Episodio 80 – La Guerra de los Mercenarios

La guerra más cruel de la historia, según Polibio. Así es — la guerra donde nadie tomaba prisioneros.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 80 – La Guerra de los Mercenarios.

Esto es lo que vamos a ver en nuestro Episodio de hoy:

Primero, un breve análisis de lo que vimos en los últimos 12 episodios, es decir, DESDE la batalla de Mesina.

Luego, el recuento de lo que pasó después del 11 de Marzo del año 241 AC, es decir, un día DESPUÉS de la victoria de Cayo Lutacio Cátulo. Ahí también vamos a ver las condiciones, del tratado de paz, entre Roma y Cartago.

Tercero, una breve (muy breve) descripción de los mercenarios mismos, ahora que habían perdido en Sicilia.

En cuarto lugar, nuestra Palabra en latin. Ab asino lanam.

Luego, el famoso discurso de Hannón el Grande, frente a los mercenarios, en las afueras de una ciudad llamada Sicca Veneria, hoy conocida como El Kef.

Y por ende, el comienzo de la guerra de los Mercenarios.

Después, un plan general de esa guerra, como lo hicimos antes de la Primera Guerra Púnica, allá en nuestros episodios 69 y 70.

En séptimo lugar, las batallas.

Así es — hoy veremos las cuatro primeras fases, o encuentros de esa guerra. Brevemente, porque esto no es un podcast de Cartago, pero sí en suficiente detalle, porque esto sí es el episodio de la “Guerra de los Mercenarios.

Así que — hoy — la Batalla de Útica — la Batalla del río Bagradas — la victoria de Amílcar junto a Naravas — y el asedio a Cartago.

Y después de eso, como ya es costumbre — música de cierre, y saludos personales.

Ah! Y voy a tener un anuncio importante para oyentes que nos escuchan por Podomatic.

Bueno.

Como se van a dar cuenta, en este Episodio no vamos a quedarnos solamente en Cartago, y darles todo lo que pasó entre el 241, y hasta el 237 AC.

No!

En lugar de ello, vamos a avanzar mas o menos hasta la mitad de esos eventos, pero cubriendo tanto Cartago como Roma.

De esa manera, en nuestro próximo Episodio, no tenemos que andar saltando de regreso al 241, y estar confundiendo a todo el mundo con fechas.

Para aquellos que están un tanto confundidos ahora, yo tengo dos opciones:

Opción uno es:

En este Episodio: hablar de Cartago, y ver todo lo que pasó, entre hoy, y el 237.

Y en el próximo Episodio: volver al 241 para hablar de Roma, y ver todo lo que pasó ahí, entre hoy, y el 237.

Ahora — opción dos es así:

En este Episodio: Ambas, Cartago y Roma, desde el 241 y más o menos hasta el 239.

Y en el próximo Episodio: Ambas, Cartago y Roma, desde el 239 y hasta el 237, incluyendo la llegada de Aníbal a la península llamada Hispania.

Bueno — yo elegí opción DOS.

En realidad, cuando tengamos que seguir dos o mas cronologías en el futuro, yo casi siempre voy a optar por seguir eventos de esta manera.

Entonces SÍ — comencemos este episodio.

[…]

 

Episodio 57 – Los Elefantes de Pirro

La derrota de los romanos en Heraclea, en una batalla que será el precursor de la frase mas famosa de Pirro de Epiro, en toda su vida.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 57 — Los Elefantes de Pirro.

Esta semana tuvimos otro 21 de Abril.

Y el 21 de Abril, es el cumpleaños de Roma.

Y tambien es el cumpleaños de “El Cuento de Roma,” es decir — el 21 de Abril del año pasado lanzamos este podcast en iTunes.

Claro que comencé a escribir y grabar, y diseñar, y sobre todo — planear todo eso, mucho antes, eso ya lo saben si escucharon nuestro Episodio 50 — Feliz Cumpleaños.

Pero, hoy hace un añito que este podcast anda por iTunes, iVoox, y otros lugares. Y esto hace sentido, porque bueno — un año tiene 52 semanas, y ahora estamos a 57 episodios.

Y eso tiene sentido, porque a la hora de lanzar el podcast, publiqué 5 episodios juntos.

Entonces, 52 + 5 = 57.

Ya. Feliz Cumpleaños Roma, y feliz cumpleaños, El Cuento ode Roma.

Pero, en Roma misma, y en el año 280 AC, nadie se pasaba mucho tiempo pensando en el cumpleaños de Roma.

Y eso era por culpa de un rey llamado Pirro, que había desembarcado en Italia, desde su propio reino, un lugar llamado Epiro.

Y después de haber desembarcado — con elefantes y todo, Pirro de dirigió a la ciudad de Tarento, porque la gente de esa ciudad lo llamó a que les ayudase.

Bueno. Hasta ahí llegamos en nuestro ultimo episodio, que fue hace como 14 días, por dos causas que quiero nombrar aquí — muy brevemente.

UNO — El podcast de “El Cuento de Roma” en chino. Así es, conseguimos lanzar este mismo podcast, en idioma chino. Así que, si saben de alguien en su barrio, o colegio, que habla chino, pues — a promover el podcast!

Y DOS — La página de Patreon, que estoy organizando en un sitio llamado Patreon.com.

