Roma se enfrenta a los Samnitas cuando estos atacan a la ciudad de Capua. Introducimos a Marco Valerio Corvo, Aulo Cornelio Coso, y a Publio Decio Mus. También, Marcia visita Roma.
Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.
El Cuento de Roma, Episodio 30 — Las Montañas Samnitas.
El famoso poeta romano Virgilio a veces escribía tres oraciones en un día entero, y luego las borraba, no contento con su trabajo. Esto fue lo que un día escribió en su obra llamada La Eneida.
Recuerda, Romano, que es para ti gobernar a las naciones. Esta será tu tarea, imponer los caminos de la paz, perdonar a los vencidos, y domar a los orgullosos de la guerra.
Estoy casi seguro que el día que escribió esto, no se sentía mal por lo que logró.
En los próximos cien años veremos como Roma se convertirá, de un centro regional, al poder indiscutido de la península Itálica.
Hace menos de 40 años, todo el mundo se unió a darle patadas a Roma, pensando que los Senones de Breno la dejaron moribunda.
Pero pronto, ninguna tribu el Italia le causará amenazas a los Romanos, y cuando lo vuelvan a hacer en unos 150 años, no será para desafiar el poder de Roma, si no para ser incluidos como ciudadanos de Roma.
Pero, por supuesto, aún no estamos allí, así que vamos paso a paso.
En esta época, Roma estaba preocupada con galos.
Y no estoy hablando de los galos Senones, si no de galos en general.
En la consciencia común de los Romanos, la idea de los galos se había metido muy profundamente, y cada vez que noticias surgían de galos andando perdidos por los Apeninos o por las llanuras de Italia Central, Roma nombraba a un dictador.
La preocupación por los galos fue tan importante en Roma que el Senado decidió enviar mensajeros especiales hacia las montañas al este de Roma, y ponerse en contacto con una de las tribus que vivía en esa zona.
Este es nuestro primer episodio de BIOGRAFIAS, y para este episodio he elegido a Tito Livio y a Virgilio. Un historiador y un poeta. Ambos eran contemporáneos del emperador Augusto.
Hola, les habla Abel desde Zagreb, Croacia. Bienvenidos a mi podcast.
El Cuento de Roma, Episodio 22 — Tito Livio y Virgilio.
Virgilio y Tito Livio – Tito Livio y Virgilio.
Al final y al cabo el orden no es tan importante, pero aquí les cuento la principal razón por la cual he decidido llamar este episodio así.
Sin bien en nuestro Episodio 1 comenzamos a narrar la historia de Eneas y su huida de Troya, que obviamente viene de una obra de Virgilio, y si bien Virgilio fue mucho más mencionado en los primeros episodios de nuestro cuento, el diseño de la cubierta le favorecía mucho más a Tito Livio que a Virgilio.
No, no estoy hablando de una competición estética o de una audición literaria entre los dos hombres, sino que, al cabo de elegir las dos caras que pondría en la tapa mi episodio con Photoshop, pues… he decidido poner a Tito Livio de frente y a la izquierda, y a Virgilio de perfil y a la derecha.
Y como nosotros pertenecemos a una cultura que escribe de izquierda a derecha, pues ahí lo tiene: Tito Livio y Virgilio.
En cuanto a mi vida privada, aquí estoy en Zagreb, la capital de Croacia.
Un país en el que no nací, no fui a la escuela, y no tengo ningún derecho a pensión o jubilación, porque nunca trabaje aquí. Si sumo todas las visitas que hice aquí, tengo algo así como un año uy medio de estar en Croacia. Es por esto que los croatas, cuando me oyen hablar en croata, me miran raro, y no pueden adivinar de qué parte provengo, a pesar de que no hago errores de gramática, de inclinación de sustantivos, o de conjugación de verbos.
Y además, comparado con 12 años que viví en Alemania, 13 años y pico en Argentina, 17 años en los Estados Unidos, y siete años en China, todo lo que viví en Croacia no llega ni a un 3% de mi vida.
Y aquí estoy, recuperándome de un golpe que la vida me dió.
Hoy hace ya (con la palabra ya subrayada), hoy hace ya una semana entera que enterré a mi mamá. Como vuela el tiempo.
