Episodio 75 – La Batalla de Drépano

El sitio de Lilibeo fallado. El desastre frente a Drépano. Y el regreso de Marco Atilio Régulo a Roma. Y por supuesto — las gallinas sagradas de Roma.


[spreaker type=player resource=”episode_id=17286554″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

El Cuento de Roma, Episodio 75 – La Batalla de Drépano.

Según el erudito llamado Elliot Schroeder, de la Universidad de California, en San Diego, la Primera Guerra Púnica era un caso insólito, de un choque entre ambiciones económicas y militares, entre dos potencias de casi igual fuerza.

Schroeder ha escrito la siguiente oración, en su documento científico, publicado en el año 1995.

Cuando un estado se siente amenazado por un mayor poder — ese estado no dudará en sacrificar ganancia económica, a corto plazo — para obtener seguridad militar, a largo plazo.

Eso, en mi opinión, fue el mayor factor, y la mejor explicación, de por qué los romanos seguían construyendo flotas, reclutando soldados, y entrenando remadores de barcos de guerra.

Bueno.

Según el plan que habíamos trazado en el comienzo de esta guerra, hoy vamos a ver los dos encuentros que los romanos tuvieron en las ciudades de Lilibeo y Drépano, y el envío de Marco Atilio Régulo a Roma.

O sea, que son tres temas grandes — en general — más — el tema de las gallinas sagradas, por razones que ya verán.

Entonces…

Lilibeo.

Drépano.

Régulo, como prisionero en Roma.

Más — las gallinas sagradas, que van a ir primero.

Bueno.

En cuanto a Régulo, recordemos que éste fue enviado a Roma, después de la derrota de Drépano, para que — según algunos historiadores — se encargara del asunto, del intercambio de prisioneros de guerra.

O bien — según otros historiadores — para hacer un tratado de paz, entre Cartago y Roma.

Así que hoy vamos a empezar con Lilibeo, luego Drépano, y luego, lo de Régulo.

Pero como una de estas dos batallas — para ser mas exactos, la Batalla de Drépano, tuvo un incidente muy famoso, con unas gallinas sagradas, vamos a tener que hablar de gallinas sagradas primero.

Así que, empecemos así.

Yo sí sé — de gallinas.

No sabré de las gallinas sagradas de la Roma antigua, pero sí sé, de gallinas comunes.

Cuando tuve 12 años de edad, mis padres decidieron emigrar de Alemania — y terminamos yendo a Argentina, donde mis padres compraron una pequeña granja, de unas 10 hectáreas de tamaño.

Sandías. Duraznos. Nogales. Vacas. Frutillas y tomates.

Y bueno — también tuvimos gallinas.

Así es.

Un montón de gallinas.

De hecho — en un momento dado, tuvimos entre dos, y tres mil gallinas.

Gallinas ponedoras, como las llaman allá.

Ponen huevos.

Bueno.

Y yo siempre me acuerdo, cómo esas gallinas se trataban entre sí.

Y no estoy hablando de gallinas — y como se trataban entre sí, a la hora de comer.

De eso — de como las gallinas comen, vamos a hablar un poquito mas tarde en este Episodio, porque, bueno — los romanos interpretaban la voluntad de los dioses, de esa manera.

Pero — aquí — yo estoy hablando de gallinas — y como se trataban entre sí, a la hora de poner huevos.

Y aquí va una pequeña advertencia, mis queridos oyentes.

Para aquellos que no tienen buen estómago, por favor — o bien — adelanten este episodio unos 15 segundos para saltear lo que estoy por contar — o bien — pónganse a hacer algo que los vaya a distraer por ese tiempo.

Bueno.

Miren lo que pasó.

Mientras una gallina hacía ese típico esfuerzo que gallinas hacen, para poner un huevo, otra gallina se le aproximaba desde atrás, y — siempre mirando con un solo ojo — esperaba, a que el huevo empezara a salir.

Y para desmayo mío — apenas el huevo estaba a la vista, esa gallina se ponía a picotear a la otra pobrecita.

Pero — esperen! — no picoteaba el huevo!

Esa gallina picoteaba al lado del huevo, hasta que finalmente conseguía pinchar con su pico, las entrañas de la otra gallina.

Y apenas tenía un pedacito del — no sé — intestino, o como quiera que se llame esodentro de su pico, esa maldita gallina se echaba a correr, como si tuviese que esconder el grano de maíz mas sabroso del mundo.

Y — chicos — no hace falta que les diga — cómo reaccionaba esa otra gallina, llena de dolor, y aun sin poder moverse — porque todavía estaba empujando el huevo!

Era una tortura, en vivo!

Y para colmo de males — como a los días de eso, las gallinas comenzaron a aprender a hacer eso — una, de la otra.

Cada mañana, cuando nos levantábamos, había entre 10 y 20 gallinas muertas — o muriéndose — con todas las entrañas colgando afuera, casi como un metro de largo.

Y las otras gallinas, como unos monstruos de caníbales, saltando alrededor de esas víctimas — y — meta! — picoteando y jalando, esas entrañas!

Por supuesto que, apenas mis padres se dieron cuenta, que esto no iba a ser un caso aislado — inmediatamente fueron a la ciudad, y bueno — compramos jaulas para gallinas.

Un montón de jaulas!

Y bueno — terminamos poniendo a nuestras gallinas, en nuestras jaulas.

Nuestro sueño — y nuestra idea idílica, de una granja con vacas, gallinas, uno o dos caballos — algo al mejor estilo de La Familia Ingalls, se fue al Mercurio, y bueno — lo demás es historia.

Y por supuesto…

Recuerden, por favor, que — en aquel entonces — yo recién venía de Alemania, donde gallinas — solo las había visto en ilustraciones.

Enfin.

Nunca me olvidaré de esas gallinas.

Y por eso dije…

Yo verdaderamente sé de gallinas.

Inyectarlas cada tres meses, para que no se mueran del virus mas nuevo.

Limpiar las jaulas.

Darles de comer, y de tomar.

Apagar las luces a la tarde, porque sino — seguían comiendo, hasta que reventaban del empache.

Soltarlas en el patio — de a grupos, para que no estén en esas jaulas, las 24 horas del día.

Eso — por supuesto — debido — y gracias — a las fuertes convicciones religiosas de mis padres. Mis viejos solían decir que “eso, era tener conciencia.”

Pero entonces, cuando estaban sueltas — alrededor de la casa — yo y mi hermano, las teníamos que cuidar!

Y hasta tenía que hacer que dejaran de mirar al cielo — como hipnotizadas — cada vez que llovía.

Porque — sino — se ahogaban a muerte, con el pico abierto, mirando al cielo, hasta que gotas de la lluvia — entrando por el pico — las terminaban ahogando!

En serio — nunca en mi vida, pensé que un animal — digo — un animal vertebrado — se podía morir de esa manera, pero ahí está.

No por nada existe el dicho que dice “anda corriendo como una gallina sin cabeza.”

Y no por nada, sabemos que gallinas cruzan la calle cuando ven un coche, siendo que si se quedaban del lado donde estaban inicialmente, pues — estaban perfectamente a salvo!

Y — como una nota final, en cuanto o mi propia experiencia con esos animales — no quiero ni comenzar a hablar de las pulgas, vinchucas, y otros parásitos, que viven en un gallinero, o entre las plumas de una gallina.

BUENO — cerramos el tema de mis gallinas, y abrimos el tema de las gallinas sagradas de Roma.

[…]

Episodio 74 – El Primer Pontífice Plebeyo

Un detallado estudio del cargo de Pontífice Máximo, durante la república romana, y la vida de Tiberio Corunciano.


