco vuelo de águila alrededor del mundo de Roma, y más allá. También, un homenaje a Piteas, y a la futura Dinastía Qin, en China.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 52 — Estado de la Unión – 286 AC.

Hemos llegado a nuestro cuarto Episodio de “El Estado de la Unión,” y esta vez nos encontramos justo en el medio entre las guerras samnitas y las guerras pírricas.

Los Samnitas ya no nos molestarán en gran medida, y si bien Pirro tratará de hacer que mas pueblos de la península italiana se unan a su causa, en gran medida no lo va a conseguir.

Por otro lado, este es nuestro episodio 52, lo que — según un calendario, equivale a un año de trabajo acumulado.

Un año — 52 semanas.

Y creo que con eso, sale un poco a luz el por qué hice que cada 13 episodios he decidido hacer un episodio — digamos, de repaso.

Si, el numero 13 ha sido un tanto significativo en mi vida, y a veces, hasta digo, que el numero 13 es uno de mis números favoritos.

Pero en este podcast, el numero 13 equivale a un 25% de un año.

O sea, que cada 13 episodios, cuando tenemos un repaso, en realidad tenemos una estación por detrás. Verano. Invierno. Otoño. Primavera.

Y como un dato de futuro, aun nos quedan exactamente 34 episodios de “El Estado de la Unión” en este podcast, y trato de hacer que con el tiempo estos episodios se transformen en un valioso juego didáctico de aprendizaje.

Bueno — hablando de aprender, vamos a trabajar.

Primeramente vamos a ver qué está sucediendo en Roma.

Aquí vamos a incluir 4 partes, a saber:

UNO — Un poco de la vida cotidiana en Roma misma, tanto en la ciudad, como en un cuartel de un ejército romano cualquiera.

DOS — Vamos a leer una breve lista de las altitudes sobre el nivel del mar de cada una de las siete colinas de Roma.

TRES — Vamos a ver la relación entre Roma y tres culturas de ese tiempo.

UNO – Roma y Egipto.

DOS – Roma y Grecia.

Y TRES – China, ahora que estamos a solamente dos generaciones de la fundación de la dinastía Qin, un punto pivotal de la historia de ese país.

Y CUATRO — Veremos tres cosas un tanto extrañas que sucedían en ese tiempo en Roma.

Hombres perdiendo la cordura, y mujeres envenenado a sus maridos.

Luego, viene nuestro vuelo de águila.

Lógicamente, en nuestro ya conocido vuelo de águila, iremos en el sentido del reloj, por todo el mundo que pronto, será parte de Roma y los romanos.

El norte de Italia.

Iliria y Macedonia — como olvidarse de Macedonia esta vez, verdad?

Grecia y Tracia.

De ahí, seguiremos por el Oriente Cercano hasta llegar a ver cómo se ha dividido ese inmenso imperio que Alejandro Magno logró amasar en su breve vida, y que luego fue despedazado en cuatro partes.

Después de ahí — Egipto.

Luego — Cartago.

De ahí cruzamos el estrecho del Gibraltar, e iremos a la futura provincia romana llamada Hispania, donde solamente vamos a listar los pueblos que vivían en esa parte de Europa, ANTES de la llegada de los romanos.

Luego de eso, nuestro homenaje a Piteas, el famoso navegante griego que vivió la mayor parte de su vida en Massilia, en el sur de las Galias.

Y tal como les dije durante nuestro Episodio pasado, en nuestra tercera parte, listaremos todas las guerras de Roma, en orden cronológico, una por una, desde el comienzo hasta hoy — es decir, hasta el año 286 AC.

Ya.

Qué les parece?

[…]

Episodio 39 – Estado de la Unión – 320 AC

Un vistazo del mundo alrededor de Roma, a tres años de la muerte de Alejandro Magno, y en medio de las dos derrotas mas aplastantes de la Gran Guerra Samnita.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 39 — Estado de la Unión – 320 AC.

Este es nuestro tercer Episodio del Estado de la Unión, y tal como lo dije en nuestro episodio 13, en este momento ya tenemos muchas de las normas, estilos, y otros precedentes bien establecidos para este tipo de eventos.