En ese sitio voy a publicar cuatro cosas que no tengo ni manera de meter en el podcast propiamente dicho.

Esas cuatro cosas son:

UNO — Mapas. Mapas como me gustan a mí — mapas gigantes, de aquellos tiempos.

DOS — Arboles genealógicos de nuestra Saga Familiar, y de otras familias romanas.

TRES — Listas de nombres, personas, y demás, traducidas entre castellano e ingles.

CUATRO — Y esto es lo mas importante. Todo, lo que verdaderamente iba pasando entre los miembros de nuestra Saga Familiar.

Honestamente, ya estoy cansado de tener que solamente dar detalles, como por ejemplo, fulano se casó, o mengana tuvo mellizos, y quiero poder hablar de eso tambien. Pero si meto eso en el podcast bueno — estaríamos hablando de episodios de una hora, y no de veinte-y-pico de minutos.

Así que, bueno, si les interesa esa parte del podcast en sí, vayan a patreon.com/elcuentoderoma, y háganse mecenas de nuestro sitio allí. Por solo una moneda al mes, van a recibir mucho mas que una moneda en retorno, y Tito Livio y yo, les estaremos agradecidos.

Listo. Con eso considero la demora de una semana de este Episodio — explicada.

Ahora, al tema nuestro, y al peligro que se avecinaba de allá en el sur.

En Tarento.

Y — como ya es costumbre, primero veamos donde estamos, digo — en qué año estamos.

Estamos en el año 280 AC, y en ese año los dos Cónsules elegidos fueron un hombre llamado Tiberio Corunciano — un hombre que provenía de Tusculum, y otro hombre llamado Publio Valerio Levino. Este último provenía de Roma misma, y fue mencionado en los libros de Plutarco.

Esos libros llamados “Vidas Paralelas.”

De eso voy a decir mas, como al final de este Episodio.

Bueno, veamos un poco de estos dos hombres, porque ambos — si bien no pertenecen al club de héroes de Roma antigua, sí aportaron lo suyo, cada uno en su propio ámbito.

Porque una cosa está muy, muy en claro.

Tiberio Corunciano y Publio Valerio Levino no pudieron haber sido mas diferentes.

Corunciano, de origen plebeyo, estaba ocupado con operaciones militares de menor escala en Etruria cuando el Senado de Roma lo proclamó Cónsul.

El Senado, ya sabiendo de la llegada de Pirro en el sur, decidió llamar a Corunciano de regreso a Roma, y preparar una campaña en contra de Pirro, y esto es lo que veremos hoy.

Pero cuando Corunciano regresó a Roma, y cuando comenzó a organizar esa campaña, algunos de los Senadores cambiaron de idea, y decidieron que no será Corunciano, el que iba a enfrentarse a Pirro de Epiro, sino el otro de los dos Cónsules.

Es decir, Publio Valerio Levino.

Y antes de hablar un poco de ese Cónsul, quiero dar cuatro notas muy breves, de este Tiberio Corunciano.

Dos de esas notas son notas de pasado, y las otras dos, son notas de futuro, o eventos futuros, y obviamente vosotros, mis queridos oyentes, sabrán identificar cual es cual, porque voy a listar esas cuatro notas juntas, sin separarlas en pasado y futuro.

Basta que se acuerden que estamos en el 280 AC.

[…]

Episodio 52 – Estado de la Unión – 286 AC

Un gigantesco vuelo de águila alrededor del mundo de Roma, y más allá. También, un homenaje a Piteas, y a la futura Dinastía Qin, en China.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 52 — Estado de la Unión – 286 AC.

Hemos llegado a nuestro cuarto Episodio de “El Estado de la Unión,” y esta vez nos encontramos justo en el medio entre las guerras samnitas y las guerras pírricas.

Los Samnitas ya no nos molestarán en gran medida, y si bien Pirro tratará de hacer que mas pueblos de la península italiana se unan a su causa, en gran medida no lo va a conseguir.

Por otro lado, este es nuestro episodio 52, lo que — según un calendario, equivale a un año de trabajo acumulado.

Un año — 52 semanas.

Y creo que con eso, sale un poco a luz el por qué hice que cada 13 episodios he decidido hacer un episodio — digamos, de repaso.

Si, el numero 13 ha sido un tanto significativo en mi vida, y a veces, hasta digo, que el numero 13 es uno de mis números favoritos.

Pero en este podcast, el numero 13 equivale a un 25% de un año.

O sea, que cada 13 episodios, cuando tenemos un repaso, en realidad tenemos una estación por detrás. Verano. Invierno. Otoño. Primavera.

Y como un dato de futuro, aun nos quedan exactamente 34 episodios de “El Estado de la Unión” en este podcast, y trato de hacer que con el tiempo estos episodios se transformen en un valioso juego didáctico de aprendizaje.

Bueno — hablando de aprender, vamos a trabajar.

Primeramente vamos a ver qué está sucediendo en Roma.

Aquí vamos a incluir 4 partes, a saber:

UNO — Un poco de la vida cotidiana en Roma misma, tanto en la ciudad, como en un cuartel de un ejército romano cualquiera.

DOS — Vamos a leer una breve lista de las altitudes sobre el nivel del mar de cada una de las siete colinas de Roma.