[spreaker type=player resource=”episode_id=17183492″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 74 – El Primer Pontífice Plebeyo.

El crujido de la puerta hizo que los ocho hombres, sentados en una habitación demasiado oscura para la hora del día, se dieran vuelta.

— “Otra vez llegas tarde, Cornelio,” murmuró uno de los Pontífices entre dientes.

Y era cierto.

El más joven de los Pontífices — de apenas 27 años de edad — llegaba tarde a la reunión, y los demás ya estaban enojados. El olor pútrido de la caja de madera, no muy lejos de ellos, hacía que todo el mundo se quería deshacer de esta reunión, lo mas rápidamente posible.

— “Pido disculpas,” respondió el joven.

— “Llegaste tarde el año pasado también,” respondió otro, obviamente enfadado. “Crees que esto es placer? Estar encerrados aquí, hasta que votemos a uno de nosotros?”

— “Es que anoche tuve que estar en la Curia Calabra,” respondió Cornelio en su propia defensa.

A lo que Cornelio se refería, era la obligación que algunos de los sacerdotes romanos tenían, de mensualmente pasarse una noche entera dentro de la tal llamada Curia Calabra — que estaba en el Capitolino.

Y esa noche, el sacerdote se iba a pasar el tiempo, observando la luna.

Y bueno — al parecer, ese sacerdote, de tanto observar la luna dentro de esa Curia Calabra, terminó durmiéndose — y para cuando se despertó, bueno — sus colegas en la sala de sufragios, ya lo esperaban con ansiedad.

El Pontífice Máximo de Roma había fallecido, y había que elegir a uno nuevo.

Y entre los nueve hombres — todos ellos pontífices menores, y todos sentados en esa cámara oscura, tenemos que uno de ellos, era un miembro de nuestra Saga Familiar.

Era Espurio Atio — el mas viejo de los nueve, y el único representante de la familia de los Emilios.

Y Espurio Atio — junto a los otros ocho hombres, estaban a punto de votar al próximo Pontífice Máximo de Roma.

— “Bueno, empecemos de una vez,” dijo Léntulo Caudino, otro de los Cornelios en esa habitación.

Un esclavo — al cual le faltaba la lengua para que no pudiese hablar, se puso a repartir cinceles de madera, de pino de alepo, y tablillas de cera, entre los candidatos.

Y bueno — mientras ellos votarán por el nuevo Pontífice Máximo, nosotros — empezamos así.

Según Jeremy Rifkin…

A ver — empiezo otra vez…

Según el economista, sociólogo, asesor político — del gobierno chino, estadounidense, y alemán, escritor y orador Jeremy Rifkin, el mundo no se encuentra en un lugar muy bonito.

Y si Usted ha visto uno de los tantos discursos públicos que ese hombre ha dado, se van a dar cuenta que el hombre casi siempre comienza sus discursos con la misma oración.

— “El PBIen inglés, GDP — se está desacelerando en todo el mundo. Y la razón, es que la productividad, ha estado disminuyendo en todo el mundo, en estos últimos 20 años. Sin excepción.”

Luego, durante su discurso, Rifkin habla de los cambios económicos y sociológicos durante la historia de la humanidad, y en un momento dado, Rifkin nunca falla en mencionar las palabras “La Tercera Revolución Industrial.”

Unos minutos mas tarde, el hombre hablará de la revolución de Gran Bretaña en el siglo 19, y de los EEUU en el siglo 20, y el por qué, esos dos movimientos fueron importantes en nuestra historia colectiva.

Y ese por qué, es lo que nos interesa a nosotros, aquí.

Según Rifkin, un cambio de paradigma, un cambio de aquellos — grandes — solo sucede cuando tres cosas — digamos — tres campos de estudios — crean una convergencia — o una unión, como si fueran tres vías de ferrocarriles, uniéndose en un solo carril.

Y aquí Rifkin nos da la primera pista.

Esos tres campos — son — transporte, energía, y comunicación.

En otras palabras, cuando — dentro de mas o menos — un mismo siglo, y bajo el amparo de mas o menos — una misma civilización, esos tres campos crean un cambio, bueno — ahí es cuando nosotros — como humanos — vemos lo que se conoce como un cambio de paradigma.

Un cambio enorme!

Y en el caso de Gran Bretaña del siglo 19, esos cambios eran…

Carbón — y la extracción masiva de ese elemento sucio y negro, de las montañas de Inglaterra y Gales, en el campo de la energía.

La prensa a vapor, o sea la fuerza de la máquina de vapor, en el campo de la comunicación. Imprimían diarios de a miles, en cuestión de minutos.

Y finalmente, el tren — tambien propulsado a vapor, en el campo del transporte. El primer medio de transporte por tierra, que no era basado en fuerza animal, o fuerza humana.

Super interesante.

Y en el caso de los EEUU del siglo 20, esos cambios eran…

Electricidad, en el campo de la energía. Ese medio de energía fue grandemente mejorado cuando filamentos de mas de 1000 horas de duración, fueron finalmente descubiertos. Muy pronto, enormes diques eran erigidos en ríos por todo el mundo, para la producción y el almacenamiento de ese medio.

El automóvil, en el campo del transporte. Luego, vendrían camiones, tanques, y hasta cohetes, pero todos mas o menos basados en el principio de combustión interna.

Y finalmente el teléfono, en el campo de la comunicación. Si vosotros — mis queridos oyentes, creéis que el internet fue importante, yo les tengo noticias. El teléfono fue verdaderamente importante. Luego, la radio, y ya mucho más tarde, la televisión.

Energía — transporte — comunicación.

Los tres ingredientes, para un cambio de paradigma.

[…]

Episodio 73 – Sicilia, Córcega, y Cerdeña

La situación entre Roma y Cartago, después de la captura de Régulo, y antes del sitio de Lilibea.


[spreaker type=player resource=”episode_id=17126224″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 73 – Sicilia, Córcega, y Cerdeña.

Lo que sucedió en Capua la primera noche de las Neptunalias, estremeció a la ciudad entera.

Si bien Capua — como cuidad — no le daba tanta atención al dios Neptuno como por ejemplo — Heraclea, aquí tenemos que mantener en cuenta, que Capua ya era una ciudad grande, y muy cosmopolita.

De hecho — para cuando la Segunda Guerra Púnica comience, Capua será capaz de alistar mas de 30 mil unidades de infantería, y 4 mil unidades de caballería.

Y como para resaltar la importancia de Capua un poco mas, en este momento — recordemos — estamos en el 254 AC — Capua es solo un poco mas pequeña que Roma y Siracusa, y un poco mas grande que Cartago.

Así que cuando el relato de un crimen — o cualquier otro chisme — comenzaba a andar por las calles de Capua — bueno — eso significaba, que no eran pocas, las personas que hablaban de ese tema.

Y en este caso tenemos un crimen que lo tenía todo.

Vicio.

Sexo.

Un juramento de venganza.

Un juez corrupto.

Una esclava acusada de algo que ella no cometió.

Guerra y patriotismo.

Religión y sacrificio.

Y para hacerlo mas interesante aún, la mitad de Capua odiaba a la víctima de ese crimen, mientras que la otra mitad lo defendía a muerte.

Se trataba de un hombre llamado Tacio. Un viejo de origen Sabino que vivió en Capua desde los tiempos de la Gran Guerra.

Pero jueces, magistrados, y muchas otras personas de alto nivel en la ciudad, tenían muchos intereses en asegurarse que nadie se vaya a olvidar de lo que sucedió, esa noche, la noche del primer día de las Neptunalias.