Nos encontramos en el año 320 AC, justo después de la vergonzosa derrota de las legiones de Roma, en las ya famosas Horcas Caudinas.

Así que durante este episodio vamos a dividir nuestro tiempo en tres secciones, a saber.

UNO — Vamos a ver qué le pasó a esas tropas en camino a Roma, y cuales fueron los siguientes eventos antes del cierre el ese año.

DOS — Vamos a dar nuestro típico vuelo de águila alrededor del mundo de Roma, tal como lo hicimos en nuestros episodios 13 y 26.

Y TRES — Vamos a hacer un rápido repaso de la gente que gobernó los destinos de Roma, entre los años 390 y 320 antes de Cristo, igual como lo hicimos la última vez.

Y como siempre, durante este episodio no tenemos nuestro segmento de la Palabra de la Semana, así que eso va a quedar para nuestro episodio que viene.

Bueno. Empezamos ya!

Cuando las tropas romanas se fueron caminado de las Horcas, ellos utilizaron el camino que pasaba cerca de Capua, pero — tal como lo dije durante nuestro episodio pasado, a nadie se le ocurrió ir a Capua, y pedirles ayuda a la gente de Capua.

Era demasiada vergüenza, y los romanos no sabían como los recibirían porque la gente de Capua — bueno… digamos que no eran muy famosos por su hospitalidad y honestidad.

Pero cuando noticias de lo que pasó llegaron a Capua, la gente de la ciudad salió de la ciudad, a buscarlos.

Trajeron comida, agua, ropas, y hasta armas, para que los soldados se sintieran más en su propio elemento. El ejército de Capua — que no estaba compuesto de romanos, hasta les obsequió su propio estandarte, o escudo de armas, para que puedan caminar hacia Roma con la frente bien alta.

Pero, según algunos historiadores, todos estos actos de bondad no lograron apaciguar la vergüenza que los romanos sentían, y al día siguiente los nobles de Capua acompañaron a los romanos hasta el camino a Roma.

Uno de los nobles más distinguidos de Capua, un hombre llamado Ofilio Calavio hasta los acompañó hasta el mismo Senado de Roma, donde utilizó su influencia para dirigirse al Senado romano, una vez que los senadores se habían reunido para recibir el reporte de la derrota.

Oiremos mucho más de la familia de los Calavios durante nuestro podcast, porque uno de los descendientes de Ofilio Calavio fue el responsable del incendio de Roma en el año 211 antes de Cristo.

Pero, como ven, estamos lejos de eso, aún.

Este señor Ofilio dijo lo siguiente, cuando los senadores abrieron su sesión para oír lo que pasó en las Horcas Caudinas.

“La verdad está muy lejos de lo que parece.

Ese silencio obstinado, esos ojos fijos en el suelo, esos oídos sordos a toda consolación, esa vergüenza, esa manera de esconderse de la luz, son todas las indicaciones de un resentimiento terrible que fermenta en sus corazones de los legionarios que pasaron por ese evento.

Habrá venganza.

O yo no sé nada del carácter romano, o el silencio que ven aquí, pronto será causa de gritos y gemidos samnitas de angustia.

Recuerden mis palabras, o Senadores!

El recuerdo de la capitulación de las Horcas Caudinas será mucho más amargo para los samnitas, que para los romanos.

Pero Roma seguía sintiendo vergüenza. Hasta los senadores mismos se negaron a tratar leyes y edictos, de la forma habitual, y solamente se reunían cuando las circunstancias verdaderamente los obligaban a eso.

El año siguiente, es decir, nuestro año 320 AC, el senado falló dos veces en la elección de los Cónsules para ese año.

Primero eligieron a dos Cónsules que fueron proclamados mal elegidos por los arúspices de Roma, y luego eligieron a otros dos hombres que se encontraron en la meta — políticamente hablando, de mucha gente poderosa en Roma.

Hasta hubo un interregno, entre estos segundos dos hombres, y la tercera elección, pero cuando a final el Senado eligió a Publilio Filo, y a Papiro Cursor — este último por segunda vez, todo el mundo estuvo de acuerdo.