TRES — Vamos a ver la relación entre Roma y tres culturas de ese tiempo.

UNO – Roma y Egipto.

DOS – Roma y Grecia.

Y TRES – China, ahora que estamos a solamente dos generaciones de la fundación de la dinastía Qin, un punto pivotal de la historia de ese país.

Y CUATRO — Veremos tres cosas un tanto extrañas que sucedían en ese tiempo en Roma.

Hombres perdiendo la cordura, y mujeres envenenado a sus maridos.

Luego, viene nuestro vuelo de águila.

Lógicamente, en nuestro ya conocido vuelo de águila, iremos en el sentido del reloj, por todo el mundo que pronto, será parte de Roma y los romanos.

El norte de Italia.

Iliria y Macedonia — como olvidarse de Macedonia esta vez, verdad?

Grecia y Tracia.

De ahí, seguiremos por el Oriente Cercano hasta llegar a ver cómo se ha dividido ese inmenso imperio que Alejandro Magno logró amasar en su breve vida, y que luego fue despedazado en cuatro partes.

Después de ahí — Egipto.

Luego — Cartago.

De ahí cruzamos el estrecho del Gibraltar, e iremos a la futura provincia romana llamada Hispania, donde solamente vamos a listar los pueblos que vivían en esa parte de Europa, ANTES de la llegada de los romanos.

Luego de eso, nuestro homenaje a Piteas, el famoso navegante griego que vivió la mayor parte de su vida en Massilia, en el sur de las Galias.

Y tal como les dije durante nuestro Episodio pasado, en nuestra tercera parte, listaremos todas las guerras de Roma, en orden cronológico, una por una, desde el comienzo hasta hoy — es decir, hasta el año 286 AC.

Ya.

Qué les parece?

[…]

Episodio 45 – Fabio Ruliano y Papirio Cursor

Un vistazo a los dos héroes de las guerras samnitas, y un encuentro un tanto cómico entre ellos, frente al senado de Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 45 — Fabio Ruliano y Papirio Cursor.

La Selva Ciminia era el bosque primitivo — creado en tiempos de antes de dioses y humanos, que separaba Roma antigua de Etruria.

No existían caminos a través de esa selva, y hasta en los bordes de la misma, la imagen que la misma daba, causaban pavor entre la población de Roma.

Nadie se atrevió a entrar en la selva, hasta el siglo cuatro antes de Cristo.

Es mas — cuando en el año 310 AC el Senado de Roma le dió ordenes al entonces Cónsul Fabio Máximo Ruliano de NO entrar a esa selva, y cuando este sí entró a perseguir a los etruscos, y cuando salió de la selva sin perder su vida o la de sus soldados, los romanos sintieron miedo y pánico, pues creían que demonios de la selva misma, se habían poseído de las almas de estos legionarios.

Así, por lo menos, lo cuenta nuestro querido Tito Livio.

Esa selva — en parte fosilizada, y en parte, tan densa que la luz del sol, incapaz de penetrar el follaje espeso, creaba zonas de permafrost donde animales se hundían y quedaban atrapados, se extendía desde el noroeste de Roma antigua hasta casi los Apeninos al este, y llegaba casi al río Tiber en el sur.

En una sola oración, esa selva era el perfecto borde natural entre los romanos y los etruscos por la mayor parte de cuatro siglos.

Pero no estamos aquí para hablar del cruce de esa selva de parte de Fabio Ruliano, aun si fue desobedeciendo al Senado mismo de Roma.

Porque — al final y al cabo, esa incursion a la selva Ciminia fue en el año 310 AC, y aun no estamos ahí.

O sea que todavía tenemos la tercera guerra Samnita por delante, y si no fuera que los Samnitas recibieron una paliza tan grande de parte de los romanos, en la batalla de Sutrium, capaz que Ruliano no los hubiera perseguido a través de la selva.

Eso se debía a que la ciudad de Sutrium estaba literalmente pegada a esa selva Ciminia, y cuando los etruscos empezaron a correr selva-adentro, los romanos — o tenían que seguirlos, o iban a perderlos.

Bueno.

Entonces…

Estamos aquí para hablar de otra de las desobediencias de ese mismo hombre, una desobediencia que Ruliano hizo frente a un dictador de Roma, y que en nuestro caso no era nadie menos que Lucio Papirio Cursor.

Y digo “nadie menos” porque ese Papirio Cursor, no solo era un dictador de gran estatura, pero tambien provenía de una de las familias mas conocidas de Roma antigua.

Los Papirios.

Entonces primero veamos una breve descripción de estos dos hombres, Fabio Máximo Ruliano, y Lucio Papirio Cursor, porque en este episodio estamos cerrando las historias y los cuentos de la gran guerra, y no podemos cerrar ese cuento si no hablamos de los dos indiscutibles héroes de la misma.

Pero antes de darles una breve biografía de estos dos hombres, vayamos a ver rápidamente lo que pasa en la casa de Lucio, el nieto de aquel Lucio y Aeliana, que sobrevivieron el saqueo de Roma, y luego vamos a nuestra Palabra de la Semana en Latin.

En la casa de nuestro nuevo Lucio todo iba bien, la familia crecía y el negocio de escudos no daba abasto.

Este Lucio era un hombre de buen carácter, y de un talento para negocios.