Fue un crimen tan macabro, tan violento, y sobre todo — tan atrevido — que ciudadanos de Capua hablaron del tema, por un largo, largo tiempo.

La víctima?

Un hombre de alta sociedad, conectado con miembros de la familia de Apio Claudio, pero a su vez, un hombre muy vicioso y perverso.

El criminal, o los criminales?

Entraron a la casa de Tacio mientras la ciudad festejaba y celebraba al dios Neptuno.

Primero forzaron a que el viejo les dijera donde se encontraba Aemilia, o el cuerpo de ella. Al final encontraron el cuerpo de la muchacha, lejos — bien lejos, al fondo del terreno de la propiedad.

Estaba parcialmente enterrado, y parcialmente quemado, y pudriéndose — mitad al aire libre.

Probablemente llevaba tres o cuatro semanas, de estar ahí.

Y ahí fue que la furia — de tanto Bruto, como Mamerco Publio — se desató.

Mientras Domicio no participó en lo que viene a continuación, los dos muchachos realmente se pasaron, en la crueldad del acto.

Al final de ese acto, el cuerpo de Tacio fue encontrado, atado cabeza para abajo, junto a tres cerdos.

Tanto los cerdos como el anciano — mas un esclavo que vivía con el viejo — todos estaban parcialmente carbonizados — el olor nauseabundo, de carne humana quemada, perforando el aire.

Y era obvio que Tacio fue torturado, y maniatado mientras aún estaba vivo. Partes de su cuerpo faltaban, y no eran las piernas.

Una nota fue hallada en una vasija, y esa nota simplemente decía “Némesis.”

El nombre de la diosa griega de la venganza.

Némesis fue luego adoptada por los romanos, y formó parte de la mitología romana.

Pero — la noche que todo eso sucedió — nadie se dió cuenta, de nada.

Para cuando vecinos notaron las llamas, la casa entera estaba siendo devorada por el fuego. El olor a brea líquida, por todos lados — era la primera pista, de que esto era un crimen premeditado.

Bueno — de ese crimen, y de las consecuencias del ese crimen — vamos a hablar al final de este Episodio.

Por supuesto — nosotros sabemos, que los asesinos eran nadie mas y nadie menos que Domicio, Mamerco Publio, y Bruto, de nuestra Saga Familiar.

Y que lo que hicieron en Capua, fue en venganza por Aemilia, y por todo lo que ella sufrió en los últimos años.

Bueno. Ahora — vamos a la parte de historia.

Pero como este es el Episodio mas largo del podcast, hasta aquí, quiero brevemente darles a saber el orden de las cosas, en el cuento de hoy.

Primero, un análisis de lo que pasó durante nuestro Episodio pasado, y una lista de grandes perdidas de marineros y tropas en general, como para poner todo esto en perspectiva.

Luego, un breve paréntesis para hablar de clientes y patrones en antigua Roma.

Como tercero, lo que sucedió a continuación en Sicilia, seguido por la Palabra en Latin.

Después de eso, la caída de Agrigento en manos de Cartago, seguido por la reacción de los romanos a ese evento, incluyendo el intento de sitiar a Lilibea.

En quinto lugar, el relato de la segunda pérdida de una flota romana.

Después de eso, la conquista romana de Palermo y los eventos del año 252 AC.

En séptimo lugar, el Cónsul Lucio Cecilio Metelo logra defender Palermo.

Luego, y un breve vistazo de Córcega y Cerdeña, desde el punto de vista de miembros de nuestra Saga Familiar.

Y por último, anuncios, música de salida, y saludos personales.

Listo! Empecemos!

Durante nuestro Episodio pasado, vimos la batalla en la cual Marco Atilio Régulo fue tomado prisionero de guerra.

Y si creyeron que en este Episodio — es decir, un Episodio mas tarde, lo dejaríamos en libertad, pues — se equivocaron, mis queridos oyentes.

Régulo vivió en cautiverio — dentro de los muros de Cartago, por cinco años enteros, y eso significa que no lo vamos a ver, volver a Roma, hasta nuestro Episodio 75 — La Batalla de Drépano.

Ahora, entonces, empecemos con nuestro Episodio en sí.

[…]

 

Episodio 72 – El Imperio Contraataca

Cartago comienza a ganar, y Marco Atilio Régulo cae prisionero de guerra en África.


[spreaker type=player resource=”episode_id=16893895″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 72 – El Imperio Contraataca.

Durante nuestro Episodio pasado les había dicho que en este episodio veremos por primera vez, la caída de un miembro de nuestra Saga Familiar, como prisionero de guerra.

Hay una cosa más que hace, que este Episodio sea un tanto especial.

Este es el primero de cinco episodios en nuestro podcast, cuyo nombre viene directamente “inspirado” — o si prefieren — “prestado” — o “robado” — del título de una película.

Así es — este Episodio 72 — viene con un diseño un tanto especial, y tanto la cubierta, como el nombre del Episodio provienen de la película de STAR WARS — en castellano — LA GUERRA DE LAS GALAXIAS — El Imperio Contraataca, una famosa película del año 1980, dirigida por George Lucas.

En total, esto ocurrirá cuatro veces mas, en el podcast, y eso significa que de un total de 500 episodios, hemos decidido que un 1% de los episodios, vienen inspirados en títulos de fenómenos de cinematografía mundial.

Los otros cuatro son:

Episodio 125 — Orgullo y Prejuicio.

Episodio 227 — El Padrino.

Episodio 270 — La Bella y la Bestia.

Y finalmente, Episodio 294 — Mi Gran Boda Griega.

Y aquí si necesito aclarar que estas películas no son necesariamente mis películas favoritas, de hecho — solo dos de ellas lo son, y tambien quiero decir que esto solamente es una de las temáticas que tenemos, a la hora de darles títulos a nuestros episodios.

Por supuesto que pueden ver todos los títulos, así es — la lista completa de los 501 títulos — si van a elcuentoderoma.com/plan,  y ahí se vana dar cuenta que hay varias temáticas, como el caso de episodios basados en normes de películas.

Tenemos tres episodios basados — o dedicados, a Legiones romanas.

Tenemos tres episodios basados en la canción “no llores por mí, Argentina.”

Tenemos tres episodios basados en “rutas” famosa de la época — la ruta del Ámbar, la ruta de la Seda, y la ruta a las Indias.

Tenemos cinco episodios basados en nombres de provincias romanas, y finalmente — tenemos cuatro episodios con la palabra “sitio” — siete episodios con la palabra “desastre” — 15 episodios con la palabra “guerra” o “guerras” — y finalmente, 34 episodios con la palabra “batalla.”

Y eso sin contar — por supuesto — nuestros 22 episodios de Biografías, 39 episodios del Estado de la Unión, y 5 episodios de Preguntas y Respuestas.

Ahora…

Una breve Fe de Erratas, de nuestro Episodio pasado.

Y esta vez, le debo el dato — o digamos — el error, a Jordi Argelaga — espero estar leyendo ese nombre correctamente — quien nos escucha desde Barcelona — España.

Jordi me ha recomendado aclarar, que el río Guadalquivir, que he mencionado durante nuestro ultimo Episodio, pues — en los tiempos de la Primera Guerra Púnica — no se llamaba así.

De hecho — el nombre de Guadalquivir — no aparece hasta los mediados del siglo VIII, que era el tiempo, cuando esa region comenzó a tener una fuerte influencia árabe.

Y entonces — cuál era el nombre de ese río?

Pues — el nombre de ese río, era Baetis. B — A — E — T — I — S.

