Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.
El Cuento de Roma, Episodio 80 – La Guerra de los Mercenarios.
Esto es lo que vamos a ver en nuestro Episodio de hoy:
Primero, un breve análisis de lo que vimos en los últimos 12 episodios, es decir, DESDE la batalla de Mesina.
Luego, el recuento de lo que pasó después del 11 de Marzo del año 241 AC, es decir, un día DESPUÉS de la victoria de Cayo Lutacio Cátulo. Ahí también vamos a ver las condiciones, del tratado de paz, entre Roma y Cartago.
Tercero, una breve (muy breve) descripción de los mercenarios mismos, ahora que habían perdido en Sicilia.
En cuarto lugar, nuestra Palabra en latin. Ab asino lanam.
Luego, el famoso discurso de Hannón el Grande, frente a los mercenarios, en las afueras de una ciudad llamada Sicca Veneria, hoy conocida como El Kef.
Y por ende, el comienzo de la guerra de los Mercenarios.
Después, un plan general de esa guerra, como lo hicimos antes de la Primera Guerra Púnica, allá en nuestros episodios 69 y 70.
En séptimo lugar, las batallas.
Así es — hoy veremos las cuatro primeras fases, o encuentros de esa guerra. Brevemente, porque esto no es un podcast de Cartago, pero sí en suficiente detalle, porque esto sí es el episodio de la “Guerra de los Mercenarios.“
Así que — hoy — la Batalla de Útica — la Batalla del río Bagradas — la victoria de Amílcar junto a Naravas — y el asedio a Cartago.
Y después de eso, como ya es costumbre — música de cierre, y saludos personales.
Ah! Y voy a tener un anuncio importante para oyentes que nos escuchan por Podomatic.
Bueno.
Como se van a dar cuenta, en este Episodio no vamos a quedarnos solamente en Cartago, y darles todo lo que pasó entre el 241, y hasta el 237 AC.
No!
En lugar de ello, vamos a avanzar mas o menos hasta la mitad de esos eventos, pero cubriendo tanto Cartago como Roma.
De esa manera, en nuestro próximo Episodio, no tenemos que andar saltando de regreso al 241, y estar confundiendo a todo el mundo con fechas.
Para aquellos que están un tanto confundidos ahora, yo tengo dos opciones:
Opción uno es:
En este Episodio: hablar de Cartago, y ver todo lo que pasó, entre hoy, y el 237.
Y en el próximo Episodio: volver al 241 para hablar de Roma, y ver todo lo que pasó ahí, entre hoy, y el 237.
Ahora — opción dos es así:
En este Episodio: Ambas, Cartago y Roma, desde el 241 y más o menos hasta el 239.
Y en el próximo Episodio: Ambas, Cartago y Roma, desde el 239 y hasta el 237, incluyendo la llegada de Aníbal a la península llamada Hispania.
Bueno — yo elegí opción DOS.
En realidad, cuando tengamos que seguir dos o mas cronologías en el futuro, yo casi siempre voy a optar por seguir eventos de esta manera.
Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.
El Cuento de Roma, Episodio 76 – Nace el Imperio Parto.
Si Usted, alguna vez ha tomado leche de yegua fermentada, sabrá de su sabor.
Es chocante para el paladar no acostumbrado, y el sabor va de fresco y ácido — a punzante y acre.
Lo conocemos como Kefír — o yogur, pero también como Airag.
Y sus sabor, casi siempre es inolvidable.
Su bajo contenido de alcohol, aumenta, cada vez que el proceso de congelación y deshielo es repetido. Eso hace que uno se embriaga muy lentamente con esa bebida.
Pero un vez borracho — esa borrachera, puede persistir por un largo rato.
Los Mongoles, y los Escitas, más allá del Mar Negro, del Mar Caspio, y del Mar de Aral, sabían de eso muy bien.
(música de Partia)
Año 238 AC.
Partia. Hasta hace unos meses, simplemente una satrapía mas, del Imperio Seléucida.
El sátrapa seléucida llamado Andrágoras, estaba en su palacio circular, pidiendo por piedad.