De hecho, y económicamente hablando, la familia prosperó de tal manera que algunos miembros de familias Patricias ya los empezaban a notar, y la familia recibió dos ofertas de adopción para así ser parte de una de las tal llamadas tribus de Roma, y para de esa manera convertirse en Patricios romanos.

En total, Roma tenia mas de treinta tribus ahora, y ser adoptado por una familia de Patricios traía tanto nuevos derechos y placeres, como nuevos riesgos y peligros.

En general, familias de origen puramente Patricio, adoptaban a un plebeyo que se destacaba militarmente o económicamente, y eso se podía deber a dos causas principales:

UNO — El pater familias de la casa de los Patricios no tenía ningún hijo varón, y entonces buscaba de esa manera, conseguir tener un miembro de familia varón que siguiese la linea hereditaria.

O DOS — La familia de origin Patricio estaba endeudada o empobrecida por un mal manejo de dinero, y entonces esperaban rellenar sus cofres familiares por medio de esa adopción. En ese caso, los Patricios generalmente buscaban a plebeyos que se habían enriquecido en granjas o talleres artesanales.

Existía un tercer método de convertirse en patricio, y eso era por medio de matrimonio directo con la hija de un patricio, pero en ese caso, solamente los hijos — es decir, la generación siguiente, sería considerada patricia.

Pero ese día, la más pequeña de la familia, una niña de apenas cuatro años llamada Julia, fue corriendo a su madre, al parecer muy enfadada.

[…]

 

Episodio 43 – La Vía Apia – Segunda Parte

La segunda parte de la Vía Apia. Con detalles como los romanos hallaban aguas subterráneas, y las herramientas que utilizaban.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 43 — La Vía Apia – Segunda Parte.

— “Un paso más a tu izquierda!”

El muchacho, a 23 pasos y medio del agrimensor, no oyó la orden, y por lo tanto, no se movió.

— “A la izquierda, te he dicho,” gritó el agrimensor.

El muchacho, ahora asustado, se movió a la izquierda. El pobre aprendiz no podía oír ni una sola palabra, con el viento del mar Tirreno, soplando en la dirección del viejo enojado.

— “Un solo paso, te dije,” volvió a gritar el topógrafo romano. “Que stulte, ese muchacho,” pensó el viejo.

Stulte era la palabra que los romanos usaban cuando estaban verdaderamente enfadados por la incapacidad o estupidez de algún aprendiz, o un estudiante un tanto “lento.”

Traducido al castellano, “stulte” equivale a algo así como “idiota.”

Cuando el muchacho se trató se poner en el lugar correcto, pisó una piedra y en un movimiento que solo duró un segundo, la groma, más alta que el muchacho mismo, se cayó de entre sus brazos, y se fue al piso.

El brazo de soporte de la groma se quebró, y hasta el mismo mástil, el centro del instrumento, con su punta de hierro aguda, se torció en la tierra hacia un lado.

La groma, así, ya no servía para nada.

Entre maestro y aprendiz, habían logrado poner dos gromas en su lugar, y faltaban dos más.

El cuadrado que formarían con las lineas de las gromas, serian el mas básico de los quehaceres de un aparejador romano.

Asi es.

Nada era mas simple que crear el plano para una ruta, o un campo militar romano, o — en este caso, un campo donde en menos de un mes, mil obreros — esclavos, libertos y artesanos libres, trabajarían sin parar.

Establecer un cuadrado de lineas perfectamente rectas, y con ángulos en 90 grados, con nada mas que herramientas como palas, cierras, martillos, cinceles, clavos, divisores, cuadrados, y un nivel que se parecía a un banquillo de cuatro a siete pies — un tanto rudimentario, llamado el chorobate, todo eso era el deber de un agrimensor romano.

Tornillos no se habían inventado aun en Roma.

Y tampoco había brújulas, o carretillas para llevar toneladas y toneladas de tierra y rocas de un lugar a otro.

Mientras en China antigua, la brújula fue inventada alrededor de este mismo tiempo; la carretilla fue dibujada en los edificios funerarios de un gobernante de la dinastía de los Han, en el año 118 AC.

Increíblemente, la carretilla común no aparece en Europa hasta el siglo diez, ya en la Edad Media.

Bueno — sí existen teorías de que en Constantinopla sí se usaba un forma de carretilla con una sola rueda alrededor del siglo tres de nuestra era, pero hasta el día de hoy, no existen pruebas de esto.

Pero, volviendo a nuestro muchacho y al agrimensor, el día de trabajo entero — y esa groma, con su base torcida, estaban completamente perdidos.

El muchacho que acababa de romper la groma era el nieto de Falvio, aquel Falvio que haba elegido vivir en Tusculum, después de haber visitado Roma por primera vez a la edad de quince años, en los tiempos cuando Lucio y Aeliana aun estaban vivos.

Ese nieto, llamado Hanno, fue llamado así, en honor a un tío suyo, pero el nombre siempre le causaba ser ridiculizado en la sociedad super-romanizada de Tusculum, porque era obviamente un nombre de origen fenicio.

El joven Hanno no quería estar en Italia, y mas de una vez, le pidió a su padre que fuesen a Cartago, donde su tío vivía.