Y eso — obviamente — hace mucho sentido. En nuestro plan del podcast hasta tenemos un episodio con ese nombre.

Así es.

Si se fijan, nuestro futuro Episodio 304 se llama — Episodio 304 — Aceite de Oliva de Hispania Baética.

Bueno.

Gracias, Jordi — y un saludo muy cálido desde Pekín, China.

Espero poder viajar a España pronto, y ver a algunos de vosotros personalmente.

Aunque sea, para sacarnos una foto juntos, tomar una cerveza, un café, o un buen vino, y hablar de Roma antigua.

Y ahora, un errorcito más.

Y esto me lo dijo Beatriz Noguez — espero estar leyendo bien su nombre.

Beatriz nos escucha desde México.

Beatriz me ha enviado un comentario diciendo que en nuestro Episodio 56 — Pirro llega a Italia, yo he hablado de la forma como los romanos empezaron a acuñar sus propias monedas.

Allí, yo utilicé la palabras “mentas” para referirme a lo que en inglés son las “mint.”

M — I — N —T.

Bueno, Beatriz me dice que esas casas no se llaman “mentas” en castellano, puesto que eso es una transliteración del ingles, y que — en lugar de ello — esas casas, simplemente, se llaman “casas de moneda”.

Listo — otro asunto aclarado, y muchas gracias a ambos — Beatriz y Jordi.

Ya — Fe de Errata cerrada!

La otra cosita que quiero mencionar, es que he comenzado con una pequeña tradición de mandar saludos a oyentes, al final de la música de cierre, de cada Episodio.

Bueno.

Punto aclarado, y ahora vamos a nuestro episodio propiamente dicho.

Estamos aún en el año 256 AC.

Un mes antes del invierno.

La costa norte de África.

[…]

 

Episodio 71 – La Batalla del Cabo Ecnomo

La batalla naval más grande de la historia del mundo. 680 naves. 290 mil guerreros. Un encuentro pivotal entre Roma y Cartago.


[spreaker type=player resource=”episode_id=16860459″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 71 – La Batalla del Cabo Ecnomo.

Año 258 AC.

Los Cónsules son Aulo Atilio Calatino y Cayo Sulpicio Patérculo.

Bueno.

Durante nuestro anuncio de esta Temporada DOS — el que grabamos durante la noche, entre el 2018 y el 2019, creo que no logré explicar con suficiente claridad que — en el futuro, mini-episodios, tales como ese anuncio mismo — no formarían parte del podcast en sí, y por lo tanto no irían a formar parte de la cadena de episodios, en algunos de los lugares, donde publicamos estos episodios.

Un ejemplo de eso es — iVoox.

Así es.

Esos mini episodios — creo que los voy a llamar algo así como — actas diurnas, o las Fastis del Cuento de Roma — todavía no me he decidido — esos episodios sí van a aparecer en algunos lados, tal como YouTube y en el sitio Web, pero no van a aparecer en otros lados, tales como Podomatic, y — bueno… IVOOX — a no ser que yo los suba manualmente.

Entonces, para aquellos que no oyeron nuestro mini Episodio del Año Nuevo, les recomiendo oírlo, y ponerse al día, para entender algunos de los cambios que empezamos teniendo hoy.

No son muchos cambios, en realidad. Pero bueno…

Las diferencias más grandes son dos.

UNO — Esos mini-episodios no llevan un numero, como episodios propiamente dichos.

Y DOS — No forman parte de la cadena — o sea — el hilo, del cuento.

No hay Palabra en Latin.

No hay nada de la Saga Familiar, y en general, tratan de temas que — apoyan el Cuento, pero no son parte del Cuento.

Entonces…

Con un retraso de unos dos meses y medio, por circunstancias ya explicadas en nuestro mini-Episodio del Año Nuevo, aquí lanzamos — oficialmente — TEMPORADA DOS.

Dicen que nada es por siempre.

El sol no dará calor a la tierra por siempre, y si pudiésemos vivir cuatro mil veces, un millón de años, podríamos ver como las galaxias de Andromeda y nuestra Vía Láctea se enlazan en una ultima danza — un choque mortal, el cual en sí mismo durará unos 20 millones de años.

Por supuesto que nada de lo que vemos hoy — con nuestros ojos físicos, existirá en cuarto mil millones de años, y dudo mucho que nosotros — como humanos — seamos capaces de no destruirnos a nosotros mismos, en el proximo milenio o dos.

Como humanos, nos destacamos en nuestra capacidad y nuestro talento para arruinar la naturaleza alrededor nuestro, el balance natural de las cosas, y todo lo demás que nos rodea — así que no voy a apostar mucho por la supervivencia de nuestra especie.

Y el balance de la naturaleza en Roma misma — no era una excepción.

Así es — no crean — ni por un minuto — mis queridos oyentes — que vivir en Roma en aquellos tiempos era algo genial…

La gente ya no aguantaba el olor del Río Tiber, el olor de los lotes vacíos al sur del Foro Boario — y que llegaba — casi hasta la Suburra, y el olor de las calles, donde la gente tiraba los desechos de la noche.

A balde!

Y si se acuerdan de nuestro Episodio pasado, las cosas no andaban bien en otros lados, también — no solamente en Roma.

Es mas — era como si todo el mundo venía preparándose — de una manera subconsciente — que… algo grandealgo grave — se venía acercando.

Todo el mundo en Roma se venía preguntando a dónde iba Roma, con todas esas preparaciones de guerra en contra de los Cartaginenses.

Todo el mundo en Capua se venía preguntando si el paso de tantos soldados hacia el sur — hacia Sicilia, no era como un mal presagio — del fin del mundo.

Y todo el mundo en Cartago se venía preguntando por qué — de repente — Roma venía amasando sus fuerzas hacia ese mismo sur. Acaso toda Italia no les daba abasto?

Cuándo iban a dejar de ser unos lobos hambrientos, esos Senadores en Roma?

En nuestro Episodio pasado vimos la situación de Himilcar, y como logró huir de Italia.

Vimos la situación de Aemilia, y sus sufrimientos, como esclava en la ciudad de Capua.

Y vimos la situación de Mamerco Publio, en Roma.

Hoy tenemos noticias de los tres.

[…]

 

Episodio 70 – Atilio Régulo y Lutacio Cátulo

Los primeros encuentros navales entre las dos potencias del Mediterráneo Occidental: Cartago y Roma.


[spreaker type=player resource=”episode_id=16050387″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 70 – Atilio Régulo y Lutacio Cátulo.

260 AC — año de los Cónsules Cneo Cornelio Escipión Asina, y Cayo Duilio.

Ciudad de Siracusa, sureste de Sicilia.

El crujido de la puerta indicaba dos cosas.

Que la puerta misma era pesadísima, y que, lo que sea que estaba del otro lado de esa puerta, no era una sala amplia.

Mas bien un pasillo — largo, húmedo, y oscuro.

— “Por aquí,” exclamó el guardia. Su rostro — de rasgos claramente numidios, lucía en la luz de la antorcha.

El muchacho miró a su tío, y después de dudar un segundo, ambos comenzaron a seguir al hombre, a través de un laberinto de pasillos. La antorcha del guardia, empapada en azufre y cal, era la única luz, hasta que llegaron a otra puerta.

De ahí, salieron a una callejuela que daba al muelle de granos, de la ciudad. Por un momento — luz inundó a los tres.

Frente a los ojos del muchacho, y a menos de diez pasos, el vientre de un barco estaba pegado al muelle, hamacándose con las olas.

— “Suban,” les dijo el guardia. “El barco zarpa apenas el viento de vuelta.”