Y al igual que los romanos, sentí que el mundo se derrumbaba alrededor mío.
Cuando en el año 18 antes de Cristo, un barco proviniendo de Grecia ancló en el puerto de Roma, noticias de terror cundían por las calles de la ciudad eterna.
Quiero resaltar aquí que barcos que provenían de lugares lejanos, tal como Grecia, no hacían puerto en Ostia, que si se acuerdan, fue fundada por aquel cuarto rey de Roma, Anco Marcio, sino que tomaban refugio en el puerto llamado Portus Julius que fue construido durante la época de la dinastía Julia en Roma.
Construcción comenzó durante los últimos anos de la vida de Julio Cesar, pero la mayor, y mejor parte del puerto fue diseñada por Marco Agripa, quien, como sabrán, verdaderamente fue la mano derecha el primer emperador de Roma.
La construcción de ese puerto va a merecer un episodio para sí mismo, pero para eso falta rato, así que vamos a ir cerrando el paréntesis del tema del puerto de Roma, y vamos a volver al tema del pánico que cundía desde el Puerto Julio, y hasta Roma misma. Eso era una distancia de unos 220 kilómetros en total.
Cuando uno de los pasajeros más distinguidos que viajaba en ese barco descendió al muelle de piedras de basalto poligonales, dos esclavos inmediatamente lo cubrieron con una especie de paraguas, a pesar de que la lluvia era mínima.
Fue ahí que Tito Livio se enteró que un grupo de esclavos se había escapado de una granja perteneciente a uno de los terratenientes más ricos del área del golfo de Nápoles, y que estaban aterrorizando las periferias de Roma, y ganando tracción a medida que avanzaban.
Según los reportes más recientes, unos 400 hombres se les habían unido a esos esclavos, y a medida que avanzaban, se habían dividido en dos grupos. Un grupo tomó rumbo al norte, hacia Roma, mientras que el otro iba directamente hacia Puerto Julio.
Era por eso que protegían la imagen de Tito Livio de las masas, con paraguas hechas de hojas de palmas y finas cañas de Mesopotamia. Por si acaso, entre esas masas se encontraba un rebelde.
Me puedo imaginar la reacción de Tito Livio, con su carácter quieto, pero firme en sus puntos de vista…
“Otra vez esclavos,” se habrá dicho. “Y otra vez el prínceps no me presta atención.” Y cada vez que Tito Livio pronunciaba la palabra Prínceps, lo hacía con un tono de burla suprimida.
El camino hasta Roma llevó tres días, en lugar de un día y medio, más que nada porque el Prínceps había ordenado máxima seguridad para Tito Livio.
Y aquí quisiera añadir que no fue el emperador mismo quien daba ese tipo de órdenes, sino su mano derecha, el buen Marco Agripa. Cuando lleguemos a esa época ya van a ver mucho, mucho más de eso.
Créanme que Augusto no hubiese sido ni un diez por ciento de lo que fue, si no hubiese sido por su amigo, Marco Agripa.
Bueno. Cuando Tito Livio finalmente sí llegó a Roma, Augusto lo recibió con novedades. La rebelión que causó todo ese tumulto fue apaciguada, y los cabecillas del grupo de esclavos fueron arrestados y mañana tendrían su día de juicio.
Comentario personal. ¡Como si no sabemos el resultado de eso!
Esa misma tarde, otro de los famosos, tal llamados, protegidos de Augusto, fue a visitar a Tito Livio. Y, en su típico estilo, ese visitante no esperó a que Tito Livio lo invitara. Él se invitaba a sí mismo a donde sea que iba.
Así es, ese personaje se invitaba a sí mismo, ¡hasta al palacio de del emperador de Roma!
Estoy hablando de Virgilio, el poeta que fue comisionado por Augusto a terminar de escribir la historia de la fundación de Roma, en su típica forma de poesía.
Sus poesías no eran como las poesías que conocemos hoy.
La primera cosa importante a saber sobre el estilo de la escritura de Virgilio es que él escribió en el verso de métrica—específicamente, en el metro conocido como “hexámetro dactílico.” Puse una imagen en el sitio web para que vean como se ve una poesía escrita de esa manera, y un pedacito de sonido, para que lo puedan escuchar. Suena realmente épico.
