Episodio 20 – Lucio Quincio Cincinato

En este episodio terminamos con la tortura de los hombres que crearon aquellas Doce Tablas, y vemos la vida y muerte de un personaje único en la historia de Roma: Cincinato. Tan único que los americanos compararon a George Washington con él.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Dalian, Sur de Manchuria, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 20 — Lucio Quincio Cincinato.

“¡Marcia! Cuando padre te dijo lo que le pasó a tu mamá, ¿te dijo lo que un tal Apio Claudio hizo?”

“¿A mamá?”

“No, no a mamá. No le hizo nada a mamá, personalmente. Sino en general, en Roma.”

Marcia y Tía Julia se quedaron hablando hasta tarde esa noche, algo muy inusual en Roma antigua, donde la gente—especialmente los plebeyos, se iban a dormir antes de la puesta del sol, y se levantaban antes de la salida del sol.

Tía Julia le contó la historia de los malvados decenviros, esos diez hombres elegidos por el Senado, y como se entre ellos se pusieron de acuerdo a no devolver el poder al Senado de Roma, después del plazo vencido de un año.

En realidad, Roma necesitó de dos años para que esas tablas fuesen escritas y pulidas, porque cada pedacito de esas leyes era suficiente razón para que los Patricios, especialmente los Patricios viejos, se juntaran en los foros y discutieran ese pedacito de ley.

Y así, artículo por artículo.

Para cuando sí terminaron de escribir las Doce Tablas, y antes de que los plebeyos se dieron cuenta del truco metido dentro de la Tabla Once que mencionamos en el episodio pasado, Apio Claudio—el principal de estos diez decenviros, ya se había embriagado tanto del poder que ostentaba, que ni pensaba devolvérselo al Senado.

Además, ese mismo Apio Claudio, un buen día, mientras estaba caminando por las calles entre el Palatino y el Capitolino, vió a una muchacha trayendo agua de una fontana pública. Sin dudarlo por un minuto, Apio la siguió de cierta distancia, y así se hizo de la dirección de la muchacha.

Se juró que la tendría, pero pronto de enteró que la muchacha—si bien de origen plebeyo, no era una esclava, sino que provenía de una familia bien destacada de Roma.

Tambien se enteró tanto el hermano mayor de la muchacha, como el padre habían sido distinguidos con medallas de honores durante las recientes batallas, defendiendo a Roma.

Al parecer, eso no le hizo cambiar de idea, y Apio decretó que la muchacha era una esclava escapada.

“Marcia, tienes que saber que antes de que las tablas aparecieran en Roma, si una muchacha era acusada de ser una esclava, primero la arrastraban al palacio para interrogarla, y luego la mantenían en prisión por un mes.”

Marcia sintió que la respiración se le quebraba. Finalmente se atrevió a preguntar.

“¿Y durante ese mes…?”

“Marcia, ni pienses en eso.”

“¡Apsit!” Marcia se contenía el rostro con ambas manos en horror.

“Si, querida. Apsit, y que dios Esculapio, el dios de la medicina, lo castigue.”

Música para la PALABRA DE LA SEMANA

Y este es el mejor momento de dar un salto a la palabra de la semana. La semana pasada tuvimos la palabra APSIT.

Apsit es una interjección, algo que la gente dice sin siquiera pensarlo. Hoy en día, tenemos cientos—si es que no miles, de interjecciones dependiendo de la situación. Algunas de las más conocidas en castellano serian “Dios Mío,” o “a la—con tres puntos suspensivos,” donde la persona agrega cualquier otra palabra en lugar de los puntos suspensivos.

Por supuesto que yo podría agregar aquí un montón de ejemplos, y hasta hacer un recuento cuales palabras son más usadas por los hispanoparlantes de Miami, o en Argentina, o en España, o en Méjico, pero eso violaría las reglas de lenguaje apto para todas edades de este podcast, así que lo voy a dejar con los tres puntos suspensivos, ¡y ya!

En ingles, la interjección mundialmente más conocida que sería un buen equivalente de lo que nuestra Marcia siente, seria obviamente “Oh My God,” la cual se ha difundido tanto por el mundo gracias al internet y a la globalización del planeta, que no necesita traducción alguna. Hasta los chinos entienden “Oh my God.”