Ambos subieron, y un hombre les indicó donde sentarse, y permanecer quietos, hasta que el barco salga del puerto fortificado.

Y así — por primera vez, desde que se escaparon del barco de Manio Máximo Valerio Corvino, el muchacho se sintió relajado. Su tío lo abrazó.

— “Dos días más, Himilcar! Dos días mas,” le dijo, calmándolo.

Sus vidas en Tusculum, la huida de Italia, y el abordaje a las naves de invasion romana — todo estaba en el pasado ahora.

Volverían a Cartago, donde gente no se distinguía en clases sociales, como en Roma, y la vida tendría sentido otra vez. Ya nadie se les reiría en la cara por ser mitad romanos, mitad púnicos, y nadie les negaría empleo por el hecho de que no adoraban a los dioses de Roma.

Sus antepasados, hijos y nietos de Himilco y Marcia — aquellos que se habían quedado en Africa, los recibirían con brazos abiertos, y pronto — muy pronto, se olvidarían de las miserias en Tusculum.

En cuanto al barco donde se escondieron, ese barco — llamado “El Ganso de Mercurio” — aunque se veía como una nave de carga de trigo, era un barco que — secretamente, se dedicaba a trasladar gente de Italia hacia Cartago.

Así es — “El Ganso de Mercurio” era una nave espía.

Zarparía al anochecer, aparentando seguir las rutas tradicionales hacia la peninsula italiana.

Luego, en el medio de la noche, la nave daría una vuelta en alta mar.

Rumbo a Cartago.

Bueno. Ahora empezamos con nuestro episodio propiamente dicho. Las vidas de Atilio Régulo y Lutacio Cátulo.

Pero…

Primero la fe de erratas, y una pequeña promesa que hice durante nuestro Episodio pasado.

Entonces. Tengo aquí, dos errores que he cometido en nuestros últimos dos episodios, 68 y 69.

UNO — En nuestro Episodio 68 — La Batalla de Mesina, yo dije que cuando un tal Manio Otacilio Craso se paró en el medio del Senado de Roma para hablar, él no tenía ni manera de saber que 221 años mas tarde, Julio César sería asesinado en ese mismo lugar.

Bueno — el error de esta oración es que Julio Cesar, si bien fue asesinado en el Senado, el edificio del Senado no era ese mismo edificio.

Y eso es algo que Antonio — por medio de iVoox, me dió a saber.

Leo sus palabras literalmente.

Realmente, Julio César no fue asesinado en la sede tradicional del senado, o sea la Curia Hostilia, pues se hallaba en reconstrucción, por orden del mismo César, después de haber ardido, en los incidentes ocurridos durante el funeral de Publio Clodio, un aliado de César.

Más tarde, esa nueva sede sería conocida como Curia Julia. Julio César fue asesinado en la Curia de Pompeyo, un edificio adyacente al teatro del mismo nombre, y que estaba siendo utilizada como sede del senado, de manera provisional, mientras duraran la obras en la sede original.

Entonces. Ya oísteis.

César fue asesinado en la Curia Pompeya, no, en la Curia Hostilia.

Hablaremos más de eso en nuestro futuro Episodio 184 — Vida y Muerte de Julio César.

Gracias, Antonio, por su aporte. Esto fue un error de mi parte, por el hecho de que no sabía del incendio ocurrido durante los incidentes de ese funeral.

BUENO, Y AHORA — ERROR NUMERO DOS — En nuestro ultimo Episodio yo leí una larga lista de gente a la cual quería agradecer, y leí uno de esos nombres mal.

Mas que leer mal el nombre en sí, confundí la localidad de nuestro oyente Pedro Márquez, quien nos escucha de Venezuela, con su apellido.

Así es — yo había dicho “Pedro Márquez San Antonio,” desde la localidad de “Los Altos, en Venezuela.”

En realidad, es “Pedro Márquez,” de “San Antonio de los Altos,” que queda a unos — según Pedro mismo, 20 minutos de Caracas.

Bueno — errores corregidos, y una vez mas — gracias, Pedro Márquez, y gracias, Antonio!

Fe de erratas cerrada!

Ahora, a nuestra pequeña promesa, que quedó en el aire, por falta de tiempo.

La lista de batallas de la Primera Guerra Púnica, en orden cronológico.

UNO — La Batalla de Mesina — nuestro Episodio 68.

DOS — La Batalla — y asedio — y saqueo, de la ciudad de Agrigento. Eso lo vimos en nuestro Episodio pasado.

TRES — El primer sitio de la ciudad — en realidad, un pueblo, más que una ciudad — de Mitístrato. 261 AC.

Como una nota de al lado, muchas fuentes bibliográficas ignoran este sitio, pero nosotros no vamos a hacer eso. Mitístrato era una localidad dentro de la esfera cartaginense, en las montañas centrales de la isla. Ese asedio teníamos que haberlo dado en nuestro Episodio pasado, pero no hicimos eso — otra vez, por falta de tiempo.

Lo hacemos hoy, dentro de unos 15 o 20 minutos.

CUATRO — La Batalla de las Islas Lípari. 160 AC. Eso lo vemos hoy!

CINCO — La Batalla de Milas. 160 AC. Tambien — hoy!

SEIS — El encuentro campal de Termini, en la costa norte de Sicilia. 259 AC. Tambien vemos eso hoy, y con eso vamos a cerrar nuestro cuento de hoy .

SIETE — El segundo asedio de Mitístrato. 258 AC. A pesar de que hay muy poca información de ese evento, sabemos que la gente de ese pueblo — todos — terminaron siendo vendidos como esclavos.

OCHO — La Batalla de Sulci. 258 AC.  Nuestro Episodio siguiente.

NUEVE — La Batalla de Tíndaris. 257 AC. Para nuestro próximo Episodio.

DIEZ — La super-famosa Batalla del Cabo Ecnomo. 256 AC. Tema principal del Episodio que viene.

ONCE — El asedio de Aspis. 256 AC. Primer encuentro en suelo africano. Hablamos de eso un poquito hoy, pero solo por el hecho de que Atilio Régulo estaba al mando de las tropas romanas en ese encuentro.

DOCE — La Batalla de Adís. Tambien 256 AC. Y tambien tiene que ver con el tema de Atilio Régulo.

TRECE — La Batalla de Bagradas, tambien conocida como la Batalla de Túnez. 255 AC. Una lección para los romanos. Eso lo veremos en detalle en nuestro Episodio 72 — El Imperio Contraataca.

CATORCE — La Batalla de Palermo. 251 AC. Eso lo veremos en nuestro Episodio 73 — Sicilia, Córcega, y Cerdeña.

QUINCE — El sitio de Lilibea. 250 AC. Eso lo veremos en nuestro Episodio 74 — El Primer Pontífice Plebeyo. Durante esa etapa, interés popular de lo que sucedía en Sicilia, cayó a un nivel bajo récord.

DIECISEIS — La Batalla de Drépano. 249 AC. Obviamente, tenemos un Episodio especialmente para eso.

DIECISIETE — El sitio de Drépano, que duró entre los años 249 y 241 AC. Eso lo vamos a cubrir entre nuestros episodios 76 y 77, mientras prestamos atención a otros dos eventos mundiales. El nacimiento del Imperio parto, y la asunción al trono de su reino, de la persona que más tarde, se convertirá en el Primer Emperador de China.

DIECIOCHO — El fin de la Primera Guerra Púnica, con los siguientes cuatro eventos. La Batalla del Monte Ercte, las dos Batallas del Monte Eryx, y finalmente — la Batalla de las Islas Égadas. Eso ocurre en el año 241 AC, y lo vamos a ver en nuestro Episodio 79 — Roma 1 – Cartago 0.