Ese tío recientemente volvió de Italia a Cartago, y comenzó un negocio de excavación y producción de alquitrán — tambien conocido como brea egipcia, la cual, él vendía con mucho éxito, a todas las colonias a lo largo de la costa de Africa del Norte, y hasta en algunas de las colonias, en lo que hoy conocemos como España.

En la mente de Hanno, en Cartago, la vida valía la pena ser vivida.

Tal vez en Roma la vida era mejor, pero aquí en Tusculum, los días se mezclaban entre sí, en una aburrida secuencia de memorias — todas de color gris.

Y eso era verdad.

Al contrario de Roma, ciudades como Tusculum no florecían.

Menos trabajo, menos oportunidades, y menos gente vivía en Tusculum que cien años antes.

Lentamente, la ciudad caía en un manto de desuso, desinterés, y desdicha.

Ya no existían poderosos senadores como el viejo Anio, que pudiesen impresionar al Senado de Roma, y si no hubiese sido por los puestos de trabajo, que el censor Apio Claudio creó con la Vía Apia, la situación sería peor aun.

[…]

 

Episodio 36 – Bajo la Sombra del Vesubio

Los romanos contra los latinos. Una batalla que se llevó a cabo en las colinas del volcán Vesubio, en Campania. Una batalla que se llevó a nuestro conocido Decio Mus – si, ese que se había ganado la corona gramínea años atrás.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 36 — Bajo la Sombra del Vesubio.

— “¡Serpiente!”

— “¡Tú eres la serpiente!”

— “¡Cobarde!”

— “Te enseñaré quién es el cobarde aquí!”

— “A que no te animas!”

Cuando Decio quiso dar un paso hacia adelante, corazón latiendo como un tambor, chocó contra el piso de tierra seca bajo su cama. Dolorido y gritando un insulto, el Cónsul despertó de su sueño.

En ese sueño, el volcán mismo le hablaba a Decio, expulsando miles de serpientes de fuego, y amenazando al ejército romano.

— “Uno de los dos morirá antes de la puesta del sol,” eran las palabras del volcán que aun bailaban en la cabeza de Decio, cuando éste le contó el sueño a Manlio Torcuato.

Normalmente, Torcuato siempre prestaba profunda atención a los sueños de su co-comandante, porque eso era algo que los romanos tomaban muy en serio.

Pero esta vez, Torcuato, no respondía.

Boquiabierto, y mirando a Decio en terror, a Torcuato no le salían palabras.

— “Qué te pasa,” preguntó Decio. “Un volcán escupiendo serpientes no es algo demasiado fuera do lo común, en un sueño…”

— “Decio. Yo también soñé que el volcán me llamó cobarde!”

— “¿Cómo?”

— “Te pregunto. El volcán te dijo que uno de los dos… uno de nosotros…”

— “Por Jupiter, y por Marte, y todos los dioses del inframundo” exclamó Decio, arrojando su copa al piso. Ya no tenía apetito.

Resulta que ambos — Manlio Torcuato y Decio Mus, tuvieron el mismo sueño, esa noche.

Y en ese sueño, los dioses les habían dicho que uno de los dos Cónsules debía sacrificarse en batalla, si Roma iba a ganar.

Para decirlo con un poco más de claridad, y según el relato de Tito Livio, en el sueño que ambos líderes tuvieron, uno de los dos flancos del ejército iba a quebrarse durante la batalla, y si el comandante de ese flanco iba a sacrificarse junto a sus soldados, el otro flanco — es decir, la otra mitad de las fuerzas de Roma saldrían victoriosas de la lucha.

Si siquiera dudarlo por un minuto, entre Manlio Torcuato y Decio Mus decidieron que el flanco que se quiebre primero bajo la presión de la lucha, tanto su comandante como el ejército mismo tendrá que sacrificarse, y lanzarse al enemigo en una misión suicida, como para permitirle al otro lado vencer.

Ya. El plan estaba formado.

Los oficiales que estaban alrededor de los dos líderes, temblaban de miedo cuando Torcuato se puso de pie, desayuno terminado.

En realidad, con cada día que pasaba, el campo romano entero odiaba y temía a Torcuato más y más, y eso se debía a lo que había pasado cuatro días antes, en las afueras del campo romano, cuando uno de los hijos de Torcuato volvió de una patrulla alrededor del campo militar.

Les cuento lo que pasó, pero antes de eso quisiera recordarles de nuestro último episodio, donde les conté que una de las ordenes del campo romano era que estaba totalmente prohibido entrar en cualquier forma de combate, o duelo, con el enemigo.

Torcuato mismo había dado esa orden, y el castigo por desobedecerla era pena de muerte, sin apelación, sin excepción, y sin demora.

Resulta que ese hijo de Torcuato, también llamado Manlio se encontró con un contingente de los Latinos, a menos de una hora a caballo, del campo mismo.

Cuando las dos patrullas se reconocieron, y mientras se medían a la distancia, uno de los Latinos, proveniente de Tusculum, y según Tito Livio, llamado Metio Geminio, se puso a gritarles a los romanos.

Metio Geminio desafiaba a cualquiera de los romanos a una lucha mano a mano. Los romanos simplemente seguían cabalgando de flanco, no dándoles la espalda a los Latinos, pero tampoco dándoles el frente.

Como al minuto, ese Latino reconoció que Manlio era el más destacado dentro del grupo de los romanos, y comenzó con insultos personales en contra del muchacho.

