Episodio 37 – Las Horcas Caudinas

Todo iba bien para Roma, hasta que 50 mil legionarios se metieron en un llano entre dos desfiladeros. La vergonzosa derrota de las Horcas Caudinas.


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Transcripción Parcial

Hola, les habla Abel, desde Pekín, China. Bienvenidos a mi podcast.

El Cuento de Roma, Episodio 37 — Las Horcas Caudinas.

Durante el último episodio vimos el final de muchas cosas.

El final de Publio Decio Mus, por el sacrificio que decidió hacer en el campo de batalla.

El final de Tito Manlio Torcuato, en los libros de Tito Livio, por el desprecio que los romanos le dieron después de sacrificar a su propio hijo.

El final de la guerra contra los Latinos.

El final de los pueblos tales como los Sidicinos, los Auruncios, los Volscos, y los Campanios como pueblos libres del yugo de Roma.

El final de la Liga Latina, y tambien el final del respetado senador latino Annio quien se desplomó por las escalinatas del Senado Romano.

Y hasta vimos el final de la resistencia Ateniense en contra del rey Filipo II de Macedonia, quien acababa de casarse con una muchacha llamada Cleopatra Eurídice de Macedonia — la sexta o séptima de sus esposas, quien sabe.

Y finalmente tenemos otra pérdida más — esta vez en Ostia.

En un evento que ocurría demasiado a menudo en Roma, y en ciudades creadas por los romanos, el edificio donde nuestro fiel esclavo vivía, estalló en llamas, una noche.

Nuestro esclavo no tuvo chances de bajar las escaleras desde su tercer piso, y mientras gente trataba de bajar por ellas, una mujer se resbaló y — agarrando a su esposo, arrastró a ambos a su muerte, en el infierno de fuego que devoraba al vecindario entero.

Y mientras el humo y el olor tóxico de ese tipo de accidentes, combinado con el tamaño de las puertas, y la falta de ventanas, hicieron lo suyo para terminar con las vidas de los demás, nosotros jamás volvimos a oír de nuestro hombre en Ostia.

Así que esta vez tenemos que buscar una nueva manera de oír de noticias desde fuera de Roma, porque tenemos enormes eventos desde Grecia, Macedonia, y Persia.

Recordemos que entre el final de la guerra en contra de los Latinos y el comienzo de la Segunda Guerra Samnita hay exactamente 15 años, y en esos años pasó muchísimo en Grecia, y casi nada en Roma.

Y dicho sea de paso, nuestro hombre en Ostia trabajó para nosotros desde el año 342 AC, o sea que vivió nueve años en la ciudad portuaria.

Su cuerpo jamás fue recuperado de las cenizas.

No existe ningún tipo de tumba o inscripción

para recordar su vida y muerte.

Roma reconstruyó los edificios durante el año siguiente,

y los nuevos edificios tenían cuatro pisos en vez de tres.

El motivo del incendio jamás fue investigado.


Y ahora si, vamos al año 336 AC

[…]