[…]

Episodio 69 – La Primera Guerra Púnica

El comienzo de la guerras que cambiaron la historia del mundo occidental. Cartago contra Roma — Roma contra Cartago.


[spreaker type=player resource=”episode_id=15706032″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Sanya, en el Sur de China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 69 – La Primera Guerra Púnica.

264 antes de Cristo.

Si bien la Primera Guerra Púnica ya comenzó durante nuestro Episodio pasado, en este Episodio vamos a hacer un gran cuadro — digamos, una especie de cuadro sinóptico, de esta guerra.

Al final de todo — si una guerra dura 23 años, y si el juego completo de esas guerras dura casi 120 años, sin duda — hay que hacer un cuadro, verdad?

Per antes que nada — lo esencial, y eso, sin siquiera tocar el tema de — de qué año tal cosa, a qué año tal otra cosa, porque personalmente, yo odio aprender historia de esa manera.

Repetir fechas, y aprenderse años de memoria, no sirve, para aprender de historia.

Eso le sirve a abogados y a fiscales, a la hora de dar detalles minuciosos durante un juicio, pero no le sirve para nada a un estudiante de historia.

Entonces, veamos los siguientes SIETE puntos, como a mí me gusta aprender historia.

UNO — Cuantas guerras Púnicas existieron?

Tres.

Si incluimos la Guerra de los Mercenarios — cuatro!

DOS — Y cuánto duraron?

La primera duró 23 años, la segunda duró 17, y la tercera — o ultima, 3 años.

Entonces — repito — 23 — 17 — y tres.

Si bien la primera era la más larga, la más famosa — por lejos, era la segunda.

Y la más brutal — tambien por lejos, era la tercera.

TRES  — Hubo otra guerra, o guerras, entre medio de todo eso?

Si, y a montones.

Y lo más importante que hay que considerar aquí, es la guerra llamada “La Guerra de los Mercenarios.” Esa guerra solo duró un año y medio, y comenzó apenas la Primera Guerra Púnica terminó.

Roma tuvo muy poco que ver en esa guerra — de forma directa, pero si tuvo que ver en los resultados de la misma, y pronto verán por qué.

Nuestro Episodio 80 se llama precisamente “La Guerra de los Mercenarios.”

Así que, por supuesto que hoy, no nos vamos a preocupar de eso, pero — sí necesitan saber, que muchos historiadores ponen la Guerra de los Mercenarios — en la misma bolsa, junto a las tres Guerras Púnicas, propiamente dichas.

Cabe notar, que Roma también tuvo otras guerras en otros lados — al mismo tiempo, pero esas guerras no son consideradas parte del lío entre Roma y Cartago.

Entonces — CUATRO — Resultados de esas guerras.

Primera Guerra Púnica — Victoria Romana. Apenitas, en mi opinión.

Guerra de los Mercenarios — Contundente Victoria Cartaginense.

Segunda Guerra Púnica — Victoria Romana.

Tercera Guerra Púnica — Contundente Victoria Romana, y la destrucción de Cartago.

CINCO — Teatros de operaciones.

Primera Guerra Púnica — Principalmente, Sicilia. Tambien, África del Norte, y Cerdeña.

Guerra de los Mercenarios — África del Norte, más que nada.

Segunda Guerra Púnica — Italia, Hispania, África del Norte, y las Galias Cisalpina y Transalpina. También un poco en Grecia y Cerdeña.

Tercera Guerra Púnica — Solamente en Tunisia.

SEIS — Resultados, geográficamente hablando.

Primera Guerra Púnica — Roma recibe Sicilia, menos Siracusa.

Guerra de los Mercenarios — Roma recibe Córcega y Cerdeña.

Segunda Guerra Púnica — Roma recibe la parte Cartaginense de Hispania. El Reino de Numidia es unificado.

Tercera Guerra Púnica — Cartago es borrada del mapa, y todo su territorio se convierte en la provincia romana de África.

Y FINALMENTE SIETE — Cuales fueron los eventos más importantes durante esas guerras, y que no eran parte de las guerras mismas?

Primera Guerra Púnica

Este es el año que durante un funeral en Roma — el funeral de un tal Junio Bruto Pera, tres pares de gladiadores fueron puestos a luchar frente a la gente que participó en el velorio y la procesión funeral.

Si bien, en el sur de Italia, gladiadores ya eran conocidos, en Roma misma, este es el año que empezamos a verlos con regularidad — con más y más regularidad, hasta un punto donde eso va a definir la cultura romana, hoy en día.

Tal como lo vimos en nuestro Episodio 38 — Los Primeros Gladiadores, se acuerdan?

Ah — y si piensan que oyeron hablar de ese Junio Bruto Pera, no estáis equivocados. En nuestro Episodio 67 — La Captura de Brundisium mencionamos a un tal Décimo Junio Pera.

No sabemos qué relación aquel Décimo tenía con este Junio Bruto Pera, pero si sabemos dónde tomaron lugar, esas peleas — ese día.

[…]

Episodio 68 – La Batalla de Mesina

El primer enfrentamiento directo entre Cartago y Roma. El primer movimiento militar de Roma, fuera de Italia propiamente dicha. El primer sabor de sangre, para demasiados jóvenes romanos.


[spreaker type=player resource=”episode_id=15648523″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Sanya, en el Sur de China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 68 – La Batalla de Mesina.

Estamos en el año 265 antes de Cristo.

Aquí comienzan las Guerras Púnicas.

Y nuestro cuento — hoy, va a comenzar entre dos lugares, muy cercanos entre sí, y muy peligrosos para todos aquellos navegantes, que se aproximaban al estrecho entre Italia y Sicilia.

De un lado se encontraba el monstruo llamado Escilla — deletreo eso rapidito — E — S — C — I latina — L — L — A, y del otro lado se encontraba la hermosa (pero malvada) ninfa de Caribdis, quien según la mitología griega, tragaba por lo menos 30 olas por día, y luego las vomitaba a la costa, creando un remolino imposible de cruzar.

Deletreo eso rapidito, tambien. C — A — R — I latina — B — D — I latina otra vez — S. Caribdis.

Y esa noche, un bote se deslizaba por las aguas — entre Caribdis y Escilla.

Los seis hombres a bordo — (tres de ellos griegos, y los otros tres de Mesina misma), trataban de mantenerse justo en el medio entre los dos monstruos, porque el estrecho realmente no era ancho.

Un tiro de flecha podía alcanzar de una orilla a la otra, y cualquier bote que se acercaba demasiado a uno de los lados, era tragado sin merced alguna, o por la hermosa Caribdis, o por la feísima Escilla.

Caribdis era hija del dios Poseidón mismo, y fue creada cuando Poseidón — un día, decidió tener una aventura amorosa con la diosa Gea, diosa de la tierra misma.

Caribdis fue transformada en una ninfa malvada por el dios Zeus, quien la colocó del lado opuesto de Escilla, por haber creado una inundación de proporciones catastróficas.

Desde entonces, Caribdis — prisionera en ese lugar, se dedicaba a tragar olas, y a vomitarlas a la costa de Mesina, junto con todo aquello que se encontraba en esas olas.

Por su lado, Escilla tambien fue una hermosa ninfa con cola de pez, cuando era joven. Y según la Odisea de Homero, un pescador llamado Glauco se enamoró de Escilla, el día que la vió.