Entre otras cosas, el Latino le gritó uno de los insultos más comunes en esa época en el mundo militar, entre Romanos y Latinos; y ese insulto era una referencia a la habilidades femeninas del hijo de Manlio Torcuato.

El joven Manlio recordaba las órdenes dadas por su padre, pero los insultos continuaban.

— “¡Serpiente!”

— “¡Tú eres la serpiente!”

— “¡Cobarde!”

— “Te enseñaré quién es el cobarde aquí!”

— “A que no te animas!”

Lo que sucedió a continuación, fue el resultado de la destreza militar del joven Manlio, a pesar de que el hombre de Tusculum era mucho más alto y mucho más fuerte que el romano.

En menos de lo se necesita en subir las escalinatas al Monte Capitolino desde el foro, Manlio mató y degolló a Metio Geminio, y luego decidió llevar la cabeza del Latino como su recompensa del enfrentamiento.

Con la cabeza del Latino ya no insultando a nadie, las dos patrullas decidieron seguir sus caminos, y al rato, la patrulla volvió al campo romano.

— “¡Padre!”

Manlio agitaba la cabeza del Latino en la punta de su lanza, rodeado de gritos, risas, y aplausos de la patrulla, y de los soldados en el campo, a medida que estos se iban dando cuenta de lo que había pasado.

Pero el padre del joven no veía ese trofeo como causa de risas, sino como causa de una desobediencia que necesitaba ser corregida.

Y el viejo Manlio Torcuato decidió corregir esa desobediencia.

El joven Manlio fue arrestado frente a su propios hombres, y en frente al ejército entero, y luego fue atado a un poste por lictores, por ordenes directas del Cónsul romano.

Sin siquiera mover un músculo de la cara, Torcuato les ordenó a los lictores a castigar al su hijo, primero con las varas, y luego con el hacha.

Así es.

Una hora más tarde, el joven Manlio fue decapitado públicamente frente a las tropas del campo romano por la transgresión, y desde ese día el ejercito romano, aborrecía y temía al Cónsul romano.

Como un comentario personal, veremos que el flanco de Manlio Torcuato peleó en la próxima batalla con tanta más disciplina, y con tanto más furor, que a veces me pregunto si eso no era por el temor infundido por el viejo Torcuato, después de ver como el viejo decidió ejecutar a su propio hijo.

Ahora, volvamos a la batalla que estaba a punto de empezar, y para eso, comenzamos así.

[…]

Episodio 34 – De Creta a Campania

Anunciamos las nuevas formaciones de las legiones romanas, en tres partes. Roma y los Latinos se preparan para una guerra sin cuartel. El hijo de Espurio, el arquero reaparece en nuestra saga familiar.

Y en Grecia, Alejandro Magno ya tiene 16 años de edad.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 34 — De Creta a Campania.

Si la nave ha de ser salvada, cada hombre debe cumplir con su deber,

mientras la nave se encuentra ilesa.

Los esfuerzos son fútiles cuando la nave se hunde.

Así que en cuanto a Atenas, mis propuestas están listas.

Debemos hacer los preparativos completos para la guerra.

Atenas, al menos, debe cumplir con su deber.

Esto fue parte de la oratoria del Ateniense Demóstenes, durante su discurso en lo que hoy conocemos como la Tercera Filípica, en el año 341 antes de Cristo.

Y no era extraño comparar ciudades a naves, en aquellos tiempos, creo yo.

Ahora, o sea en el año 340 antes de Cristo, Demóstenes seguía incitando a los atenienses con sus provocaciones en contra del padre de Alejandro Magno, el rey Filipo el Segundo.

Bien. Nos encontramos en el año del Consulado de Torcuato y Mus.

Si, estoy hablando de aquel Publio Decio Mus, que se había ganado la corona gramínea, unos años antes.

Como pronto se establecerá casi como una costumbre en nuestro podcast—al menos por un par de décadas, vayamos primero a Ostia a ver lo que nuestro esclavo ha visto y oido, tanto de mercaderes, como de otra gente que llenaba las calles y los muelles del puerto de Roma.

Noticias desde Ostia.

El rey de Macedonia, Filipo II falló en su asedio y conquista de la ciudad del Bizancio, y en parte fue por la ayuda que la ciudad de Atenas envió a esa ciudad, después de los vigorosos discursos de Demóstenes.

Durante este asedio se forjó la leyenda de la intervención de la diosa Hécate Fósforos, una hermosa divinidad que protegía a la ciudad y que—de noche, prendió todas las antorchas en los foros de la ciudad y el puerto, descubriendo así a las naves de Filipo que se venían acercando en silencio.

Los perros de la ciudad, despertados por el milagro de las antorchas prendidas, ladraron hasta que la ciudad entera se puso a ver qué sucedía.

Como resultado de ese evento mitológico, los soldados de Bizancio se defendieron victoriosamente contra el ataque Macedonio.

La otra noticia que nuestro esclavo escuchó era que en Sicilia, otra vez había luchas entre los Cartaginenses y las colonias griegas, cerca de una ciudad llamada Lentini.

Como una nota de al lado, Alejandro—el hijo de Filipo, ya tenía 16 años.

Ese mismo año, su educación bajo el prodigioso maestro Aristóteles llegó a su final.