Las letras O-M-G son igualmente famosas en el mundo entero, tal vez ubicadas en el segundo puesto, después del súper-famoso L-O-L.

Pero bueno, volviendo a “APSIT” y al verdadero significado de esa palabra—o frase en Latin, lo que apsit realmente significaba era algo como “que Dios no permita algo así de suceder,” o “que Dios prohíba esto.”

Y ahora, vamos a la Palabra de la Semana de esta semana. La Palabra de la Semana de esta semana es…

¡No, no, no, no, no! ¡Nada de Latin!

¿Cómo dijo?

Así es. Aquí les tengo que dar una pequeña novedad con el tema de la Palabra de la Semana en Latin!

La semana que viene no vamos a tener LA PALABRA DE LA SEMANA. De hecho, por las siguientes veinte semanas no vamos a tener este segmento de nuestro podcast, y en lugar de esto voy a insertar un PODCAST DE LA SEMANA, donde voy a dedicarme a recomendar a otros podcasts en castellano, y que tambien tienen de que ver con historia antigua, o con la historia de Roma.

Yo ya tengo bien decidido a quien voy a mencionar durante el episodio que viene, y el episodio 22, como es una episodio de Biografía, no tenemos ningún tipo de segmento de este tipo.

Pero, después de eso—o sea, después del episodio 22, y hasta el episodio 40, estoy abierto a recomendaciones de vosotros, mis queridos oyentes.

Si sabéis de algún podcast que trata de historia antigua, y que lo hace en un buen sentido de la palabra, es decir, sin incluir vulgaridades, racismo o palabras obscenas, por favor déjenme un comentario con vuestra recomendación, y yo lo voy a analizar, y me voy a poner en contacto con el dueño de ese podcast.

Luego, lo voy a incluir en mi mención del PODCAST DE LA SEMANA.

Repito, las tres condiciones son:

UNO – Que el podcast trate de historia antigua.

DOS – Que sea apto para cualquier persona. Sin racismo, sin palabras malas, u otras locuras de esa índole.

TRES – Que no sea uno de esos podcasts gigantes, lo que en ingles llamamos un “800 pound gorilla.” Esto simplemente porque prefiero dar a conocer otros podcasts como el mío. Pequeños, humildes, bien diseñados, y con chances de crecer.

Ah, y por supuesto, que el podcast sea en castellano.

En cuanto a este PODCAST DE LA SEMANA, como siempre, podrán ver la recomendación listada en mi sitio web que se encuentra en elcuentoderoma.com, o pueden esperar hasta el episodio que viene, y escuchar a quien decidí mencionar.

Demás está decir, que la persona mencionada lo sabrá de antemano, puesto que me pondré en contacto con esa persona.

He disfrutado enormemente con este podcast hasta aquí, y las comunidades de IVOOX, ITUNES, y estaciones de radios como por ejemplo, La Calavera Podcast de México, y muchas otras me han tratado maravillosamente, en los cuatro meses que llevo haciendo esto.

Y creo que es hora de devolverle a la comunidad, y a mencionar a otros podcasts talentosos—de hecho, más talentosos que yo, aquí en EL CUENTO DE ROMA.

Así que ya saben, desde el episodio 21, y hasta el episodio 40, en vez de la PALABRA DE LA SEMANA, tendremos EL PODCAST DE LA SEMANA.

[…]

Episodio 19 – La Batalla del Monte Álgido

Esta vez no peleamos en contra de latinos. Esta vez, los peligrosos Ecuos le dan lucha a Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Dalian, Sur de Manchuria, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 19 — La batalla del Monte Álgido.

Así, es—éste es el primer episodio no enviado al aire desde Pekín, China—desde que empecé a grabar este podcast.

Estoy en una ciudad portuaria y balnearia llamada Dalian, que queda en el sur de lo que comúnmente conocemos como Manchuria, y lo que los chinos describen como su “noreste” o DongBei.