Se enamoró tan fuerte, que la siguió por todos lados, tratando de conquistarla. Y en sus desventuras, un día una poción mágica le fue dada a ese pescador, con la promesa que si Escilla se bañaba en agua conteniendo esa poción, los deseos carnales de Glauco se convertirían en realidad.

Ni dos por tres — Glauco vertió la poción donde Escilla se bañaba habitualmente, pero — en vez de enamorarse de Glauco, Escilla se convirtió en un monstruo con seis cabezas de perro.

Bueno, para hacer esta historia mas breve, a la mañana siguiente, el bote de los seis marineros fue encontrado totalmente destruido, en la costa de Sicilia, a metros de Mesina.

De los seis hombres, nadie jamas los volvió a ver, y por muchos meses, los habitantes de Mesina miraban hacia la costa al anochecer.

Quizás, en una de sus típicas vomitadas, Caribdis devolvería los restos de alguno de esos desdichados.

Lo que nadie sabía, era que los seis hombres fueron enviados secretamente, para reconocer el terreno entre la piedra de Caribdis, y la llanura frente a Mesina misma.

Fueron enviados por un Senador romano, llamado Manio Otacilio Craso.

De este Manio Otacilio Craso, mucho mas en unos minutos.

Pero por ahora, quiero que sepan que él era la mano derecha de Apio Claudio Cáudex, quien a su vez, era el hombre mas importante — en este momento, de la poderosa familia de los Claudios.

Bueno.

Una breve pausa, aquí, para explicar un poco, un par de cositas, al margen del tema.

Si bien la publicación de este Episodio se verá al aire cuando mis vacaciones ya hayan terminado — y ya va a ser Septiembre, he escrito los primeros cuatro episodios de la Primera Guerra Púnica, lejos de Pekín, y lejos de la contaminación de la capital china.

Sin micrófono a mano, y con semanas de pasarme descansando, y nadando, y tomando sol, con mi familia, lo único que realmente podía hacer, era relajarme, y escribir.

Y comer piñas.

Por ejemplo — ensalada de frutas con piñas.

Pan de piñas por las mañanas, untado con manteca de piñas, o con mermelada de piñas.

Almuerzo, era algo así como carne asada con piñas, puré de piñas, jamón o mortadella con trocitos de piñas, arroz y pollo con piñas super picantes, seguidos por helado de piña, o una sopa caliente de piñas, que adentro tenían — bueno — cubitos de … piñas!

Enfin.

Todo lo demás tendría que esperar — incluyendo mi conexión con Facebook y Twitter.

Así que cuando escuchen eso, sepan que ya estoy de regreso en Pekín, después de pasarla bien en la isla de Hainan, en una ciudad llamada SanYa.

La ciudad de las piñas!

[…]

 

Episodio 67 – La Captura de Brundisium

La caída de la última ciudad en el sur de Italia. Toda Roma, ahora, se prepara para el paso siguiente: Sicilia.


[spreaker type=player resource=”episode_id=15475334″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 67 — La Captura de Brundisium.

A veces nos toca que un Episodio de El Estado de la Unión viene seguido por un Episodio de Biografías, y eso hace, que el hilo de nuestro cuento viene un tanto interrumpido — no por un Episodio, sino por dos.

Este fue el caso de nuestros episodios 65 y 66, pero — las buenas noticias de eso, es que ahora tenemos, por lo menos, 11 episodios seguidos, de nuestro Cuento — El Cuento de Roma, antes de que nos toque otro Estado de la Unión.

Así que — sin demoras, vamos al 23 de Enero del año 266 AC.

En Roma — una marcha triunfal.

Esa marcha de debía a la captura de Brundisium, el año anterior.

Con eso, la conquista de Calabria y de Mesapia, estaban completas.

Esta marcha triunfal era en honor a DOS HOMBRES que — pues, hicieron esa captura.

Eran los Cónsules de Roma, del año anterior.

Estoy hablando de Marco Atilio Régulo, y Lucio Julio Libón.

Vamos a tener una palabrita de ellos — Marco Atilio Régulo y Lucio Julio Libón, en unos minutos, pero en este momento, hay algo más importante, y se trata de la marcha misma.

Explico.

A diferencia de otras marchas triunfales, esta marcha fue considerablemente más pequeña, más tenue, y traía muy pocos esclavos en remolque — comparado con otros triunfos romanos.

Y eso se debía a tres factores.

UNOMarco Atilio Régulo se aseguró que su campaña — y su victoria, fuesen bien organizadas, y bien ordenadas, desde el principio hasta el fin.

— hubo derrame de sangre en la ciudad, pero no existió esa avalancha de soldados, sueltos libres como lobos hambrientos, después de la lucha — y, a que hagan lo que quieran por la ciudad.

Atilio Régulo no permitió eso.

DOS — Régulo trajo consigo un enorme cantidad de objetos desde el sur.

Objetos de arte.

Objetos de oro y de plata.

Objetos de fosfato de cobre, hidratado — que hoy es mejor conocido, como turquesa.

Objetos hechos de bronze, piedra calcárea, y hasta esculpidos, de las corazas, de caracoles de mar.

Vasijas — ánforas — para llevar vino y aceite de oliva, con decoraciones de plantas en formas geométricas.

Esas ánforas eran llamadas trozellas. Las dos manijas se extendían muy alto — mucho más alto que el pico de las mismas, algo que los romanos no hacían en su tiempo.

Resulta que Brundisium era famosa por su arte, y Brundisium era un rival natural de la otra gran ciudad de la zona. Tarento.

Bueno — Y TRES — Durante el proceso de esta marcha triunfal, y desde la misma entrada por la puerta del Triunfo, la primera persona, entre los prisioneros, era una mujer.

Así es — marchando en cadenas, y con la cabeza en alto, esa mujer estaba rodeada por 12 soldados Salentinos tambien encadenados — y detrás de ellos, venían 12 lictores romanos, llevando las ya conocidas fasces.

Después, unos mil prisioneros de guerra más, y luego — por supuesto, el fabuloso botín de guerra.

Cuando toda esa procesión entró al Pomerio — siempre entraban desde el oeste, del Campo de Marte, la cola de la procesión misma todavía estaba amontonada fuera de la ciudad, esperando su turno para entrar.

Pero — no es que habíamos dicho que esta marcha era considerablemente pequeña?

Así es — y en realidad, esa fue una de las marchas más pequeñas en historia reciente.

Más tarde veremos, que marchas triunfales, a veces — sabían durar hasta cuatro días, desde una punta a la otra, y no era solamente porque caminaban bien lento.

Si — andaban a paso de los cantos de los sacerdotes, y de las Vírgenes Vestales, pero igual — una procesión así, podía tener más de 20 mil personas.

Siempre entraban desde el Campo de Marte, donde se hacían todos los arreglos de ultimo momento, y mucho antes de que saliera el sol.

De ahí, iban por la Vía Triumfalis, hasta el Senado, o sea que pasaban cerca del Mercado y el Foro, y a lo largo del futuro Circo Flaminio.

Cuando llegaban al Senado, los Senadores se unían a la procesión, y eso era otra demora de una hora — por lo menos.

De ahí, iban hacia el sur, hasta el Circo Máximo, y daban una vuelta ahí.

Luego — dependiendo del estado de las calles, y dependiendo si había zonas en construcción, daban media vuelta, hacia el norte, hacia donde — en el futuro, tendremos el Coliseo.

Ahí es, donde la gran mayoría de los miembros de nuestra Saga Familiar, observaban la lenta marcha de toda esa gente. Hoy existía una razón muy especial, por la que estaban presenciando esa marcha, y vamos a explicar eso, en un minuto más.