Ese tipo de relato no se puede imitar hoy en día en español o en inglés, pero en griego antiguo, y sobre todo en Latin, leer versos escritos en ese estilo hacia que a la gente se le ponía los pelos de punta. En más de una ocasión, mujeres se desmayaban cuando Virgilio contaba las aventuras de Eneas, y la defensa de la ciudad de Troya.
Y famosamente, entre ellas, la mujer de Augusto mismo. Así es, en una ocasión, Livia se desmayó durante una sesión de cuentos, frente al emperador mismo. Este evento fue retratado en obras de arte unos mil quinientos años más tarde.
Y dicho sea de paso, Tito Livio y Livia, la esposa de Augusto no eran parientes si bien pertenecían al mismo apellido, o sea, a la misma gens.
Bien.
Cuando Virgilio y Tito Livio se reunían a tomar un vaso de vino, no hablaban de poesía o de prosa.
Artistas de iguales alturas no hacen eso, ni siquiera en el riguroso clima de competencia de Roma antigua.
Pero si hablaron aquella noche de los que había pasado en la ciudad recientemente, y como esos rebeldes fueron capturados.
Y aquí va mi análisis. Como seres humanos, nosotros tenemos una capacidad increíble de poner a gente en cajitas, y pintar esas cajitas con colores, mentalmente dándoles significado a esas cajitas. En general esos colores significan bueno o malo.
Nada de gris. Good guys – bad guys! Así de simple.
¿A qué me refiero? A ver si me explico mejor.
¿La madrastra de Blanca Nieves, que mandó a matar a la niña de labios rojos como la sangre?
Mala. ¡Caja negra!
¿La sirenita que se enamoró del príncipe humano y sacrificó su lengua para obtener piernas?
Buena. ¡Cajita blanca! ¡Buen corazón y buena alma, un alma que sufrió por amor!
¿Ven a lo que me refiero?
Y ahora, creo que es el mejor momento de mencionar a las víctimas de Barcelona, y las localidades alrededor de Barcelona, con los recientes ataques terroristas.
Almas perdieron sus cuerpos, y familias perdieron a miembros queridos, y si no me equivoco, gente de como 13 países sufrieron pérdidas de vida en el ataque en Las Ramblas de Barcelona.
Y la razón es muy simple, pero lo más triste de todo esto es que esto no va a parar.
Así como los ataques del 11 de Setiembre del año 2001 se van a repetir, ataques de gente que odia nuestro estilo de vida tambien se volverán a repetir.
No es una cuestión de sí se van a repetir, es una cuestión de cuándo se van a repetir.
Lamentablemente es así.
Y antes de trazar un paralelo entre hoy y los tiempos de Roma antigua, necesito aclarar que POR LO MENOS, en Roma, casi siempre se trataba de esclavos que eran tratados mal, mientras que hoy en día, la gente que nos ataca es gente a la que le ofrecemos trabajos, asilo político, comida, alojo, y chances a una vida nueva en Europa.
Y hasta tarjetas verdes en el caso de los EEUU, Canadá, y otros países.
Pero siguen haciéndolo. ¿Por qué?
Las razones son muchas.
Mi razón favorita, creo, es razón número 318, y antes que alguien me pregunte de dónde saqué ese número, es simplemente una forma mía de decir.
La razón es que somos humanos. Envidiamos. No paramos de querer.
Por eso existe el décimo mandamiento. No codiciarás.
Y por eso, gente como Cincinato, y Numa Pompilio, y Publícola van a la historia. Y Jesús. Y Gandhi, y tantos otros.
Somos así porque el pasto del vecino siempre nos parece más verde.
En esta hora difícil les quiero dar mis condolencias a todos, y tengamos fuerza.
Esto… va a mí mismo tambien.
Y creo que ahora es la hora de crear una lista en la cual podemos comparar—o buscar diferencias entre Tito Livio y Virgilio.
Y para esto hice una lista de diez puntos, a saber:
Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast. El Cuento de Roma, Episodio 7 — El nieto quieto.
La semana pasada vimos la vida de Tulo Hostilio, y como Roma volvió a ser sinónimo de guerra y odio.