Alrededor de él, unos 20 guardaespaldas, todos muertos.
Y frente a él, dos hombres.
Arsaces y su hermano menor, Tirídates. Este último, tenía un cuchillo adornado con perlas del Mar Rojo — un mar que él jamás había visto.
Entre los dos hombres, forzaban al sátrapa, a tomar leche de yegua fermentada.
Afuera, el padre de los dos hombres, esperaba a que el sátrapa dejara de implorar por piedad, una vez emborrachado.
Y al cabo de unas horas, cuando el alcohol de esa bebida, finalmente se apoderó del hombre, los ruegos terminaron.
Arsaces le dió una señal a su hermano. Era hora de usar ese cuchillo.
Al final y al cabo — según tradiciones de los Parnos, uno no podía asesinar a un rey, o un sátrapa, mientras éste estaba indefenso, y rogando por su vida.
Pero ahora — el sátrapa estaba callado.
El cuchillo. El choque.
El sátrapa dejó este mundo en menos de dos respiros.
Y con esto, Partia estaba bajo el dominio de Arsaces.
Un gran CAMBIO.
Pero — nosotros, para entender ese CAMBIO, tenemos que rebobinar unos años.
Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.
El Cuento de Roma, Episodio 73 – Sicilia, Córcega, y Cerdeña.
Lo que sucedió en Capua la primera noche de las Neptunalias, estremeció a la ciudad entera.
Si bien Capua — como cuidad — no le daba tanta atención al dios Neptuno como por ejemplo — Heraclea, aquí tenemos que mantener en cuenta, que Capua ya era una ciudad grande, y muy cosmopolita.
De hecho — para cuando la Segunda Guerra Púnica comience, Capua será capaz de alistar mas de 30 mil unidades de infantería, y 4 mil unidades de caballería.
Y como para resaltar la importancia de Capua un poco mas, en este momento — recordemos — estamos en el 254 AC — Capua es solo un poco mas pequeña que Roma y Siracusa, y un poco mas grande que Cartago.
Así que cuando el relato de un crimen — o cualquier otro chisme — comenzaba a andar por las calles de Capua — bueno — eso significaba, que no eran pocas, las personas que hablaban de ese tema.
Y en este caso tenemos un crimen que lo tenía todo.
Vicio.
Sexo.
Un juramento de venganza.
Un juez corrupto.
Una esclava acusada de algo que ella no cometió.
Guerra y patriotismo.
Religión y sacrificio.
Y para hacerlo mas interesante aún, la mitad de Capua odiaba a la víctima de ese crimen, mientras que la otra mitad lo defendía a muerte.
Se trataba de un hombre llamado Tacio. Un viejo de origen Sabino que vivió en Capua desde los tiempos de la Gran Guerra.
Pero jueces, magistrados, y muchas otras personas de alto nivel en la ciudad, tenían muchos intereses en asegurarse que nadie se vaya a olvidar de lo que sucedió, esa noche, la noche del primer día de las Neptunalias.
Fue un crimen tan macabro, tan violento, y sobre todo — tan atrevido — que ciudadanos de Capua hablaron del tema, por un largo, largo tiempo.
La víctima?
Un hombre de alta sociedad, conectado con miembros de la familia de Apio Claudio, pero a su vez, un hombre muy vicioso y perverso.
El criminal, o los criminales?
Entraron a la casa de Tacio mientras la ciudad festejaba y celebraba al dios Neptuno.
Primero forzaron a que el viejo les dijera donde se encontraba Aemilia, o el cuerpo de ella. Al final encontraron el cuerpo de la muchacha, lejos — bien lejos, al fondo del terreno de la propiedad.
Estaba parcialmente enterrado, y parcialmente quemado, y pudriéndose — mitad al aire libre.
Probablemente llevaba tres o cuatro semanas, de estar ahí.
Y ahí fue que la furia — de tanto Bruto, como Mamerco Publio — se desató.
Mientras Domicio no participó en lo que viene a continuación, los dos muchachos realmente se pasaron, en la crueldad del acto.