Y en ese mismo año, Alejandro aplastó una revuelta de una tribu en Tracia, llamada la tribu de los Medios. En realidad, Alejandro los aplastó con tanta eficiencia, que gente ya empezaba a notar su genio militar, mientras que su padre Filipo lo había dejado solo, y como regente del trono.

Bueno, escucharemos de nuestro esclavo en Ostia, la semana que viene.

Bien, volvamos a nuestra ciudad, Roma—y a nuestro cuento de Roma.

Como mencioné,  Tito Manlio Torcuato y Publio Decio Mus eran los Cónsules electos de Roma, el año que una delegación Latina entró por las puertas de la ciudad, pidiendo una audiencia con el Senado romano.

En realidad, los Latinos venían muy preparados para esta audiencia, porque la verdad era que los romanos los habían llamado a Roma, pero no les habían dado las razones exactas por las cuales los senadores Latinos eran requeridos en Roma.

Pero, como los Latinos tampoco se habían caído de un manzano, ellos inmediatamente sabían que los romanos sabían algo de las conversaciones secretas entre los Campanios y los Latinos. Así que, antes de salir para Roma, los Latinos se prepararon para el examen.

—“Y si nos preguntan qué estamos haciendo con tantos enviados a Campania, tan a menudo?”

[…]

 

Episodio 24 – Marco Furio Camilo

Cinco veces dictador. Cuatro veces Tribuno Militar. Tres triunfos en Roma. Entonces, por qué lo echaron de Roma?


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 24 — Marco Furio Camilo.

“Padre.”

Si bien la voz de Lucio era firme y bien oíble, el viejo Marco no movió ni un solo músculo, postrado en su cama. Lucio volvió a intentarlo, poniendo una mano sobre el hombro del anciano, muy suavemente, pues temía causarle dolor con su toque.

“¡Padre Marco!”

Levemente, Marco abrió sus ojos, y una sonrisa apareció en su rostro.

“¿Has vencido, hijo?”

“Si, Padre,” respondió Lucio, orgullosamente. “Los destruimos por completo, Padre. Y te he traído esto.”

Lucio levantó unos pergaminos a la altura de los ojos de su padre, para que este las pudiera ver. Sin esperar que el viejo preguntara, Lucio le explicó que los pergaminos eran planos de máquinas para estirar cuero, tales como ellos jamás lo habían visto.

Los etruscos, resultaba ser, eran mucho más avanzados tecnológicamente hablando, que los romanos, y parte del botín de guerra eran de inmenso valor para los ingenieros romanos.

Desde cómo hacer arcos de punta triple, para las salidas de agua sucia al rio Tiber, hasta como izar velas de barcos con la fuerza de un solo hombre, casi todo en Veyes era totalmente nuevo para los ingenieros de Roma de aquellos tiempos.

“¡Padre!  Esta máquina hasta podrá estirar cuero de renos,” exclamó Lucio, entusiasmado. El taller de escudos no dará abasto, se imaginaba el joven.

“Ah, los renos,” respondió el viejo. “No habrá renos en unos años más, hijo. Ya verás…”

Y el viejo tenía razón. En menos de dos generaciones el clima comenzó a volver a temperaturas como las que regían antes en Roma.

Renos, leones alpinos, y los largos inviernos comenzaron a desaparecer de Roma.

Nunca más el rio Tiber se volvió a congelar.

Cabe añadir aquí que leones alpinos eran las flores que hoy conocemos como el Edelweiss, y no estoy hablando de los felinos africanos. Leones, como tales, habían desaparecido de Italia—y casi toda Europa, ya hace más de mil años, y ahora las flores, llamadas leontopodium alpinum, o leones alpinos, desaparecían de las cercanías de Roma.

“Cuéntame, hijo. Con toda esa ciencia, como lograron entrar a Veyes?”

“Si, Padre. Fue por la obra de los dioses mismos, Padre. Yo fui el noveno hombre en pisar el suelo de Veyes. Y para sorpresa de todos, entramos en el mismísimo templo de Juno, Padre. Para cuando yo salí del túnel que el dictador mandó hacer, solo quedaban dos o tres sacerdotes vivos.”

Lucio le contó a su padre como los romanos habían excavado un túnel para entrar a la ciudad, y como, luego de la caída de Veyes, el ejército se llevó la estatua de Juno misma, a Roma.

“Y eso, Padre, fue porque los dioses mismos apaciguaron las aguas del lago Alba. Y gracias al ingenio del dictador,” añadió Lucio.

Cuando Lucio decía “el dictador,” por supuesto que se refería a Marco Furio Camilo.

“No creas en todo lo que oyes, hijo,” suspiró el viejo. “He oído otras versiones, y no fueron los dioses. Tampoco fue porque un sacerdote etrusco fue capturado por los romanos, hijo.”

“Pero, Padre… Los senadores mandaron gente a Delphi, y cuando…”

“¿Delphi? ¡Ja! No me hagas reír, hijo, y no te comportes como un idiota de once años frente a mis ojos,” el viejo casi explotó, y vigor parecía volver a su rostro.