Roma, en ese momento, no tenía a nadie que fuese mejor.

Durante la primera asamblea de los senadores bajo el mando de Publilio, este inmediatamente mandó a llamar a Espurio Postumio, para que hable de los eventos.

Según anotaciones históricas, Espurio Postumio dijo mas o menos esto:

“Cónsules, estoy muy consciente de que he sido llamado a hablar en primer lugar, no porque soy el primero en honor, sino porque soy el principal en desgracia y no tengo la posición de un senador, sino de un hombre en su juicio que tiene que cumplir con el cargo, no sólo de una guerra fracasada, sino también de una paz humillante.

Ya que, sin embargo, usted no ha introducido la cuestión de nuestra culpa o el castigo, no voy a entrar en una defensa de mi mismo aquí.

Diré en pocas palabras lo que pienso acerca de la pregunta que tenemos ante nosotros, y vosotros podréis juzgarme y a mis legiones.

Esta promesa que tuvimos que hacer frente a los Samnitas, sin embargo, no fue hecha por la orden del pueblo romano, y por lo tanto el pueblo romano no está atado por ella, ni es nada debido al Samnitas bajo sus términos más allá de nuestras propias personas.

Seamos entregados a los sacerdotes fetiales, despojados y atados; liberemos a la gente de sus obligaciones religiosas si es que las hemos involucrado en alguna, de tal modo que  podamos reanudar la guerra en contra de Samnia sin infringir leyes divinas y juramentos dados.

Yo, Espurio Postumio Albino y mi co-comandante Tito Venturio Calvino, estamos dispuestos a dar nuestras cabezas por haber aceptado pasar bajo el yugo, encadenados y desnudos.

Y que sea de acuerdo con vuestra voluntad, que las legiones de Roma — bajo dos Cónsules frescos, marchen en contra de los Samnitas! Estas son mis palabras.”

El senado de derritió con el speech de Postumio, y lejos de castigarlos, le aplaudieron de pié.

Pero, un Tribuno plebeyo llamado Lucio Livio — no creo que haya tenido parentesco alguno con Tito Livio, no estaba de acuerdo con las palabras de Postumio.

Él decía que el pueblo de Roma no se vería liberado del juramento dado por las legiones de Roma en las Horcas Caudinas, a menos que los Samnitas fuesen puestos otra vez, en la misma posición ventajosa que tenían cuando habían atrapado a los soldados.

Tambien decía que el pueblo de Roma no estaba ligado a esos juramentos, porque los Samnitas mismos no pudieron aprovecharlas.

¿Por qué los Samnitas, en su infinita astucia y en la ventaja del momento, no obligaron a Postumio y a Venturio a que Roma enviase sacerdotes fetiales, y que estos sacerdotes ratifiquen la rendición de Roma misma?

Y digo, de toda Roma.

A esto, Postumio respondió:

[…]

Episodio 27 – Hierro y Oro

El final de nuestra trilogía del saqueo de Roma. Breno está en la historia, y al final de este episodio, tenemos la mejor de las noticias de Aeliana y Lucio.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 27 — Hierro y Oro.

La semana pasada vimos como los galos de Breno y los Romanos de Quinto Sulpicio comenzaron a deliberar. Ambos cansados, ambos contando muertos a diario, y ambos con un ego más grande que las siete colinas de Roma, juntas…

Pero aquí uno de los dos lados tenía una leve ventaja, y esa ventaja era la esperanza que Camilo llegaría en cualquier momento con sus tropas.

Mientras tanto, quiero que se imagine la ciudad de Roma.

El Circo Máximo, que aun solo poseía gradas de madera, se ha convertido en una morgue temporaria donde el humo no paraba de mostrarle a todo el mundo donde fue que los galos habían decidido a apilar y a quemar a sus caídos.

Era el fin de un invierno extremadamente templado—y como por obra de las diosas Cloacina, que había tapado los desaguaderos de las cloacas de Roma, Poena, diosa del castigo, y Tempesta, diosa de las tormentas, que no causó ni una sola tormenta ese invierno, que congelara o se llevara partes de los cuerpos que se podrían por toda Roma, los galos terminaron sufriendo más que los romanos.