Y por ultimo — la procesión daba otra media vuelta.

De ahí, subían por las escalinatas del Monte Capitolino, hasta el templo de Jupiter — el corazón de Roma.

Así que — como ven, eso era, no menos de unos 4 kilómetros y medio, pero a ese paso, duraba por lo menos un día.

Además, si había esclavos que iban a ser decapitados al cabo de la marcha, esos condenados no tenían el derecho de subir al Monte Capitolino.

En lugar de eso, se los dejaba en una plaza situada entre el Capitolino, y la prisión Mamertina, donde la gente se podía dar el gusto, de ver a esos prisioneros, bien de cerquita.

Ahí podían tirarles frutas podridas, pan mimado con vinagre — o peor aun, calabazas llenas de orina.

Y como un dato de futuro — cuando lleguemos a la época del emperador Augusto, verán que el botín de guerra, y la cantidad de esclavos, traídos desde Egipto, provocaron una caída en las tasas de interés, una caída en los precios de esclavos, y un enorme aumento de los precios de la tierra, por casi cinco años.

Y antes de dejar el tema de las marchas triunfales quisiera añadir estos detalles:

La persona, o personas en cuyo honor, esa marcha se hacía, llevaban una toga de color púrpura, con franjas doradas, y botas de color rojo. Esa toga se denominaba la “toga picta.”

Y contrario a la creencia popular, esa persona o personas, no iban adelante, sino atrás de todo el mundo.

Detrás de él, o ellos, solo iban su familia, y algunos soldados especialmente elegidos por él — por supuesto, por algún buen desempeño, durante la batalla.

Y después de esa gente, venían dos bueyes, totalmente blancos, adornados con flores y cintas, de color rojo-sangre.

Esos bueyes, iban a ser sacrificados al final de la procesión, frente al templo de Júpiter mismo.

Y por quién?

Pues, por los sacerdotes de Roma, con la ayuda de los dos Cónsules actuales, si es que andaban por la ciudad, y por un elegido de honor, de Marco Atilio Régulo, y un elegido de honor, de Lucio Julio Libón.

Así es — un elegido de honor, de cada uno de los — tal llamados, hombres de triunfo.

Y todo eso, bajo el estricto control, del Pontífice Máximo de Roma, quien los esperaba sentado en su gran silla, frente al templo de Júpiter Capitolino.

Ah — y dicho sea de paso, nuestros Cónsules de este año son Décimo Junio Pera, y Numerio Fabio Píctor.

Así es — otro Píctor!

Este hombre — Numerio Fabio Píctor, es hijo del artista Cayo Fabio Píctor, y por ende — tío de nuestro invitado especial de nuestro Episodio pasado.

Qué chiquito que es el mundo de Roma,

cuando uno comienza a conocer a la gente,

por nombre y apellido!

Y van a ver, lo que este Numerio Fabio Píctor va a hacer en nuestro proximo Episodio, durante un debate en el Senado, y en contra de otro senador, uno de los Claudios!

Bueno — ahí tenemos una marcha triunfal.

[…]

Episodio 66 – Dion Casio y Quinto Fabio Píctor

Un análisis de dos historiadores muy diferentes, separados por cinco siglos de historia: Dión Casio y Quinto Fabio Píctor.


[spreaker type=player resource=”episode_id=15423872″ width=”90%” height=”80px” theme=”dark” playlist=”false” playlist-continuous=”false” autoplay=”false” live-autoplay=”false” chapters-image=”true” episode-image-position=”left” hide-logo=”true” hide-likes=”true” hide-comments=”true” hide-sharing=”true” hide-download=”true”]


Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 66 – Dion Casio y Quinto Fabio Píctor.

— “Melía!”

Sentado en su enorme silla cubierta con una piel de cordero, el viejo Dion Casio llamó a su esclava.

Los cuatro pies de la silla, llevaban adornos de insectos fosilizados, atrapados en gruesas gotas de ámbar solidificado, cuidadosamente unidos a la madera de la silla misma. Color de miel.

Al momento, Melía apareció por el marco de la puerta, y una sonrisa se dibujó en la cara del historiador.

— “Tráeme agua, Melía! Mis pies me están matando, otra vez!”

Un minuto mas tarde, el viejo esclavo Politorio y Melía traían una gran fuente de agua caliente, a los pies de Dión Casio.

Al lado del viejo, el libro 66 estaba abierto. Vespasiano. La muchacha alejó el libro suavemente, fuera del alcance del agua.

Luego — de rodillas, Melía comenzó su usual tarea de aliviar el dolor de pies que ya agobiaba a su amo, por mas de los años que ella lo conocía.

Politorio, muy convenientemente, se alejó de la habitación.

— “Melía. Dime otra vez. Eres Cristiana o no?”

La esclava subió su mirada, y sin una sonrisa, le dió un “no” con la cabeza.

— “Mi amo,” dijo suavemente, “para qué andaría buscando motivos, para enfadar a mi amo?”

Dión Casio no respondía.

La belleza de la esclava le traía recuerdos de su propia esposa.

— “Tengo 16 años,” continuó Melía. “Y a veces soy muy estúpida. Pero sé muy bien, que llevar una cruz, no sería una cruz, para mí solamente.”

— “Yo no le haría daño a tu familia,” quiso decir el viejo. Sus pies — remojados en el agua, y masajeados por la muchacha, le devolvían energía.

— “Lo sé, amo,” respondió la muchacha. “Pero igual, no veo la parte práctica de ser una Cristiana. Los guardias que han llegado a la ciudad causarían problemas, y para qué?”

Eso era cierto. Miembros de la Guardia Pretoriana andaban por la ciudad.

Una pausa larga.

— “Siempre siendo práctica. Verdad, Melía?”

Otra pausa larga.

La esclava entendió a lo que su amo se refería, y lentamente apagó la vela, se acercó a su amo, y dejó que el vestido de algodón que llevaba, se deslizara de sus hombros.

El esclavo Politorio, del otro lado de la puerta, se encargaría de que ninguno de sus hijos o nietos, fuese a ver a su amo en el medio de la noche.

(música)

Aquí debemos rebobinar nuestro relato, porque no entenderíamos nada.

Estamos en el año 988 desde la fundación de la ciudad.

Según nuestro mode de contar — es el año 235 después de Cristo.

Ah! Eso quiere decir que no estamos rebobinado el año, sino que estamos yendo para adelante!

Así es!

Estamos en el 235 de nuestra era, y este año, mis queridos oyentes, es importante por dos razones.

UNO — La gran mayoría de historiadores y eruditos confirman que ese año marca el comienzo de la Gran Crisis del Siglo III.

Y DOS — Fue el año que uno de los historiadores mas grandes de Roma — estoy hablando de Dión Casio, falleció.

Y estamos en el norte de Bitinia.

En una ciudad llamada Nicea, a menos de un día a caballo del estrecho de los Dardanelos, en la actual Turquía.

Estamos en la residencia de Dion Casio, justo en las afueras de la ciudad misma, desde donde podía observar las derechas calles y avenidas que cortaban la ciudad.

Y como tantas veces, Dión Casio, bendecía en su mente, a Plinio el Joven, por el meticuloso trabajo que había hecho, con el trazado de la ciudad.

Explico.

Plinio el Joven, se había dado a sí mismo, la misión de su vida, de reconstruir la ciudad de Nicea, después del terrible temblor del año 123.

Ese año, hasta el mismo emperador Adriano se fue a Nicea, después del temblor, a ver a la gente.

Y en su mente, Casio sabía que debe haber sido horrible.

[…]