“Esas historias son para gente que no sabe distinguir entre un ganso sagrado y una gallina común. Y si me cuentas eso porque piensas que se me fue el cerebro, estas cometiendo un pecado, Lucio. Y tampoco me digas cosas lindas de ese hijo de una serpiente, Camilo. Camilo es un Patricio. Y un Patricio jamás ayuda a un plebeyo. Punto y aparte. Igual que Cincinato.”

Silencio.

El viejo Marco solo llamaba a su hijo por su nombre cuando estaba verdaderamente enojado.

Lucio, sorprendido, se calló la boca, y profundamente dentro de sí mismo, se preguntaba cómo era que Padre sabía todo eso. Al parecer el joven había subestimado el razonamiento y el espíritu de su anciano padre.

[…]

Episodio 19 – La Batalla del Monte Álgido

Esta vez no peleamos en contra de latinos. Esta vez, los peligrosos Ecuos le dan lucha a Roma.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Dalian, Sur de Manchuria, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 19 — La batalla del Monte Álgido.

Así, es—éste es el primer episodio no enviado al aire desde Pekín, China—desde que empecé a grabar este podcast.

Estoy en una ciudad portuaria y balnearia llamada Dalian, que queda en el sur de lo que comúnmente conocemos como Manchuria, y lo que los chinos describen como su “noreste” o DongBei.

Estoy aquí por una semana de vacaciones, y si bien he escrito el episodio en Pekín, y mucho antes de llegar a Dalian, el episodio va al aire mientras me estoy tomando un respiro del agobiante calor del verano de Pekín.

Como una nota al lado, me estoy dando cuenta que hacer un podcast en episodios semanales tambien cumple la función dual de ser una especie de diario personal, para mí.

A medida que mi hija crezca, y a medida que cosas sucedan en mi vida privada, el podcast continua.

Pero a veces esas cosas van a rebalsar y se van a meter dentro de los episodios, como si fuese agua rebalsando de un vaso demasiado lleno, expandiéndose sobre la mesa.

Música para la PALABRA DE LA SEMANA

Vayamos rápidamente a la palabra de la semana. La semana pasada tuvimos la palabra MUNDUS.

Y quiero hacerlo muy rapidito hoy, porque tenemos demasiado material que cubrir hoy, así que la palabra MUNDIS puede significar cinco diferentes adjetivos, y tres diferentes sustantivos en castellano.

Veamos los adjetivos primero.

UNO – lindo, o bello.

DOS – Bien organizado, en el sentido de que algo no está en un estado de caos, o lío.

TRES – Limpio, o puro. Como un ejemplo de pureza: el vino romano, antes de ser aguado.

CUATRO – Elegante.

Y CINCO – Delicado o refinado. En este caso se trata de algo que no es rudimentario, bruto o simple. Una ley podía ser refinada. Un asunto de estado podía ser delicado si el resultado de ese asunto dependía de demasiadas condiciones, las cuales eran difíciles de llevar a cabo.

Ahora, los sustantivos:

UNO – mundo.

DOS – universo.

Y TRES – ornamento o decoración, y aquí nos referimos a una decoración llevada por una mujer.

Bueno, con todos estos significados, finalmente llegamos a la Palabra de la Semana de esta semana.

La Palabra de la Semana de esta semana es APSIT, pero les debo aclarar que apsit es una frase de una sola palabra, más que una palabra en sí.

Entonces: A – P – S – I – T   

Como siempre, puede ver el significado de la palabra ya mismo en mi sitio web que se encuentra en elcuentoderoma.com, o puede esperar hasta el episodio que viene.

[…]

Episodio 18 – Las Doce Tablas

Finalmente, las leyes se pueden leer, tocar y aprender de memoria. Y esto es exactamente lo que tanto analfabetos como abogados hacen en Roma. Se aprenden las doce tablas de leyes romanas.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 18 — Las Doce Tablas.

La semana pasada vimos como la instalación de un nuevo cargo en la republica de Roma: el Tribuno plebeyo.

Tambien les recordé de un general romano, en mi opinión personal, un general cobarde, llamado Cayo Marcio Coriolano, y vamos a ver los que ese hombre hizo en el año 491 AC.

Pero primero vamos a ver el panorama general de Roma, ahora que Roma venció a los latinos, y ahora que supuestamente Roma no tenía que tener problemas, ya no más.

Bueno, si piensan así, se equivocan. ¡Los problemas de Roma están por empezar!

Como un cuadro muy general, Roma ahora estaba rodeada de tres enemigos.

Los etruscos al norte, con la ciudad de Veyes como su protagonista principal.

Los terribles volscos al sur, y los ecuos al este, donde empiezan las colinas.

La mayor diferencia entre los etruscos y los otros dos enemigos era que los etruscos formaban parte de una civilización propiamente dicha, tal como Roma.

En otras palabras, Roma sabía cómo pelearlos, y sabía cómo hacer la paz después de una guerra, y tambien cómo mantener relaciones comerciales con ellos.

Pero los volscos, y los ecuos, esas eran tribus, que no se adherían a los métodos de Roma.

No peleaban en falanges, no se atenían a contratos escritos, y solo reconocían una fuerza. La fuerza de la espada.

Pronto veremos cómo éstos volscos se convertirán en el peligro más grande de Roma por un largo rato, hasta que los Samnitas (la gente que vivía en la parte más alta de los Apeninos), hagan su aparición dentro de unos cien años.

¡Vaya, los Volscos!

[…]