Desde el mercado de reses, al sur del puente de la ciudad, y hasta la Puerta Capena, en la esquina sureste de Roma, todo estaba quemado.

Esta era la Roma, que Marco Furio Camilo estaba a punto de salvar, según la versión que los romanos describieron.

Así es, mientras que Camilo se preparaba para salir de Veyes y marchar hacia Roma, y mientras que los galos y los romanos debatían donde iban a finalizar su transacción, Roma se descomponía con cada día que pasaba.

Y así es, existen dos versiones mayores de todo esto. Vamos con la versión aceptada por historiadores modernos primero.

[…]

 

 

Episodio 26 – Estado de la Unión 390 AC

Los galos entran a la ciudad. Dónde está Lucio? También, una lista de los estados de todos los estados alrededor de Roma, u una lista de cónsules y tribunos militares.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 26 — El Estado de la Unión – 390 AC.

La semana pasada vimos como los galos de Breno llegaron a las puertas de Roma—puertas que nadie cerró…

Esta semana estamos en nuestro episodio 26, lo que significa dos cositas:

UNO – Estamos en nuestro segundo episodio de tipo EL ESTADO DE LA UNION, que ésta vez nos encuentra en el año 390 antes de Cristo,

Y DOS – Estamos a 26 episodios, lo que significa que tenemos medio año de valor acumulado. Un año – 52 semanas; medio año – 26, verdad?

Muy bien. Este episodio, como va a ser un poquito más largo, se va a componer de tres partes principales.

Primero veremos qué andaba pasando en Roma misma. De ahí vamos a ver el mundo de Roma, con un vuelo de águila, al igual que la vez pasada, y por lo tanto iremos alrededor del mundo en el sentido del reloj.

El norte de Italia primero, luego Dalmacia, Macedonia, Grecia, Asia Menor, Siria y la futura Palestina, Egipto, Cartago y África del Norte. De ahí a la península Ibérica, las Galias, y de regreso a Roma, viendo si hay algo importante en las islas del Mediterráneo: Sicilia, Córcega, y Cerdeña. Si alguna región no ha producido algunos cambios grandes, pues esa región no será mencionada en nuestro vuelo de águila, y como un buen ejemplo de esto serían las islas británicas, donde no ha habido cambios de grandes consecuencias para que nos detengamos ahí.

Después iremos a la tercera parte de este episodio donde veremos una breve lista de los gobernantes de Roma—desde el último ESTADO DE LA UNION, hasta éste ESTADO DE LA UNION.

Es decir que veremos una lista de Cónsules, decenviros, y tribunos militares que manejaron los destinos de Roma durante estos últimos 119 años. No todos. Solo los que realmente fueron  importantes.

¿Qué les parece?

[…]

 

 

Episodio 21 – Décadas de Peste y Muerte

Las décadas que siguieron. Décadas tan malas, que miles de romanos murieron, y miles más quisieron morir.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 21 — Décadas de Peste y Muerte.

La Semana pasada vimos la vida de Lucio Quincio Cincinato, y vimos una época cuando Roma se encontraba a un siglo de una nueva grandeza, si bien Roma no lo sabía.

Y Roma no sabía eso por buena razón, porque las cosas no andaban bien en Roma.

Y cuando digo “cosas” me refiero a los siguientes cinco detalles:

UNO – Desde el sur de Italia, caravanas comerciales llegaban con menos y menos frecuencia, y las que si llegaban a Roma, no traían noticias buenas.

Una nueva tribu, bueno, nueva en nuestro podcast, y relativamente nueva para los oídos de los romanos comunes, se empezaba a hacer sentir en lo que hoy conocemos como Campania.

Estoy hablando de la tribu de los Samnitas.

Campania se extiende desde el sur del Lacio y hasta los montes Apeninos en el este. Hacia el sur va hasta las bahías de lo que hoy conocemos como Nápoles, junto al famoso volcán llamado Vesubio.

Una de las peores noticias, como veremos, era la caída de una ciudad llamada Capua, después de un largo asedio, creado por esos Samnitas.