Al final de ese acto, el cuerpo de Tacio fue encontrado, atado cabeza para abajo, junto a tres cerdos.
Tanto los cerdos como el anciano — mas un esclavo que vivía con el viejo — todos estaban parcialmente carbonizados — el olor nauseabundo, de carne humana quemada, perforando el aire.
Y era obvio que Tacio fue torturado, y maniatado mientras aún estaba vivo. Partes de su cuerpo faltaban, y no eran las piernas.
Una nota fue hallada en una vasija, y esa nota simplemente decía “Némesis.”
El nombre de la diosa griega de la venganza.
Némesis fue luego adoptada por los romanos, y formó parte de la mitología romana.
Pero — la noche que todo eso sucedió — nadie se dió cuenta, de nada.
Para cuando vecinos notaron las llamas, la casa entera estaba siendo devorada por el fuego. El olor a brea líquida, por todos lados — era la primera pista, de que esto era un crimen premeditado.
Bueno — de ese crimen, y de las consecuencias del ese crimen — vamos a hablar al final de este Episodio.
Por supuesto — nosotros sabemos, que los asesinos eran nadie mas y nadie menos que Domicio, MamercoPublio, y Bruto, de nuestra Saga Familiar.
Y que lo que hicieron en Capua, fue en venganza por Aemilia, y por todo lo que ella sufrió en los últimos años.
Bueno. Ahora — vamos a la parte de historia.
Pero como este es el Episodio mas largo del podcast, hasta aquí, quiero brevemente darles a saber el orden de las cosas, en el cuento de hoy.
Primero, un análisis de lo que pasó durante nuestro Episodio pasado, y una lista de grandes perdidas de marineros y tropas en general, como para poner todo esto en perspectiva.
Luego, un breve paréntesis para hablar de clientes y patrones en antigua Roma.
Como tercero, lo que sucedió a continuación en Sicilia, seguido por la Palabra en Latin.
Después de eso, la caída de Agrigento en manos de Cartago, seguido por la reacción de los romanos a ese evento, incluyendo el intento de sitiar a Lilibea.
En quinto lugar, el relato de la segunda pérdida de una flota romana.
Después de eso, la conquista romana de Palermo y los eventos del año 252 AC.
En séptimo lugar, el Cónsul Lucio Cecilio Metelo logra defender Palermo.
Luego, y un breve vistazo de Córcega y Cerdeña, desde el punto de vista de miembros de nuestra Saga Familiar.
Y por último, anuncios, música de salida, y saludos personales.
Listo! Empecemos!
Durante nuestro Episodio pasado, vimos la batalla en la cual Marco Atilio Régulo fue tomado prisionero de guerra.
Y si creyeron que en este Episodio — es decir, un Episodio mas tarde, lo dejaríamos en libertad, pues — se equivocaron, mis queridos oyentes.
Régulo vivió en cautiverio — dentro de los muros de Cartago, por cinco años enteros, y eso significa que no lo vamos a ver, volver a Roma, hasta nuestro Episodio 75 — La Batalla de Drépano.
Ahora, entonces, empecemos con nuestro Episodio en sí.
El primer enfrentamiento directo entre Cartago y Roma. El primer movimiento militar de Roma, fuera de Italia propiamente dicha. El primer sabor de sangre, para demasiados jóvenes romanos.
Hola, les habla Abel, desde Sanya, en el Sur de China. Bienvenidos a mi podcast.
El Cuento de Roma, Episodio 68 – La Batalla de Mesina.
Estamos en el año 265 antes de Cristo.
Aquí comienzan las Guerras Púnicas.
Y nuestro cuento — hoy, va a comenzar entre dos lugares, muy cercanos entre sí, y muy peligrosos para todos aquellos navegantes, que se aproximaban al estrecho entre Italia y Sicilia.
De un lado se encontraba el monstruo llamado Escilla — deletreo eso rapidito — E — S — C — I latina — L — L — A, y del otro lado se encontraba la hermosa (pero malvada) ninfa de Caribdis, quien según la mitología griega, tragaba por lo menos 30 olas por día, y luego las vomitaba a la costa, creando un remolino imposible de cruzar.
