Episodio 79 – Roma 1 – Cartago 0

El encuentro final de la Primera Guerra Púnica. Y por qué la siguiente guerra era inevitable.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 79 – Roma 1 – Cartago 0.

Esto es lo que el padre de la historia — un griego llamado Heródoto — escribió de los Cartaginenses — como mercaderes, alrededor del año 430 AC.

Los cartaginenses, cuando llegan con sus barcos, descargan sus mercancías y las organizan en la playa.

Luego vuelven a sus barcos, y prenden un gran fuego. El humo de ese fuego, es visto por los habitantes de esas costas, y les da a saber, que hay mercancías en la playa.

Inmediatamente los nativos van a la playa, a ver los productos. Con ellos, traen suficiente oro u otros objetos de valor. Después de decidir cuánto oro van a dejar en la playa por las mercancías, los nativos se retiran de la playa, y esperan a que los cartaginenses vuelvan, a estimar el valor de su oferta.

Los cartagineses desembarcan y examinan lo que los nativos han dejado allí, y si el oro les parece un precio digno por sus mercancías, lo toman con ellos, y parten.

Si no, los cartaginenses vuelven a sus botes y se sientan a esperar mientras los nativos se acercan de nuevo y fijan más oro, hasta que ambos lados están satisfechos.

Ninguno de los dos lados intenta engañar al otro, porque los cartagineses no tocan el oro hasta que iguala el valor de sus bienes, y los nativos no tocan los bienes, hasta que los cartaginenses se han llevado el oro.

(Si bien esto fue escrito por Heródoto, este texto se encuentra en el libro IV de Tito Livio

Por supuesto, eso es lo que los mercaderes de Cartago hacían en lejanas costas africanas, donde no existían otros métodos de comercio.

Y por supuesto, que eso fue — si es que fue, siglos atrás.

Además!

Recordemos que fue Cicerón, quien llamó a Heródoto “Padre de la Historia.”

Recordemos también, que otros Senadores en Roma lo solían llamar “el padre de todas las mentiras.”

Digo — a Heródoto! No a Cicerón!

Volveremos a hablar de esto, en unos 20 o 25 minutos.

Ahora, comencemos así.

Año 243 AC.

Primer reunión del Senado de Roma del año.

Y como era el primer encuentro del año, por obligación — y por tradición — los Senadores estaban reunidos en el Templo de Júpiter Capitolino, y no en la Curia Hostilia, como era de costumbre.

A veces, los senadores tambien podían reunirse en el Templo de Bellona, pero eso generalmente solo ocurría cuando asuntos de guerra eran el tema, y cuando el tema era de extrema urgencia.

Pero, como nosotros ya sabemos, el frente de operaciones en Sicilia, no traía ningún tipo de urgencia, estos días.

Así que — ese día, los temas en la mesa, eran tres.

UNO — Los romanos iban a continuar construyendo su nueva flota nueva.

Y eso, a pesar de que el consenso general era, que Amílcar Barca sí era un peligro, pero no un peligro inminente.

DOS — Los romanos tenían que encontrar una forma de desacreditar a los cartaginenses, no como mercaderes llenos de un sentido financiero sin escrúpulos, sino — simplemente, como gente mala.

Resulta que el esclavo de un senador romano había descubierto un taller de reliquias de dioses cartaginenses en un pueblo, a no mas de 50 kilometros al norte de Roma, y se lo dijo a su amo.

La figura de esas reliquias — esa diosa, para ser mas exacto — era la figura de Tanit, una de las pocas divinidades que los cartaginenses tenían y que los fenicios jamas tuvieron.

En otras palabras — un culto cartaginés, propiamente dicho.

Tanit, que se escribe T — A — N — I — T, era una diosa relativamente nueva, y según historiadores, había pasado a otras divinidades en popularidad entre la gente de Cartago.

Si bien, dioses como Melqart, Baal Amón, y Rasap — el dios de la guerra, aparecían por todos lados en Roma, especialmente en vasijas de arcilla, el culto a Tanit era algo mas bien nuevo.

Al final, el Senado decidió que se creará un grupo de investigación acerca del tema, y uno de los Ediles nuevos en Roma, estaría a cargo del asunto. Supervisado por el Pontífice Máximo, por supuesto.