Pero aun no llegamos ahí, así que vamos al punto siguiente.

DOS – El clima ha comenzado a declinar por razones que los romanos no tenían ni modo de entender. Hoy conocemos esto como una ola de variación climática en todo el Oeste de Europa, y que se extendía hasta el centro del mar Mediterráneo.

Si bien científicos hoy tienen un nombre muy definido para esta breve época de caídas de temperatura, en antigua Roma esto fue interpretado como un mal augurio de los dioses que se habían puesto en contra de Roma misma.

Y créanme, cada uno de los ciudadanos de Roma tenía una explicación personal del por qué los dioses abandonaron a Roma.

Plebeyos afirmaban que era porque los Patricios seguían siendo cabeza dura con el tema de la igualdad de derechos entre patricios y plebeyos, mientras que los Patricios culpaban a los plebeyos por el desastre que se iba desatando.

En unos veinte años, el rio Tiber se congelará por primera vez en la historia de Roma, y lo volverá a hacer dos años más tarde.

Esto será suficiente razón para poner a los romanos en un estado perpetuo de pánico.

TRES – Cosechas en la región del Lacio, y en toda la parte meridional de Italia, fallaron dos veces por cinco años consecutivos, entre los años 430 y 400 antes de Cristo.

Dos de estas cosechas fueron tan malas que ni siquiera tierras de pastura le daban alcance al ganado de la región.

Otras cosechas, como por ejemplo la cosecha del año 413 antes de Cristo—si es que podemos creer a nuestras fuentes bibliográficas, parecía que iba a salvar a la población de Roma, prometiendo ser abundante.

Pero, como si a propósito, un mes antes de la cosecha, y mientras toda Roma mantenía un festejo dentro de la ciudad—un festejo dedicado a Vulcano, el dios del fuego, las tierras fueron asechadas por un enjambre de millones y millones de langostas que no dejaron nada que fuese de color verde.

Obviamente, nosotros podemos conectar este punto con la abrupta caída de temperaturas, pero en Roma antigua, todo se conectaba a través de la benevolencia—o la furia, de los dioses.

Nunca antes, en las tierras alrededor de Roma antigua, hubo tantos altares dedicados a la diosa Ceres, diosa de la agricultura, la fecundidad, y de la cosecha.

Cabe añadir aquí, que la palabra cereales, que a menudo tenemos para desayuno, proviene del nombre de la diosa de Ceres.

Ceres – cereales.

CUATRO – Desde Atenas, aún peores noticias llegaron.

Lo que hoy conocemos como la terrible plaga de Atenas fue una virulenta explosión epidémica que afectó a la ciudad-estado de Atenas mientras esa ciudad estaba en guerra con Esparta.

El peor ataque de esa epidemia fue durante el segundo año de la Guerra del Peloponeso, es decir, el año 430 AC.

Un historiador griego llamado Tucídides,

…a ver si pueden repetir este nombre otra vez… Tucídides,

Bueno, este Tucídides escribió acerca de la Guerra del Peloponeso, y por ende, de la Plaga de Atenas. En realidad, ese hombre sobrevivió la plaga, y lo que él nos cuenta viene de fuentes de primerísima mano.

En su libro llamado Historia de la Guerra del Peloponeso, Tucídides describe la llegada de la epidemia, y como comenzó en Etiopía, atravesó Egipto y Libia y luego llegó luego al mundo griego.

La epidemia misma probablemente entró por el puerto de Atenas, llamado el Pireo.

La epidemia brotó en la ciudad, demasiado llena de gente, debido a que los campesinos fueron albergados dentro de las murallas de la ciudad.

Atenas perdió posiblemente un tercio de las personas que se cobijaban tras sus muros.

La visión de las piras funerarias ardiendo hizo que el ejército espartano se retirara por temor a la enfermedad.

La plaga mató a gran parte de la infantería ateniense, algunos de los marinos más expertos y, para colmo de males, mató al líder de Atenas, el famoso Pericles, quien murió en uno de los brotes posteriores en el año 429 AC.

