Episodio 61 – La Batalla de Beneventum

No es el fin de Pirro, pero sí es el fin de las guerras pírricas, en cuanto a Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 61 — La Batalla de Beneventum.

Primeramente, quiero contarles que mi ausencia de cinco semanas no se debió a una sola razón, sino a la combinación de tres razones principales.

Estoy hablando de tres eventos que, si hubiesen estado aislados, no hubieran causado ningún tipo de interrupción en nuestro podcast, pero al unirse — pues, crearon lo que algunos llaman la tormenta perfecta.

Pero — para no desperdiciar tiempo con estos eventos de índole personal, simplemente les quiero dar a saber que en el sitio de patreon podrán leer lo que nos está sucediendo aquí, en China, y el por qué de toda esa demora.

Repito esa dirección: www.patreon.com/elcuentoderoma y ahí simplemente busquen el capitulo llamado

“LA TORMENTA PERFECTA”

Ahora…

Lo que sí quisiera mencionar aquí, son cinco cositas que sucedieron durante estas cinco semanas (que estuve alejado del micrófono), y que sí considero importantes como un análisis, de la historia de Roma.

Entonces.

UNO — En España, un nuevo gobierno. Un nuevo Primer Ministro. Mariano Rajoy ya no está, y ahora, un hombre llamado Pedro Sanchez está a cargo de los quehaceres en el Palacio de Moncloa. Y por supuesto que no voy a entrar en detalles de eso, cada uno de vosotros sabéis de qué lado estáis, y no hace falta que yo le vaya metiendo mas leña al asado de política global.

Ya bien “asado” está el asado global, me parece.

En punto de lo que quiero decir es que cambios vienen apareciendo en el horizonte por todos lados. Grandes cambios. Para bien o para mal, eso lo veremos, mas pronto de lo que queremos verlo. Alemania. El Reino Unido. China. Russia. Francia. Todo el mundo.

Y, por supuesto, España no es la excepción. Es como si las placas tectónicas del mundo entero, se hubiesen tragado píldoras de esteroides, y ahora, andamos a mil por hora.

Como otro ejemplo, esta ultima semana, un barco llamado Aquarius, con unos 800 refugiados de Africa ancló en Valencia, después de que el gobierno de Italia — otro gobierno nuevo, les prohibió tocar la costa italiana.

Me pregunto si los romanos hubiesen podio hacer eso con los buques de Pirro…

DOS — En Guatemala, muchísima gente sufrió a causa de la naturaleza, que decidió mostrar su fuerza en la forma de fuego.

Así es, el volcán — aptamente llamado, el Volcán del Fuego, tuvo otra erupción durante estas ultimas cinco semanas, y muchas almas perdieron sus cuerpos.

Ubicado a solo 18 kilómetros de Antigua, este volcán supo tener numerosas erupciones durante los tiempos de la conquista de America.

Este ultimo 3 de Junio, al menos 100 personas fallecieron, y unas 2,000 personas, todavía no sabemos dónde están.

Por su lado, Roma tambien tendrá su propio desastre volcánico, y solo estamos a un poco más de tres siglos de eso.

TRES — El presidente de los EEUU y el dictados de Korea del Norte decidieron verse las caras, en lo que ahora es la famosa Cumbre de Singapur.

Y aquí hay que no olvidarse que ese mismo Presidente de los EEUU, al mismo tiempo, decidió iniciar una guerra de tarifas económicas, hasta con las naciones que — históricamente hablando, son aliados y amigos.

A modo de comparación, eso sería algo así como si Caligula, o Nerón, o el emperador Cómodo, hubiesen decidido ir a ver al emperador o rey de algún reino bien pequeño, en una ciudad un tanto neutral, para mantener una cumbre.

Y — por supuesto, la gran noticia no sería el hecho, de que ese reino (bien chiquito) representaba algún peligro directo para Roma, sino que ese reino, estaba perfectamente alineado con las agendas políticas de enemigos de Roma, digamos — el Imperio de los Partos.

Obviamente, la Cumbre de Singapur provocó olas de repercusiones por todo el mundo, pero eso no sería nada si no fuese por el punto siguiente.

CUATRO — Mientras toda esa farsa sigue capturando nuestra atención diaria, otras cosas más importantes se nos escapan de la mente.

La crisis de Venezuela — sigo sin entender como eso pudo haber pasado. Yo estuve tantas veces en Caracas y en La Guaira en los ’90, y Venezuela era como una superpotencia en materias primas, recursos naturales, y hasta en libertades civiles y derechos humanos.

Luego, tenemos la aparente e inminente caída económica de Argentina, que ya muchos analistas vienen anunciando como algo imposible de evitar en un futuro muy cercano.

[…]

 

Episodio 49 – Manio Curio Dentato

La vida y muerte de Manio Curio Dentato, un plebeyo que resolvió el problema de los samnitas, de Pirro de Epiro, y de los Lucanos y Brutios, allá en el sur de Italia.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 49 — Manio Curio Dentato.

No es fácil blandir un arma, mirar al enemigo a pulgadas de distancia, moverse de un lado a otro, esquivar su arma, y ver sus músculos contraerse, cuando tu espada finalmente logra entrar en el cuerpo del otro.

No es fácil ir a una batalla, enfrentarse a enemigos en una batalla, matar a otros seres humanos en una batalla, y luego vencer — o perder la batalla.

Y — en el caso de una victoria, luego volver a Roma, y continuar con una vida cotidiana, con la familia y los niños en la casa — como si nunca, nada hubiese pasado.