Ah, y como esta reunión tomó lugar dentro del Templo de Júpiter Capitolino, una copia de toda esa investigación tambien le será entregada al Flamen Dialis, es decir — al sacerdote del dios Júpiter.

Listo — asunto resuelto!

Si existía algo que los Senadores romanos amaban, era delegar deberes.

Y FINALMENTE TRES — El asunto de los Cónsules nuevos.

Así que tenemos que en este año — el 243 AC, los Cónsules elegidos fueron un tal Cayo Fundanio Fúndulo, y un tal Cayo Sulpicio Galo.

[…]

 

Episodio 74 – El Primer Pontífice Plebeyo

Un detallado estudio del cargo de Pontífice Máximo, durante la república romana, y la vida de Tiberio Corunciano.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 74 – El Primer Pontífice Plebeyo.

El crujido de la puerta hizo que los ocho hombres, sentados en una habitación demasiado oscura para la hora del día, se dieran vuelta.

— “Otra vez llegas tarde, Cornelio,” murmuró uno de los Pontífices entre dientes.

Y era cierto.

El más joven de los Pontífices — de apenas 27 años de edad — llegaba tarde a la reunión, y los demás ya estaban enojados. El olor pútrido de la caja de madera, no muy lejos de ellos, hacía que todo el mundo se quería deshacer de esta reunión, lo mas rápidamente posible.

— “Pido disculpas,” respondió el joven.

— “Llegaste tarde el año pasado también,” respondió otro, obviamente enfadado. “Crees que esto es placer? Estar encerrados aquí, hasta que votemos a uno de nosotros?”

— “Es que anoche tuve que estar en la Curia Calabra,” respondió Cornelio en su propia defensa.

A lo que Cornelio se refería, era la obligación que algunos de los sacerdotes romanos tenían, de mensualmente pasarse una noche entera dentro de la tal llamada Curia Calabra — que estaba en el Capitolino.

Y esa noche, el sacerdote se iba a pasar el tiempo, observando la luna.

Y bueno — al parecer, ese sacerdote, de tanto observar la luna dentro de esa Curia Calabra, terminó durmiéndose — y para cuando se despertó, bueno — sus colegas en la sala de sufragios, ya lo esperaban con ansiedad.

El Pontífice Máximo de Roma había fallecido, y había que elegir a uno nuevo.

Y entre los nueve hombres — todos ellos pontífices menores, y todos sentados en esa cámara oscura, tenemos que uno de ellos, era un miembro de nuestra Saga Familiar.

Era Espurio Atio — el mas viejo de los nueve, y el único representante de la familia de los Emilios.

Y Espurio Atio — junto a los otros ocho hombres, estaban a punto de votar al próximo Pontífice Máximo de Roma.

— “Bueno, empecemos de una vez,” dijo Léntulo Caudino, otro de los Cornelios en esa habitación.

Un esclavo — al cual le faltaba la lengua para que no pudiese hablar, se puso a repartir cinceles de madera, de pino de alepo, y tablillas de cera, entre los candidatos.

Y bueno — mientras ellos votarán por el nuevo Pontífice Máximo, nosotros — empezamos así.

Según Jeremy Rifkin…

A ver — empiezo otra vez…

Según el economista, sociólogo, asesor político — del gobierno chino, estadounidense, y alemán, escritor y orador Jeremy Rifkin, el mundo no se encuentra en un lugar muy bonito.

Y si Usted ha visto uno de los tantos discursos públicos que ese hombre ha dado, se van a dar cuenta que el hombre casi siempre comienza sus discursos con la misma oración.

— “El PBIen inglés, GDP — se está desacelerando en todo el mundo. Y la razón, es que la productividad, ha estado disminuyendo en todo el mundo, en estos últimos 20 años. Sin excepción.”

Luego, durante su discurso, Rifkin habla de los cambios económicos y sociológicos durante la historia de la humanidad, y en un momento dado, Rifkin nunca falla en mencionar las palabras “La Tercera Revolución Industrial.”

Unos minutos mas tarde, el hombre hablará de la revolución de Gran Bretaña en el siglo 19, y de los EEUU en el siglo 20, y el por qué, esos dos movimientos fueron importantes en nuestra historia colectiva.