Aquí hay un dato muy interesante:

En el año 2005, se realizó una correlación entre el ADN extraído de la pulpa dentaria de tres dientes recuperados del cementerio Kerameikos en Atenas, y al final de ese estudio de ADN, un conocido patógeno surgió como el culpable de la peste:

La fiebre tifoidea.

Esto significa que gente moría después de una infección de dos a tres semanas de ser expuestos a la bacteria.

Durante la primer semana, le gente sentía escalofríos y altibajos de temperatura, seguidos por tos y un fuerte dolor de cabeza. Fiebre empezaba al quinto o sexto día.

A la segunda semana los enfermos entraban a una fase de fiebre extremadamente alta, seguida por constantes diarreas, y fallas de órganos tales como el bazo y el hígado. Puntos rojos en el abdomen y el pecho indicaban el grado de infección, y me imagino, que cuando la gente tenía esos puntos, ya se entregaba a los dioses.

Al cabo de esa semana, la persona o vivía, o moría, y los sobrevivientes resultaban ser inmunes a futuras infecciones, casi en un 99% de los casos.

Si la persona seguía con malestares durante una tercera semana, muerte generalmente llegaba en la forma de hemorragias internas, y perforaciones intestinales creadas por la duración de la enfermedad y la falta de tratamiento.

En Roma, mientras tanto, y como una nota de al lado, enfermos solían pasar un noche en el templo del dios Esculapio, y si no había lugar en ese templo, tambien iban a otros templos.

La creencia popular era que si dormían una noche dentro del templo, obtendrían un sueño, el cual les daría una interpretación de qué es lo que tenían que hacer para curarse de la enfermedad.

Pero, si no tenían ningún sueño durante esa primera noche, los pacientes solían quedarse hasta tres noches consecutivas en el templo, después de lo cual, los sacerdotes generalmente les decían que se vayan a su casa, porque obviamente los dioses no querían comunicarse con ellos, y los preferían muertos.

CINCO – Si bien muchas fuentes bibliográficas solamente citan el año 441 AC como un año de hambre en Roma, estas mismas fuentes sí admiten que muchas otras hambrunas siguieron.

Los ciudadanos de Roma, si bien tenían cierto acceso a agua, y si bien las cloacas de Roma ya funcionaban de una manera bastante satisfactoria, y si bien la medicina de Roma no era la peor en el mundo de aquel entonces, aquí necesito destacar tres detalles que hicieron lo suyo para agravar la situación de Roma.

Como primero, los romanos en aquel entonces empezaban a construir rutas. Muchas rutas, a otras localidades alrededor de Roma. Esto, por supuesto trajo gente, y gente trae cosas.

Entre ellas, virus.

Algunos virus no hubiesen hecho tanto daño si una combinación de los otros factores, tales como el clima, no hubiesen ocurrido.

Como segundo, este fue el tiempo cuando Roma empezó a utilizar monedas como medio de pago. Si bien los romanos no imprimieron sus propias monedas hasta que lleguemos a la parte de los asedios de las ciudades de Veyes y Fidenas, sí existían monedas en circulación, mayormente provenientes de las ciudades de Grecia Magna.

Y como bien sabemos, monedas pasan de mano a mano, como casi ningún otro objeto en Roma.

Y como tercero, en el norte de Italia se comenzó a producir un efecto de dominó entre pueblos galos y otros pueblos dentro de la parte norte de Italia. Este contacto entre pueblos, cada uno con sus propias infecciones, debilidades, o resistencias hicieron lo suyo para que las pestes de Roma fuesen lo que fueron.

Bien.

Ahora vayamos a nuestro nuevo segmento de El Cuento de Roma, llamado el PODCAST DE LA SEMANA.

Como les conté durante el episodio pasado, cada semana, y por veinte semanas, voy a mencionar un podcast aquí. Un podcast que, tal como el mío, es joven, chiquito, sin muchas pretensiones, y con un buen estilo, y con buenas chances de crecer.

Entonces, el PODCAST DE LA SEMANA de esta semana es “La Vendetta de Remo”.

Repito esto—La Vendetta de Remo.