Es difícil — y más aun, la primera vez.

Y ahora necesito desviar la atención de mis oyentes de la batalla o de la vuelta a casa, y quiero que se pongan a pensar en los momentos después de la batalla, y antes de la vuelta a Roma.

Porque esto — obviamente, no es un juego de video, que se apaga apretando un botón, simplemente porque nos llaman a comer, o porque la pizza llegó, y están tocando el timbre.

Qué hacían esos legionarios entre nuestros dos puntos — la batalla, y la reanudación de sus vidas normales?

Pues, creo yo, que — más que nada, trataban de borrar la batalla de su mente, para así poder continuar esa vida cotidiana — en casa.

Y para eso, hacían falta estímulos — tales como alcohol, mujeres, juegos, y mas peleas.

Y cuando esos estímulos se nos van de la mano, cosas nefastas suceden.

Según fuentes no confirmadas, soldados romanos robaron, pillaron, e hicieron lo suyo en la ciudad de Aquilonia, después de que Espurio Carvilio Máximo les dió soltó las riendas a sus legionarios.

Muchas viudas de Aquilonia y aldeas vecinas a Aquilonia, no solo tuvieron que enfrentarse a la realidad de que ahora eran viudas, sino que — encima de eso, unos brutos y malolientes legionarios venían por ellas.

Sin siquiera un baño, y como buitres salvajes, esos guerreros no veían otra forma de sacarse de encima la furia, la memoria, y la adrenalina de los acababan de hacer.

Sobrevivir una batalla.

Al fin y al cabo, esto es lo que nos separa de animales — quienes pelean, cazan, o se enfrentan, por el instinto de la naturaleza, la necesidad de procrear, o simplemente hambre.

Y cuando — en nuestra saga familiar, nuestros muchachos se vieron con esa parte de la guerra, por supuesto que cayeron en la dulce trampa, que les fue ofrecida.

Hasta Espurio Atio, ya un veterano de la Batalla del Sentino — y no llevando una vida muy feliz con la hija de los Furnios, decidió que era hora de bailar — bailar entre comillas, y se fue al enjambre.

Prostíbulos y casa comunes, escuelas y negocios, nada estaba fuera de lo permitido, y creo que los únicos dos lugares donde las mujeres de Aquilonia se podían sentir un poco mas seguras, era en templos y túneles secretos.

Pero… con tanta fiesta, a los muchachos no les fue bien.

Y cuando los muchachos volvieron a Roma, con todo lo que trajeron — y contrajeron, de Aquilonia, les fue peor aun.

[…]

 

Episodio 38 – Los Primeros Gladiadores

Parte dos de la derrota de los romanos frente a los samnitas en las Horcas. Y tambien, un homenaje a aquellos primeros gladiadores de Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 38 — Los Primeros Gladiadores.

Si el tema del episodio pasado fue clausura, el tema de este episodio es la vergüenza.

Así es. El episodio pasado tuvimos la clausura de las guerras latinas, la vida de Decio Mus, pueblos varios en Italia, y en nuestra saga familiar, la muerte de Marco el Gladiador, Marcia, y Aeliana.

En este episodio, el tema es vergüenza y humillación, y ya veremos por qué.

En Roma, primero llegaron noticias de que el ejército romano había sido atrapado en las Horcas Caudinas.

No sabiendo aun los detalles de lo que pasó, el Senado romano inmediatamente comenzó a llamar a gente para formar un ejército nuevo, creyendo que enviando a más tropas se resolvería la situación.

Pero, menos de una semana más tarde llegaron noticias nuevas a Roma, y la ciudad entera sintió la humillación del evento.

Las legiones romanas se habían rendido a Cayo Poncio, y estaban de regreso a la ciudad.

Como pudo suceder eso es lo que vamos a ver ahora, pero basta decir que las tropas romanas sintieron tanta vergüenza por haberse tenido que rendir, que nadie habló por los tres días de marcha entera, entre las Horcas Caudinas y Roma.

Y en Roma, el pueblo sintió tanta vergüenza que ocasiones festivas tales como matrimonios fueron declarados prohibidos por un año entero. En el Senado romano, los senadores y demás magistrados se negaron a vestir sus coloridas togas de franjas púrpura y en vez de eso, iban al senado vestidos con las túnicas más comunes que poseían.

[…]

Entonces, Cayo Poncio les leyó las condiciones, a saber:

UNO — Todos los romanos entregarían todas sus armas, escudos, yelmos, sandalias, y demás pertenencias a los Samnitas. Solo se podían quedar con un articulo de ropa.

DOS — Todos los romanos pasarían bajo un yugo construido con tres lanzas o jabalinas romanas, dos de ellas clavadas en la tierra, y la tercera unida a las dos, actuando como un arco. Ese arco sería tan bajo, que hasta los romanos de baja estatura tendrían que inclinarse hacia adelante para poder pasar bajo el yugo, en una vergonzosa posición de rendición.

TRES — Todos los romanos tendrían sus manos atadas detrás de sus espaldas, y permanecerían maniatados hasta que los Samnitas los dejen ir, una vez que las demás estipulaciones se hayan cumplido de manera satisfactoria.

CUATRO — Los romanos jurarían en el nombre de sus dioses que abandonarán todo tipo de ataques directos al pueblo de los Samnitas por un periodo de cinco años, bajo perjurio divino si ese juramento fuese quebrado.

CINCO — Los 600 oficiales ecuestres se quedarían como rehenes con los Samnitas.

[…]