Y ese por qué, es lo que nos interesa a nosotros, aquí.

Según Rifkin, un cambio de paradigma, un cambio de aquellos — grandes — solo sucede cuando tres cosas — digamos — tres campos de estudios — crean una convergencia — o una unión, como si fueran tres vías de ferrocarriles, uniéndose en un solo carril.

Y aquí Rifkin nos da la primera pista.

Esos tres campos — son — transporte, energía, y comunicación.

En otras palabras, cuando — dentro de mas o menos — un mismo siglo, y bajo el amparo de mas o menos — una misma civilización, esos tres campos crean un cambio, bueno — ahí es cuando nosotros — como humanos — vemos lo que se conoce como un cambio de paradigma.

Un cambio enorme!

Y en el caso de Gran Bretaña del siglo 19, esos cambios eran…

Carbón — y la extracción masiva de ese elemento sucio y negro, de las montañas de Inglaterra y Gales, en el campo de la energía.

La prensa a vapor, o sea la fuerza de la máquina de vapor, en el campo de la comunicación. Imprimían diarios de a miles, en cuestión de minutos.

Y finalmente, el tren — tambien propulsado a vapor, en el campo del transporte. El primer medio de transporte por tierra, que no era basado en fuerza animal, o fuerza humana.

Super interesante.

Y en el caso de los EEUU del siglo 20, esos cambios eran…

Electricidad, en el campo de la energía. Ese medio de energía fue grandemente mejorado cuando filamentos de mas de 1000 horas de duración, fueron finalmente descubiertos. Muy pronto, enormes diques eran erigidos en ríos por todo el mundo, para la producción y el almacenamiento de ese medio.

El automóvil, en el campo del transporte. Luego, vendrían camiones, tanques, y hasta cohetes, pero todos mas o menos basados en el principio de combustión interna.

Y finalmente el teléfono, en el campo de la comunicación. Si vosotros — mis queridos oyentes, creéis que el internet fue importante, yo les tengo noticias. El teléfono fue verdaderamente importante. Luego, la radio, y ya mucho más tarde, la televisión.

Energía — transporte — comunicación.

Los tres ingredientes, para un cambio de paradigma.

[…]

Episodio 73 – Sicilia, Córcega, y Cerdeña

La situación entre Roma y Cartago, después de la captura de Régulo, y antes del sitio de Lilibea.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 73 – Sicilia, Córcega, y Cerdeña.

Lo que sucedió en Capua la primera noche de las Neptunalias, estremeció a la ciudad entera.

Si bien Capua — como cuidad — no le daba tanta atención al dios Neptuno como por ejemplo — Heraclea, aquí tenemos que mantener en cuenta, que Capua ya era una ciudad grande, y muy cosmopolita.

De hecho — para cuando la Segunda Guerra Púnica comience, Capua será capaz de alistar mas de 30 mil unidades de infantería, y 4 mil unidades de caballería.

Y como para resaltar la importancia de Capua un poco mas, en este momento — recordemos — estamos en el 254 AC — Capua es solo un poco mas pequeña que Roma y Siracusa, y un poco mas grande que Cartago.

Así que cuando el relato de un crimen — o cualquier otro chisme — comenzaba a andar por las calles de Capua — bueno — eso significaba, que no eran pocas, las personas que hablaban de ese tema.

Y en este caso tenemos un crimen que lo tenía todo.

Vicio.

Sexo.

Un juramento de venganza.

Un juez corrupto.

Una esclava acusada de algo que ella no cometió.

Guerra y patriotismo.

Religión y sacrificio.

Y para hacerlo mas interesante aún, la mitad de Capua odiaba a la víctima de ese crimen, mientras que la otra mitad lo defendía a muerte.

Se trataba de un hombre llamado Tacio. Un viejo de origen Sabino que vivió en Capua desde los tiempos de la Gran Guerra.

Pero jueces, magistrados, y muchas otras personas de alto nivel en la ciudad, tenían muchos intereses en asegurarse que nadie se vaya a olvidar de lo que sucedió, esa noche, la noche del primer día de las Neptunalias.