[…]

Episodio 13 – Estado de la Unión 509 AC

En un episodio especial sobrevolamos a todas las naciones y pueblos que rodean a Roma, y vemos qué pasaba en el mundo en el año 509 antes de Cristo.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 13 — Estado de la Unión – 509 AC.

Este es nuestro primer episodio de El Estado de la Unión, y tal como muchas cosas que sucedieron en Roma por primera vez, este episodio tendrá el honor y el deber de establecer normas, estilos, y otros precedentes para futuras ediciones de episodios de El Estado de la Unión.

Si escuchó el episodio pasado, sabrá que esta semana tendemos un episodio un poquito más largo, y no tendemos el corte usual de la Palabra de la Semana, en Latin.

Así que empecemos ya mismo, porque no tenemos todo el día, y tenemos un vuelo de águila de muchos kilómetros de circunferencia.

Nuestro vuelo de águila va a empezar en Roma misma. Vemos qué pasa en Roma, Etruria, y Grecia Magna.

De ahí vemos las tres islas grandes cerca de Roma. Sicilia, Córcega, y Cerdeña.

Luego vamos para el norte, y cuando lleguemos a los Alpes, vamos a dar un gigantesco círculo en el sentido del reloj que nos llevará por todas las partes que tarde o temprano tendrán influencia en la historia de Roma.

Así que vamos a ver Dalmacia, Macedonia, el Epiro, y Grecia.

De ahí a Asia Menor, y entonces a las tierras de Siria, Palestina, y Egipto, que en ese momento estaban bajo el yugo de los persas.

Entonces nuestro vuelo tomará un rumbo hacia la puesta del sol, hacia Cartago y la costa norte de África, para luego sobrevolar las columnas del Gibraltar, que según la leyenda fueron abiertas, o cerradas por Hércules mismo—dependiendo de cuya versión ha escuchado.

Esto nos llevará de regreso a Europa, donde veremos a los pueblos que habitaban lo que hoy es España y Portugal, y las Galias. Haremos un pequeño desvío para mencionar a las Islas Británicas, y de ahí volveremos hacia Roma, sobrevolando a los pueblos de los Países Bajos y Germania.

Por último, dos tiritos de penal más, puramente honoríficos: India y China.

¿Qué les parece?

Bien. Ahora, Roma.

En el año 509 AC, el dominio de Roma se estrechaba desde el pie de los Apeninos en el este, hasta el mar Mediterráneo en el oeste. Iba desde el rio Tiber en el norte, hasta la ciudad de Capua, en las cercanías de lo que hoy seria Nápoles.

En ese entonces, los vecinos de Roma eran los Samnitas. De ellos vamos a escuchar un montón, más tarde.

Alrededor del comienzo de la república, Roma contaba con unas 130,000 personas, en total.

Pero, aquí cabe la pregunta.

¿Eran los romanos un hormiguero de gente que iban y venían al unisón de los intereses de la ciudad, como una mansa masa, sin voluntad propia?

No, por el contrario.

La Roma de ese entonces ya tenía un tono cosmopolita, y era difícil distinguir por las calles, quien era un romano y quien era un etrusco, o un griego asentado en Roma.

La ciudad hervía con diferentes colores y olores, vestidos y sonidos.

Las calles de Roma estaban repletas de hombres y mujeres, ancianos y niños, esclavos y nobles, gladiadores y soldados, profesores y mendigos, y todo el mundo solamente se preocupaba de su propio bienestar, y solamente luchaba por control, o por la libertad del control ejercido por otros.

Roma tenia mercaderes y maestros, trabajadores y vagos, gente de literatura y gente iliterata, prostitutas y vírgenes vestales, deudores y colectores de deudas, gente que se despertaba con el sol y gente que se iba a dormir a esa hora.

Las dos diferentes clases sociales más numerosas de Roma nunca se ponían de acuerdo en nada, y si bien la nueva república aparecía como la solución a todos los problemas de Roma, para la gente de las clases más bajas, la diferencia entre tener un rey o tener un cónsul, era igual a cero.

Prontamente Roma se verá entroncada en revueltas y huelgas, y luchas internas entre aquellos que tenían el poder, y aquellos que no lo tenían y consideraban que se lo merecían.