Deletreo eso rapidito, tambien. C — A — R — I latina — B — D — I latina otra vez — S. Caribdis.
Y esa noche, un bote se deslizaba por las aguas — entre Caribdis y Escilla.
Los seis hombres a bordo — (tres de ellos griegos, y los otros tres de Mesina misma), trataban de mantenerse justo en el medio entre los dos monstruos, porque el estrecho realmente no era ancho.
Un tiro de flecha podía alcanzar de una orilla a la otra, y cualquier bote que se acercaba demasiado a uno de los lados, era tragado sin merced alguna, o por la hermosa Caribdis, o por la feísima Escilla.
Caribdis era hija del dios Poseidón mismo, y fue creada cuando Poseidón — un día, decidió tener una aventura amorosa con la diosa Gea, diosa de la tierra misma.
Caribdis fue transformada en una ninfa malvada por el dios Zeus, quien la colocó del lado opuesto de Escilla, por haber creado una inundación de proporciones catastróficas.
Desde entonces, Caribdis — prisionera en ese lugar, se dedicaba a tragar olas, y a vomitarlas a la costa de Mesina, junto con todo aquello que se encontraba en esas olas.
Por su lado, Escilla tambien fue una hermosa ninfa con cola de pez, cuando era joven. Y según la Odisea de Homero, un pescador llamado Glauco se enamoró de Escilla, el día que la vió.
Se enamoró tan fuerte, que la siguió por todos lados, tratando de conquistarla. Y en sus desventuras, un día una poción mágica le fue dada a ese pescador, con la promesa que si Escilla se bañaba en agua conteniendo esa poción, los deseos carnales de Glauco se convertirían en realidad.
Ni dos por tres — Glauco vertió la poción donde Escilla se bañaba habitualmente, pero — en vez de enamorarse de Glauco, Escilla se convirtió en un monstruo con seis cabezas de perro.
Bueno, para hacer esta historia mas breve, a la mañana siguiente, el bote de los seis marineros fue encontrado totalmente destruido, en la costa de Sicilia, a metros de Mesina.
De los seis hombres, nadie jamas los volvió a ver, y por muchos meses, los habitantes de Mesina miraban hacia la costa al anochecer.
Quizás, en una de sus típicas vomitadas, Caribdis devolvería los restos de alguno de esos desdichados.
Lo que nadie sabía, era que los seis hombres fueron enviados secretamente, para reconocer el terreno entre la piedra de Caribdis, y la llanura frente a Mesina misma.
Fueron enviados por un Senador romano, llamado Manio Otacilio Craso.
De este Manio Otacilio Craso, mucho mas en unos minutos.
Pero por ahora, quiero que sepan que él era la mano derecha de Apio Claudio Cáudex, quien a su vez, era el hombre mas importante — en este momento, de la poderosa familia de los Claudios.
Bueno.
Una breve pausa, aquí, para explicar un poco, un par de cositas, al margen del tema.
Si bien la publicación de este Episodio se verá al aire cuando mis vacaciones ya hayan terminado — y ya va a ser Septiembre, he escrito los primeros cuatro episodios de la Primera Guerra Púnica, lejos de Pekín, y lejos de la contaminación de la capital china.
Sin micrófono a mano, y con semanas de pasarme descansando, y nadando, y tomando sol, con mi familia, lo único que realmente podía hacer, era relajarme, y escribir.
Y comer piñas.
Por ejemplo — ensalada de frutas con piñas.
Pan de piñas por las mañanas, untado con manteca de piñas, o con mermelada de piñas.
Almuerzo, era algo así como carne asada con piñas, puré de piñas, jamón o mortadella con trocitos de piñas, arroz y pollo con piñas super picantes, seguidos por helado de piña, o una sopa caliente de piñas, que adentro tenían — bueno — cubitos de … piñas!
Enfin.