Esta semana, veremos la vida del cuarto rey de Roma, un nieto de Numa Pompilio, quien—como se acordará, fue el segundo rey de Roma.
Pero primero vamos a La Palabra de la Semana. La semana pasada tuvimos la palabra qúo.
Y me acuerdo que les pregunté si sabían de una película llamada Quo Vadis?
La frase QUO VADIS fue introducida al lenguaje cotidiano de la generación de los americanos de los cincuenta, casi de un día al otro.
Y eso se debía a una película de ese mismo nombre, basada en una novela de ese mismo nombre, escrita por el escritor polaco Henryk Sienkiewicz, Premio Nobel de Literatura en el año 1905.
No solo fue una de las mejores películas del año 1951, sino que tambien fue creada usando una tecnología llamada Technicolor, que era algo muy nuevo en Hollywood, en aquellos días.
Y si bien la película no ganó ni un solo Oscar de sus ocho nominaciones, obtuvo muy buenas críticas. La película relata la vida de los primeros cristianos en Roma, en los tiempos de las primeras persecuciones.
El nombre de la película, que en Latin significa “¿A dónde vas?” se refiere a la pregunta que el apóstol Pedro le hizo a Jesús cuando lo vió en una aparición, caminando por la Vía Apia, mientras que él intentaba escaparse de Roma.
Cuando Jesús le respondió a Pedro que iba a Roma a ser crucificado de nuevo, Pedro se sintió avergonzado del hecho de que él estaba huyendo del emperador Nerón.
Inmediatamente Pedro volvió a Roma, y continuó con su ministerio, últimamente siendo crucificado cabeza para abajo por los romanos.
Entonces, la palabra qúo significa donde, o hacia dónde, y Quo Vadis significa ¿A dónde vas?
Y ahora vamos a La Palabra de la Semana de esta semana. La Palabra de la Semana de esta Semana es galea.
Hola, les habla Abel desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.
El Cuento de Roma, Episodio 6 — Por culpa de una vaca.
La semana pasada vimos cómo—después de cuarenta años de paz, Roma volvió a sus virtudes marciales. De la mano de Tulo Hostilio, Roma se hizo a la guerra, y no me parece raro que hoy la palabra “hostil” provenga de su apellido.
Antes de realmente comenzar con el resto de la vida de Tulo Hostilio, quiero añadir una pequeña anécdota aquí. Cuando los Sabinos atacaron a los romanos en el año 752 antes de Cristo por el tema de las mujeres secuestradas, Rómulo organizó un contraataque, el cual fue últimamente resuelto por las mujeres sabinas, como se acordará.
Aquel día—al lado de Rómulo peleó un guerrero llamado Hosto Hostilio, y según nuestras fuentes, Hosto, en un dado momento, se lanzó a correr hacia los sabinos, totalmente solo, y gritando a todo pulmón, revoloteando su espada por encima de la cabeza, hasta que sus compañeros se le unieron en el ataque.
Si bien eso no resultó en una victoria aquel día, la corrida de Hosto causó que los sabinos retrocedieran por un momento. Pero ese acto de coraje no cambio el resultado de la batalla, si bien Rómulo honró a Hosto en un discurso, días más tarde. Eso fue porque Hosto Hostilio fue uno de los pocos caídos en batalla, aquel día.
¿Por qué menciono esto?
Hosto Hostilio fue el abuelo de Tulo. Al parecer, la picazón para pelear andaba en los genes dentro de la familia Hostilio.
En cuanto al nombre y apellido del tercer rey de Roma, si bien el primer nombre Tulo era extremadamente raro en Roma, “Hostilio” no era tan raro como un apellido, y por muchos siglos, senadores romanos se reunían en un edificio llamado Curia Hostilia, cuya construcción le es atribuida al rey Tulo.
Ahora vamos a La Palabra de la Semana. La semana pasada tuvimos la palabra turpis.
Y esta vez lo vamos a hacer muy simple. Turpis significa asqueroso, o disgustaste, o turbio.
No voy a dar ningunas notas al lado, y sin más, y sin menos, voy a ir para adelante, porque tenemos mucho de qué hablar.