Estoy aquí por una semana de vacaciones, y si bien he escrito el episodio en Pekín, y mucho antes de llegar a Dalian, el episodio va al aire mientras me estoy tomando un respiro del agobiante calor del verano de Pekín.

Como una nota al lado, me estoy dando cuenta que hacer un podcast en episodios semanales tambien cumple la función dual de ser una especie de diario personal, para mí.

A medida que mi hija crezca, y a medida que cosas sucedan en mi vida privada, el podcast continua.

Pero a veces esas cosas van a rebalsar y se van a meter dentro de los episodios, como si fuese agua rebalsando de un vaso demasiado lleno, expandiéndose sobre la mesa.

Música para la PALABRA DE LA SEMANA

Vayamos rápidamente a la palabra de la semana. La semana pasada tuvimos la palabra MUNDUS.

Y quiero hacerlo muy rapidito hoy, porque tenemos demasiado material que cubrir hoy, así que la palabra MUNDIS puede significar cinco diferentes adjetivos, y tres diferentes sustantivos en castellano.

Veamos los adjetivos primero.

UNO – lindo, o bello.

DOS – Bien organizado, en el sentido de que algo no está en un estado de caos, o lío.

TRES – Limpio, o puro. Como un ejemplo de pureza: el vino romano, antes de ser aguado.

CUATRO – Elegante.

Y CINCO – Delicado o refinado. En este caso se trata de algo que no es rudimentario, bruto o simple. Una ley podía ser refinada. Un asunto de estado podía ser delicado si el resultado de ese asunto dependía de demasiadas condiciones, las cuales eran difíciles de llevar a cabo.

Ahora, los sustantivos:

UNO – mundo.

DOS – universo.

Y TRES – ornamento o decoración, y aquí nos referimos a una decoración llevada por una mujer.

Bueno, con todos estos significados, finalmente llegamos a la Palabra de la Semana de esta semana.

La Palabra de la Semana de esta semana es APSIT, pero les debo aclarar que apsit es una frase de una sola palabra, más que una palabra en sí.

Entonces: A – P – S – I – T   

Como siempre, puede ver el significado de la palabra ya mismo en mi sitio web que se encuentra en elcuentoderoma.com, o puede esperar hasta el episodio que viene.

[…]

Episodio 18 – Las Doce Tablas

Finalmente, las leyes se pueden leer, tocar y aprender de memoria. Y esto es exactamente lo que tanto analfabetos como abogados hacen en Roma. Se aprenden las doce tablas de leyes romanas.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 18 — Las Doce Tablas.

La semana pasada vimos como la instalación de un nuevo cargo en la republica de Roma: el Tribuno plebeyo.

Tambien les recordé de un general romano, en mi opinión personal, un general cobarde, llamado Cayo Marcio Coriolano, y vamos a ver los que ese hombre hizo en el año 491 AC.

Pero primero vamos a ver el panorama general de Roma, ahora que Roma venció a los latinos, y ahora que supuestamente Roma no tenía que tener problemas, ya no más.

Bueno, si piensan así, se equivocan. ¡Los problemas de Roma están por empezar!

Como un cuadro muy general, Roma ahora estaba rodeada de tres enemigos.

Los etruscos al norte, con la ciudad de Veyes como su protagonista principal.

Los terribles volscos al sur, y los ecuos al este, donde empiezan las colinas.

La mayor diferencia entre los etruscos y los otros dos enemigos era que los etruscos formaban parte de una civilización propiamente dicha, tal como Roma.

En otras palabras, Roma sabía cómo pelearlos, y sabía cómo hacer la paz después de una guerra, y tambien cómo mantener relaciones comerciales con ellos.

Pero los volscos, y los ecuos, esas eran tribus, que no se adherían a los métodos de Roma.

No peleaban en falanges, no se atenían a contratos escritos, y solo reconocían una fuerza. La fuerza de la espada.

Pronto veremos cómo éstos volscos se convertirán en el peligro más grande de Roma por un largo rato, hasta que los Samnitas (la gente que vivía en la parte más alta de los Apeninos), hagan su aparición dentro de unos cien años.

¡Vaya, los Volscos!

[…]