Fue un crimen tan macabro, tan violento, y sobre todo — tan atrevido — que ciudadanos de Capua hablaron del tema, por un largo, largo tiempo.

La víctima?

Un hombre de alta sociedad, conectado con miembros de la familia de Apio Claudio, pero a su vez, un hombre muy vicioso y perverso.

El criminal, o los criminales?

Entraron a la casa de Tacio mientras la ciudad festejaba y celebraba al dios Neptuno.

Primero forzaron a que el viejo les dijera donde se encontraba Aemilia, o el cuerpo de ella. Al final encontraron el cuerpo de la muchacha, lejos — bien lejos, al fondo del terreno de la propiedad.

Estaba parcialmente enterrado, y parcialmente quemado, y pudriéndose — mitad al aire libre.

Probablemente llevaba tres o cuatro semanas, de estar ahí.

Y ahí fue que la furia — de tanto Bruto, como Mamerco Publio — se desató.

Mientras Domicio no participó en lo que viene a continuación, los dos muchachos realmente se pasaron, en la crueldad del acto.

Al final de ese acto, el cuerpo de Tacio fue encontrado, atado cabeza para abajo, junto a tres cerdos.

Tanto los cerdos como el anciano — mas un esclavo que vivía con el viejo — todos estaban parcialmente carbonizados — el olor nauseabundo, de carne humana quemada, perforando el aire.

Y era obvio que Tacio fue torturado, y maniatado mientras aún estaba vivo. Partes de su cuerpo faltaban, y no eran las piernas.

Una nota fue hallada en una vasija, y esa nota simplemente decía “Némesis.”

El nombre de la diosa griega de la venganza.

Némesis fue luego adoptada por los romanos, y formó parte de la mitología romana.

Pero — la noche que todo eso sucedió — nadie se dió cuenta, de nada.

Para cuando vecinos notaron las llamas, la casa entera estaba siendo devorada por el fuego. El olor a brea líquida, por todos lados — era la primera pista, de que esto era un crimen premeditado.

Bueno — de ese crimen, y de las consecuencias del ese crimen — vamos a hablar al final de este Episodio.

Por supuesto — nosotros sabemos, que los asesinos eran nadie mas y nadie menos que Domicio, Mamerco Publio, y Bruto, de nuestra Saga Familiar.

Y que lo que hicieron en Capua, fue en venganza por Aemilia, y por todo lo que ella sufrió en los últimos años.

Bueno. Ahora — vamos a la parte de historia.

Pero como este es el Episodio mas largo del podcast, hasta aquí, quiero brevemente darles a saber el orden de las cosas, en el cuento de hoy.

Primero, un análisis de lo que pasó durante nuestro Episodio pasado, y una lista de grandes perdidas de marineros y tropas en general, como para poner todo esto en perspectiva.

Luego, un breve paréntesis para hablar de clientes y patrones en antigua Roma.

Como tercero, lo que sucedió a continuación en Sicilia, seguido por la Palabra en Latin.

Después de eso, la caída de Agrigento en manos de Cartago, seguido por la reacción de los romanos a ese evento, incluyendo el intento de sitiar a Lilibea.

En quinto lugar, el relato de la segunda pérdida de una flota romana.

Después de eso, la conquista romana de Palermo y los eventos del año 252 AC.

En séptimo lugar, el Cónsul Lucio Cecilio Metelo logra defender Palermo.

Luego, y un breve vistazo de Córcega y Cerdeña, desde el punto de vista de miembros de nuestra Saga Familiar.

Y por último, anuncios, música de salida, y saludos personales.

Listo! Empecemos!

Durante nuestro Episodio pasado, vimos la batalla en la cual Marco Atilio Régulo fue tomado prisionero de guerra.

Y si creyeron que en este Episodio — es decir, un Episodio mas tarde, lo dejaríamos en libertad, pues — se equivocaron, mis queridos oyentes.

Régulo vivió en cautiverio — dentro de los muros de Cartago, por cinco años enteros, y eso significa que no lo vamos a ver, volver a Roma, hasta nuestro Episodio 75 — La Batalla de Drépano.

Ahora, entonces, empecemos con nuestro Episodio en sí.

[…]