Todo lo demás tendría que esperar — incluyendo mi conexión con Facebook y Twitter.
Así que cuando escuchen eso, sepan que ya estoy de regreso en Pekín, después de pasarla bien en la isla de Hainan, en una ciudad llamada SanYa.
Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.
El Cuento de Roma, Episodio 64 — Los Mamertinos.
Estamos en el año 272 AC, y en este Episodio vamos a recorrer nada menos que cuatro años de historia, y de lo que pasó en Roma, y alrededor de Roma.
Pero para comenzar con estos cuatro años — del 272 al 269 AC, tenemos que dar un salto hacia atrás primero.
Un salto — en tiempo, y en espacio.
Así que, vayamos muy rápidamente, al año 317 AC, y a la isla de Sicilia.
O sea, que vamos 45 años hacia atrás — en tiempo, y cientos de millas al sur de Roma — en espacio.
Para mas exactitud, vamos a la ciudad de Siracusa, el día del nacimiento de un hombre llamado Agatocles.
Agatocles nació cerca de la ciudad de Siracusa, y era hijo de un alfarero, o ceramista.
Y para mas detalles, el padre de Agatocles era un especialista en cerámica, sobre todo, en vasijas y cántaros con una sola asa grande de un lado, y una salida bien larga y chiquita del otro lado, para servir cantidades muy pequeñas de liquido — como por ejemplo… aceite.
Si bien Agatocles aprendió el oficio de su padre, el joven prontamente se unió al ejército, junto a su hermano Antander.
Dos veces fue expulsado de la ciudad de Siracusa, por haber tratado de crear una sublevación en contra del gobierno de oligarcas de la ciudad, y ambas veces, esa derrota solo le terminó dando mas fuerza.
Agatocles terminó tomando por esposa a la viuda de su propio patrón, lo cual le dió una gran ventaja, financieramente hablando.
Bueno.
Para hacer esta historia mas breve, lo que tenemos que saber, es — que este Agatocles fue el hombre que trajo — o mejor dicho, atrajo, gente de la region italiana llamada Campania, unos tal llamados Mamertinos.
Esos Mamertinos, guerreros jóvenes, provenientes de la región de Neapolis, se convirtieron en su guardia personal, su brazo derecho, y su brazo largo a la hora de impartir justicia en Siracusa.
Algunos de esos Mamertinos eran de origen Samnita, y otros de pueblos tales como los Brucios, pero la gran mayoría provenían de Campania.
Se llamaban así porque se consideraban los hijos de Marte.
Resulta que en la lengua de los Oscos, mamertini significa “los descendientes de Marte,” así que los romanos, una vez que se familiarizaron con ese nombre, pues — los llamaban así.
Bueno, ahora sí — podemos ir — de otro salto, al año 289 AC, que fue el año cuando nuestro Agatocles murió en Siracusa.
Habiéndoles pagado a los Mamertinos, el gobierno de Siracusa les dijo que — bueno — que se fueran a casa, y que la ciudad de Siracusa ya no necesitaba de sus servicios.
Y nosotros muy bien sabemos como nos encanta cuando nos dicen eso — que ya no nos necesitan, y que — bueno, que vayamos a buscar otro trabajo.
Y si bien, en el primer mundo — es decir, en el mundo desarrollado, ese problema ya se ha resuelto con empleo fijo, o empleo a través de contratistas, y sobre todo, empleo garantizado por el estado, muchísima gente hoy en día, sobre todo en Latinoamérica, oye estas palabras muy a menudo.
— “Muchísimas gracias por sus servicios prestados, y aquí tiene su salario! Por favor, firme aquí.”
Y en los EEUU, eso generalmente viene acompañado por un papelito color rosado — llamado “PINK SLIP” para que con ese papelito podamos ir a la Bolsa de Trabajo, a ver como resolvemos el tema del pan y el techo, para el mes que viene.
Por supuesto que en otros países — ni eso le dan a uno.
