Episodio 60 – Alianza con Cartago

Roma y Cartago firman tratados. Pirro se pasea por Sicilia, y finalmente falla en la conquista de una ciudad llamada Lilibeo. Luego, regresa a Italia.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 60 — Alianza con Cartago.

Hoy vamos ver — mas en detalle, los tratados entre Roma y Cartago, en los tiempos de las guerras Pírricas.

Durante nuestro Episodio pasado vimos como Pirro termina conquistando las ciudades de Tauromenio, Catana, y muchos otros poblados entre esas localidades y Siracusa.

Y luego vemos como los cartaginenses, a pesar de tener superioridad numérica, deciden retirarse de Siracusa y abandonar el asedio a esa ciudad.

Pirro se había convertido en una máquina

que arrasaba con todo lo que se le enfrentaba,

y quizás,

eso fue la causa del error de juicio

mas grande que Pirro cometió,

en toda su vida.

Hoy, vamos a ver eso.

Tras ocupar Siracusa, Pirro se fue a Leontini.

Ocupó Leontini sin lucha alguna.

Después se dirigió a Agrigento, que en ese entonces se llamaba Akragas.

Ahí encontró con Sóstrato, nuevamente.

Sóstrato — en una ceremonia bastante elaborada, le regaló una treintena de villas y pueblos a Pirro, como territorio personal del nuevo rey de Sicilia.

Ahí, Pirro obtuvo 8,000 infantes más, y unas 800 unidades de caballería.

De ahí, salió para el oeste.

Y apenas salió, otra noticia buena…

Resulta que los ciudadanos de una localidad llamada Enna habían degollado a la totalidad de la guarnición cartaginesa, y esperaban a Pirro, para aliarse oficialmente con él.

Con los refuerzos conseguidos, el ejercito de Pirro ahora tenía mas de 30,000 soldados de infantería, 2,500 de caballería, y sus casi 30 elefantes. Dos elefantes, habían nacido en Sicilia misma, y eso era un evento que nadie en Sicilia, jamás había visto, antes.

Bueno.

Después, lugares como Selinus, Segesta, y otras ciudades seguían cayendo bajo el dominio de Pirro.

Los mercenarios de Cartago, ya sabiendo del desastre que los elefantes podían causar, seguían retirándose, a medida que Pirro avanzaba.

Pero a medida que venían retirándose, la gente local de los pueblos por los que pasaban, los venían persiguiendo y matando.

Las bajas púnicas eran numerosas, a pesar de que — por meses, no hubo batallas campales.

Bueno.

Antes de ver el error garrafal de Pirro de Epiro — algo que realmente pudo haber cambiado la historia de Roma entera, y quizás la historia del mundo, vayamos rápidamente a nuestro segmento de la Palabra de la Semana, en Latin.

[…]

 

Episodio 59 – El Sitio de Siracusa

Pirro de Epiro abandona Italia. Y por tres años, todos los frentes de batalla, lo siguen a Sicilia. Pirro libera Siracusa.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 59 — El Sitio de Siracusa.

El viento, tan omnipresente en Tarento, desapareció — y Pirro sentía el calor y la presión del aire, a pesar de que ya era de noche.

Reclinado en una hamaca, Pirro pensaba en Sicilia, y todo lo que sucedió en estos últimos dos meses.

La desastrosa victoria en Ásculo.

La pérdida de tres de sus mejores amigos, en esa misma batalla. Sobre todo, porque esos amigos tambien eran tres de los mejores oficiales que Pirro tenía.

En realidad, Pirro perdió mucho mas que tres de sus oficiales. Y reemplazarlos era imposible, porque su patria se encontraba en problemas con invasiones gálicas.

Así es — los Galos, otra vez.

Bajo el comando de un tal Breno, galos avanzaron desde Europa Central hacia Macedonia, Grecia, y Asia Menor.

Y no estoy hablando de aquel Breno que destruyó Roma, allá por el año 390 AC.

De este Breno — vamos a hablar en unos minutos.

Y mientras Pirro navegaba por el mar de su vida en su mente, una muchacha que estaba a su lado, comenzó a acariciarlo, quizás recordándole que ya era muy de noche, y que a la mañana siguiente, había mucho que hacer.

Pero Pirro no tenía ganas de dormir.

O de devolverle la atención prestada, a esa muchacha. 

Al final y al cabo, Lanassa era tanto mejor. Y tanto mas hermosa.

A pesar de que Lanassa odiaba a Pirro por mantener un estilo de vida que hoy conocemos como poligamía, Pirro siempre pensó que Lanassa — hija de Agatocles de Siracusa, era la mejor de sus esposas.

A pesar de su carácter explosivo.

A pesar de que se fue a dormir con el enemigo de Pirro, años mas tarde.

A pesar de que tambien se llevó consigo su dote, el día que se fue. La isla de Corcira.

Lanassa abandonó a Pirro, diciendo que él le prestaba mas atención a sus mujeres de origen bárbaro, que a sus mujeres de raza refinada.

Así es.

Lanassa era mejor que Antígona de Egipto, la primera de sus esposas, quien — según historiadores, había muerto dando a luz.

Y Lanassa era mejor de Bircena de Iliria, quien le había dado al hijo, que ahora lo acompañaba en Italia. En realidad, Pirro nunca amó, o quiso a Bircena. Ella solo representaba una necesidad diplomática, con los fuertes Ilirios.

Al parecer, Lanassa, tenía un poder mágico sobre la mente de Pirro. En total, Pirro tuvo cinco.

Y — por supuesto, Lanassa era mucho mejor que esta muchacha de origen desconocido, sentada a su lado, y que no paraba de provocarlo con suspiros y caricias.

Golpes en la puerta arrancaron a Pirro de sus meditaciones.

[…]