Miles de plebeyos, especialmente aquellos que se habían enriquecido durante las generaciones, lloraban en las plazoletas y los fórum, demandando justicia y el derecho al voto, o a un voto más de acuerdo a las realidades numéricas de Roma.

Pero esos mismos plebeyos se hubiesen rebelado totalmente si el gobierno hubiese decidido darles esos mismos derechos a las mujeres, o a los esclavos, o a los inmigrantes.

Esta última capa de la sociedad, presente pero ignorada, no tenía ni voz ni voto, pero sostenía el futuro de Roma.

Imagínese a los blancos pobres de los EEUU en el tiempo de antes de Lincoln, y lo que hubieran hecho si el gobierno les hubiese dado más derechos a mujeres, esclavos e inmigrantes.

 Y fíjese que la tal llamada democracia de Roma no era un acto de restricciones al estilo de las democracias de hoy, donde es posible impugnar a un presidente, o botar a un primer ministro de su oficina.

No. Aquí no se trataba de limitar el poder que un cónsul ejercía. Los poderes de un cónsul no diferían en nada del poder que los reyes tenían antes.

La diferencia era que al cabo de un año, el cónsul tenía que devolver ese poder.

Punto y aparte, y así de simple.

La otra característica de Roma era que cuando amenazas aparecían por el horizonte, todas las diferencias entre patricios y plebeyos se esfumaban, y todo el mundo se unía a la defensa de la patria. Los ricos, porque de ellos eran las tierras. Los pobres, porque en cualquier otro sitio, estarían en cadenas por haber perdido la batalla. O peor aún.

Pero apenas esa amenaza desparecería, las dos partes reanudaban con sus rencillas y peleas, en el lugar exacto donde habían parado la música, antes de ir a defender Roma.

Veremos mucho más de las dos clases sociales de Roma muy pronto, pero cabe decir que la gran mayoría de los romanos, y cuando digo gran mayoría, estoy diciendo más del 90% de la población, no vestían togas, no iban al teatro, y no comían de platos de cerámica hechos en Grecia.

Roma cambió mucho en los 250 años de su existencia. De un pueblo de pastores y ladrones que no tenían ni libros ni comercio, se convirtieron a un pueblo de agricultores y terratenientes, que tenían libros, comercio, y un ejército extremadamente disciplinado.

Para darles una perspectiva del tiempo, quiero decirles esto antes de echar a nuestra águila a volar:

Los romanos de aquel tiempo sabían perfectamente de las leyendas de Eneas, y su llegada a Italia, y de todas las historias de Albalonga, y todo eso.

Pero eso era algo que pasó hace siglos. En un podcast, esto se escucha como un cuento, pero aquí hay un gran precipicio. Un precipicio de siete siglos, entre Eneas y la república.

Los romanos hablar de Albalonga, es como nosotros hablar de La Española, el primer asentamiento fundado por Colón. El tiempo pasó, y el mundo cambió.

Y ahora veamos cómo exactamente cambió ese mundo.

Etruria.

De Etruria vamos a escuchar mucho más en el futuro cercano, así que aquí solamente quiero destacar dos cosas que vienen a la mente, cuando hablamos de las relaciones entre Roma y Etruria. Si bien existían rutas y envíos oficiales entre las ciudades etruscas y las localidades romanas, la relación siempre fue una relación comparable a la Guerra Fría de nuestro siglo pasado.

Un enorme porcentaje de la populación romana era de origen etrusco, y las culturas y los pueblos se entremezclaron tanto que era difícil distinguir entre los dos.

Las lenguas no se parecían, y eso si marcaba una línea muy clara en la arena.

El idioma Latin todavía estaba en su época de desarrollo—sintácticamente hablando, pero aun así, los etruscos lo hablaban con un acento bien pesado, mientras que la gran mayoría de romanos no hablaban el etrusco, a no ser que eran mercaderes que iban y venían entre las dos regiones, y a no ser que eran miembros de familias bilingües.

Tambien puede imaginarse algo como Alemania y los EEUU, hoy.

El 99% de los alemanes y austríacos habla inglés perfectamente, pero se los reconoce en menos de un minuto cuando abren la boca.