Y, volviendo al tema de los Mamertinos que acababan se recibir su ultimo salario — sin papelito color rosado, la mayoría de ellos sí se fueron de regreso a Campania, y la mayoría de ellos sí reanudaron sus vidas normales, al cabo de años de servicio prestados, en Sicilia.
Pero lógicamente, cuando digo “LA MAYORÍA,” no digo todos.
Así es.
Un grupo de estos Mamertinos decidió que lo que el gobierno de Siracusa hizo, no era justo, y — ni dos por tres, decidieron quedarse en Sicilia.
Como ya no tenían donde vivir, primero pasaron un invierno en las cavernas de Sicilia, y según la leyenda, pasaron tiempo en una caverna llamada “la oreja de Dionisio.”
Esa caverna tenía la característica de que acústicamente hablando, uno podía percibir sonidos desde muy lejos, y dicen que el tirano — precisamente llamado Dionisio (no nuestro Dionisio de Halicarnaso), — él solía escuchar conversaciones de gente en esas cavernas, porque el eco era de primera calidad.
Y hablando de cavernas, quisiera mencionar aquí en una breve oración, que me encuentro muy feliz del modo como el tema de los doce chicos y su entrenador de futbol, se resolvió, allá en el norte de Tailandia.
Hace tres días, terminaron de extraer al ultimo de los chicos de la caverna, y al entrenador del grupo.
Y una verdadera saga de audiencia mundial, llegó a ver un final muy, muy feliz.
Fue increible, como gente de todo el mundo, de pronto, siguió ese evento por los medios sociales — eso es algo que realmente habla del espíritu humano.
Y claro está, que no podría mencionar el tema de Tailandia, sin también mencionar el tema de Chile, allá en el 2010, cuando 33 mineros quedaron atrapados en la mina de San José, en Copiapó.
Atrapados por mas de 60 días, al final lograron sacarlos, uno por uno. Yo me acuerdo que en esos días yo andaba pendiente de cada noticia, de ese tema.
Bueno.
Volviendo a nuestros Mamertinos, ellos decidieron tomar por asalto la ciudad de Mesana.
Y esto fue mas o menos así.
La entonces pequeña banda de renegados dieron con el asentamiento amurallado griego de Mesana (hoy en día Mesina).
Mesana era un punto estratégico, ya que estaba en el extremo noroeste de Sicilia, y justo frente al continente, donde se hallaba la ciudad romana de Regio.
La gente de Mesana, siendo un pueblo pacífico, primero les permitieron a los mercenarios entrar a sus casas.
Pero — tras un tiempo, las cosas se venían poniendo — digamos, feas.
Una noche, los Mamertinos traicionaron a sus anfitriones, y mataron por sorpresa a la mayoría de la población, reclamando de esta forma la ciudad para sí.
Los que sobrevivieron fueron desterrados, vendidos como esclavos, y las propiedades y las mujeres fueron repartidas entre los Mamertinos.
Así que…
Los Mamertinos se quedaron en Mesana, y nadie en los alrededores, los podía sacar de ahí.
Asechaban a viajeros por tierra y por mar. Abusaban de poblados en las cercanías, y muy pronto fueron declarados como la peste de Sicilia.
Pero bueno.
Así pasaron casi 15 años, hasta que — un tal Hierón II de Siracusa comenzó a formar un ejército para sacarse de encima esa peste.
Hierón los atacó en las cercanías de Siracusa misma, y — tal como lo habíamos oído unos episodios atrás, primero envió a sus propios mercenarios, a que peleasen en contra de esos Mamertinos.
Por supuesto, los Mamertinos acribillaron a esos mercenarios con toda la facilidad del mundo, pero cuando al otro día, Hierón los atacó con sus verdaderos soldados, los Mamertinos perdieron, como — bueno — perdieron como en la guerra.
Se fueron corriendo de vuelta a Mesana, y ahora no ya no podían darse el lujo de andar paseando por toda Sicilia.
Eso significaba menos comida, menos dinero, y menos libertad de movimiento.
Por supuesto que los Mamertinos inmediatamente fueron a llamar ayuda, y se pueden imaginar a quién le fueron a pedir ayuda.